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martes, enero 25, 2022

UNO DE CUATRO NIÑOS SUFRE BULLYING EN ESPAÑA


El acoso escolar no es un episodio pasajero, el problema se puede prolongar en el tiempo y mantenerse ante la pasividad de los entornos de la víctima y el agresor. El bullying puede aparecer de forma de acoso físico, verbal, social o por exclusión, sexual y amenazas y coacciones y presentarse no solo en la escuela sino en las redes sociales –sobre todo en adolescentes. Las familias deben conocer cuáles son los indicios que hay detrás de un posible caso de acoso escolar.

Según los expertos, las principales señales de alarma abarcan cambios en el comportamiento del menor, signos físicos y síntomas psicosomáticos. Que el niño tenga cambios de humor, se muestre más triste, irritable y retraído, sufra pesadillas, pierda o deteriore sus efectos personales, presente golpes o moratones, tenga cuadros de estrés y ansiedad, no quiera ir al colegio y evite relacionarse con sus compañeros.

Normalmente, los padres detectan que el niño ya no es el mismo. Aquel menor tan comunicativo ha dejado de serlo, apenas cuenta sus vivencias en clase, contesta mal y tiene arranques de cólera. Tampoco disfruta de sus aficiones como antes, no tiene amigos y el domingo por la tarde comienza a sentirse mal hasta el punto de tener malestar, dolores de cabeza y alteraciones del apetito y el sueño. Incluso, su rendimiento escolar suele caer en picado. El niño que sufre bullying tiene miedo y no sabe cómo afrontarlo.

El acoso escolar es un problema social creciente en España. El Estudio Cisneros del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo de 2006 –el más exhaustivo hasta la fecha– estableció que un 25% de los niños había sufrido acoso escolar en alguna de sus formas, teniendo consecuencias que van desde las principales señales de advertencia llegando hasta consecuencias extremas como el suicidio. Sin duda, es una de las mayores preocupaciones de las familias en España.

La lucha contra el acoso escolar debe implicar a toda la sociedad. No solo a las familias y al entorno educativo, sino también a organismos oficiales, entidades sociales y empresas. Con este objetivo ha nacido recientemente la Fundación ColaCao. Esta nueva entidad implementará acciones en el ámbito de la educación, la investigación y la divulgación, con el objetivo de promover un cambio social en torno al bullying en todas sus formas, reivindicando la valía personal y autenticidad de cada niño.

ColaCao siempre ha sido una marca social, con valores y muy ligada a los niños, a quienes siempre ha animado a sacar la mejor versión de ellos mismos. Con un producto cuya principal virtud es su diferencia: La lucha contra el acoso escolar es una evolución natural en este rol social de la marca, ya que el bullying atenta contra este empoderamiento que ColaCao lleva fomentando desde sus orígenes, hace más de 75 años.

Las líneas de actuación de esta nueva entidad abarcarán desde programas escolares de alcance estatal que ayuden a sensibilizar al alumnado en el respeto a los demás y en el rechazo al bullying, a estudios sociológicos que aporten datos de calidad sobre la incidencia del acoso escolar en España, pasando por el desarrollo de campañas solidarias o la producción y difusión de materiales de divulgación y sensibilización.

El primer gran proyecto será el impulso de un documental sobre el acoso escolar y el papel del deporte como herramienta para combatirlo, y que tiene el objetivo de fomentar el debate social y dar información de calidad a los padres y madres alrededor del bullying.

En este sentido, la Fundación ColaCao ha establecido una alianza con NACE, una de las instituciones más relevantes en España en la lucha contra el bullying. Esta asociación, compuesta por psicólogos, abogados, profesores y otros perfiles especializados, lleva más de 10 años centrada en la prevención e intervención en procesos de acoso escolar, así como en el apoyo y atención a las víctimas y a sus familias de forma gratuita. 

sábado, noviembre 13, 2021

«NUNCA», LA ÚLTIMA NOVELA DE KEN FOLLETT


Entre pandemias, bioterrorismo, cambios climáticos, superpoblación, agotamiento de los recursos naturales  y de las fuentes de energía, desplazamientos migratorios masivos, hambre, escasez de agua, Ken Follett explora en su nueva novela «NUNCA» las razones que desencadenarían un conflicto bélico definitivo: «Antes o después se usarán las armas atómicas que acabarán con nuestra presencia en el planeta», vaticina …

«NUNCA» (en inglés Never) es la nueva novela de Ken Follett, un thriller que no tiene nada en común con sus obras más recientes. La primera novedad la encontramos en la cubierta del libro. El desconcertante título rompe con la tradición bíblica con la que Follett viene nombrando a sus novelas y, además, esconde también el anhelo del autor de que nunca ocurra lo que en ella se narra.

Ken Follett ha vendido en todo el mundo unos 178 millones de ejemplares de sus 36 libros, publica en más de 80 países y en 33 idiomas distintos y su última obra, Las tinieblas y el alba, en cuya rueda de prensa aprendimos Cómo se escribe un best seller al estilo Ken Follett, ya va por las 300 mil copias vendidas en español. 

¿De qué versa, en esta ocasión, la nueva novela del autor superventas? Nunca habla de la inminente amenaza de una tercera guerra mundial. La trama se desarrolla en la actualidad y en varios escenarios globales. Según nos ha relatado Follett, el corazón de Nunca se encuentra en la forma en que se produce una escalada de malas decisiones que, finalmente, desembocan en una guerra. Así lo comenta el mismo autor:

«La mayor parte de los líderes nacionales tienen el problema de tener que combatir misiones extremas dentro de su propio país. Las decisiones aparentemente inteligentes a veces no llegan a las expectativas que tienen que llegar. Una escalada gradual lo que hace es generar una reacción cada vez más violenta y cada vez hay más países que piensan que su existencia está en peligro»

«NUNCA», es más que un thriller, es una historia sobre una crisis global. Comienza en el desierto del Sahara con dos agentes de inteligencia que siguen la pista a un peligroso grupo terrorista. En paralelo, una joven viuda lucha por llegar a Europa. En Pekín, un alto cargo del gobierno con grandes ambiciones para su país, batalla con los halcones del ala dura del Partido Comunista que amenazan con empujar a China a un punto de no retorno. Y en Estados Unidos, la primera mujer presidenta del país se enfrenta a problemas de diversa índole como atentados terroristas, comercio ilegal de armas o campañas de difamación. Todos ellos se asomarán, de una forma u otra, al filo del abismo, mientras el lector se pregunta: ¿Habrá finalmente una tercera guerra mundial?

Y esto mismo le hemos preguntado a Follett, a lo que responde: «No voy a decir si se produce en la novela una guerra nuclear, tendréis que leer el libro para saberlo». 

A lo que sí accede a charlar es a la posibilidad de que se produzca en nuestro mundo una tercera guerra mundial. Él ha vivido toda su vida con la amenaza de guerra nuclear, le ha tocado vivir esa época, sin embargo, piensa que también hay otros temores en nuestro mundo moderno como el cambio climático o los virus. El problema que él ve es el entorno de miedo que todo esto genera y las posibles decisiones que se puedan tomar, a prior ingenuas, que lleven a conclusiones terroríficas. 

Nunca es una obra que Ken Follett ha escrito durante la pandemia, lo cual le ha permitido escribirla a mayor velocidad que el resto de sus libros. Como no podía viajar, echó de menos visitar los lugares que aparecen en la historia como viene siendo habitual en su periodo de documentación, pero se valió de herramientas como Google Earth o la experiencia de otras personas para describir los escenarios. Otros, como China o la Casa Blanca, los había visitado anteriormente. 

Algo que nos llama la atención es que haya elegido una presidenta para Estados Unidos, a pesar de que la idea machista en política aún sigue prevaleciendo. «Una de las razones por las que hice que el presidente fuera una mujer era porque quería retratarla como alguien muy razonable. La mayor parte de la gente estará de acuerdo conmigo en que los hombres son más proclives a pelearse. Elegí una mujer para subrayar lo razonable que es como persona».

Follett se considera una persona optimista, excepto el tema que plantea en su novela, esa inminente tercera guerra mundial. Siente que hay cierta actitud desinteresada por parte de la población hacia los temas que nos acechan, y que somos perezosos a la hora de tomar precauciones. Como sociedad, tenemos demasiados peligros y somos lentos para atajarlos. Sí confía, por el contrario, en Europa como idea. No tiene fe en que se convierta en una potencia militar mundial, aunque sí económica, pero piensa que esta no se va a romper fácilmente, ya que los negocios que hay entre sus integrantes tienen más fuerza que una posible desmembración.

Entre los temas tratados a raíz del argumento de «NUNCA», también se habló acerca de la libertad. «Me sorprende que a veces hay gente que vote para perder su libertad». Y prosigue: «Todos mis libros tratan sobre personajes que luchan por su libertad de una forma u otra porque yo me considero demócrata. Es fácil que los lectores sepan de qué parte estoy: siempre a favor de la libertad». Follett piensa que, aunque los gobiernos traten de restringir nuestras libertades, de momento, el pueblo siempre gana. Y en esto le doy la razón.

De nuevo, como en Cómo escribir un best seller al estilo Ken Follett, nos recordó que en una novela lo más importante es hacer que la historia avance. Todos los elementos que no ayuden a esto, hay que eliminarlos. 

Nunca será una obra autoconclusiva, sin posible continuación. El autor cree que no sería capaz de escribir otra novela como Nunca, la considera única. También opina que sería una mini serie fantástica. 

Tal y como se plantea este extraordinario argumento de uno de los autores más conocidos de nuestro tiempo, Ken Follett, nos quedamos con muchas ganas de hincarle el diente a «NUNCA» una novela llena de acción, personajes carismáticos, problemas globales y amenazas que nos ponen los pelos de punta porque, como remata el propio autor, si se diese una tercera guerra mundial, a corto plazo, todos estaríamos muertos y a largo plazo, también. 

LA CRÍTICA HA DICHO:

«Un thriller deslumbrante y una de las lecturas más emocionantes del año». Daily Express.

«Urgente y ferozmente apasionante... Nunca es entretenimiento de primera línea que tiene a la vez algo importante que decir. Merece el éxito popular que sin duda va a lograr» The Washington Post.

«A Ken Follett nunca le ha faltado ambición. Y es su alcance global y el amplio abanico de personajes multinacionales lo que más impresiona en Nunca, su regreso a la novela contemporánea. Audaz en su escala y meticulosamente documentado. Nunca hace que el resto de libros de espionaje internacional parezcan apocados, perezosos y provincianos». The Sunday Times.

«Absolutamente fascinante... Un thriller inteligente, aterrador y muy plausible». Booklist..

«Un juego de espías de rabiosa actualidad». La Vanguardia

«Fantástico... Una imponente y poderosa demostración de uno de los mejores escritores del género». Publishers Weekly.

«Las tramas de la historia te absorberán de tal manera que las seguirás a cualquier parte... y de pronto te darás cuenta de que has leído cientos de páginas. Por un lado, es un entretenimiento fantástico; por otro, una ventana a una posibilidad que dará que pensar». Kirkus.

SOBRE EL AUTOR HAN DICHO:

«Follett es un maestro». The Washington Post.

«Sigo envidiando como el primer día la capacidad de Follett para entretener. Sus tramas funcionan siempre y te mantiene pegado a cada página». Juan Gómez Jurado, ABC.

«Ken Follett es, sin lugar a dudas, uno de los escritores más exitosos de la actualidad». El Español.

«Sus libros crean adicción. No se leen. Se devoran». La Voz de Asturias.


Texto: Eva Fraile, articulo original publicado en La Reina Lectora

miércoles, noviembre 10, 2021

EL SINIESTRO FUTURO QUE IMAGINA MARK ZUCKERBERG: EL METAVERSO

Filósofos y expertos en comunicación analizan el contenido y la forma del anuncio, así como las posibles implicaciones de la creación del “nuevo futuro”.

Según muchos expertos vaticinan, nos espera un mundo cargado de pistolas apuntándonos a la cabeza y todo dependerá de quien apriete los correspondientes gatillos. El tema es más grave de lo que podamos imaginar y afectará a nuestros hijos y a los hijos de éstos. Eso, sin contar los graves d años que será vivir en un futuro bajo las terribles bestias de tres cabezas: el cambio climático, la superpoblación y la carencia de recursos naturales. Para colmo surge Mark Zuckerberg que insta por crear un mundo virtual, el ‘Metaverso’, donde las personas puedan verse representadas tal y como quieren ser, no como son en realidad ¿Os acordáis de Matrix?

Meta’, el nuevo proyecto empresarial basado en la realidad virtual e impulsado por Mark Zuckerberg: “Aprecia el pasado, utiliza el presente, pero no tengas miedo a crear el futuro”.

El creador del spot, pensado para las redes, tiene muy claro a quién se dirige: al público más joven. Un público que hace tiempo que se desconectó de Facebook y de Instagram. Ante esta colosal crisis de reputación el descrédito de Facebook se acerca a un punto de no retorno. ‘Meta’ es la nueva apuesta de Zuckerberg recuperar a los 'nativos digitales', principales destinatarios de esta campaña publicitaria.

"Yo creo que los proyectos empresariales de un líder muestran los elementos clave de ese líder, y seguramente este señor es un tío siniestro”, opina Lluís Pastor, profesor universitario y experto en comunicación.

Nerea Blanco, filósofa y autora de Filosofía entre líneas (Grijalbo) cree que “la mayoría de los adultos este anuncio nos provoca una sensación de miedo, de repelús.. El anuncio de 'Meta' contiene todo lo que más daño nos ha hecho y nos hace en cuanto al consumo de imágenes, porque es un bombardeo constante, como en cualquier otro producto visual de gran consumo, que no permite la reflexión. Este recurso es típico de los vídeos musicales. No son imágenes contemplativas que te permitan ir a tu interior, sino que a los dos o tres segundos, cuando empiezas a entender lo que estás viendo, ya pasa a otra cosa, y esto no te permite reflexionar”.

La también filósofa y escritora Montse Barderi opina que "la publicidad de ‘Meta’ nos desconecta del mundo real y busca un internet mucho más inmersivo. El problema no es la plataforma, sino que esta se presenta a unos sujetos debilitados por la falta de complejidad de la cultura, vulnerables y fácilmente manipulables por culpa del debilitamiento de las humanidades y de los discursos complejos”. 

Para el filósofo Eduardo Infante, "Meta parece un mundo creado por aquellos que están resentidos con la vida: “Quizás fue Nietzsche el filósofo que mejor describió nuestra época nihilista y quien pueda explicarnos qué es lo que Zuckerberg ha creado con ‘Meta’. La esencia del ser humano es voluntad, es decir, no puede dejar de querer. Pero cuando no encuentra en el mundo cosa alguna digna de ser querida, cuando valora esta vida como algo despreciable, prefiere querer la nada disfrazada de un mundo verdadero. El ser humano, cuando vive una vida despreciable, se inventa otra vida mejor y termina viviendo por y para esa vida. Prefiere habitar en la nada que en este mundo que para él es mezquino. Es decir, prefiere amar la nada a la vida. Aunque nuestra época es fundamentalmente atea, esto no ha supuesto una superación del nihilismo, sino todo lo contrario, su culminación. Y aunque desde que Dios ha muerto todo nos está permitido, lo asombroso es que todo nos aburre. Estamos cansados de nuestro propio juego de vivir y, en lugar de amar la vida, nos morimos de asco y aburrimiento. Y aquí es donde entra Zuckerberg ofreciéndonos un ‘metamundo’ que no es más que un transmundo para ateos, para lo que Nietzsche llamó ‘el último hombre’, ese ser que está tan cansado de vivir que hasta morir le cansa”.

Para Montse Barderi, “todos estos juegos y entretenimientos, de una gran espectacularidad, pero de poca profundidad, “atacan” a personas que ya no tienen la lectura y la cultura como base. Es decir, no es lo mismo ponerte a jugar después de haber leído muchas horas que pasarte la vida jugando. Además, no son entretenimientos inocuos. No están hechos para darte diversión, sino para convertir un universo paralelo en toda tu vida. Con Meta se trata de crear una realidad en la que vivas y te dediques solo a consumir. Hay estudios que demuestran que un niño que pasa más de dos horas frente a una pantalla verá reducido su córtex cerebral, su capacidad de concentración, de análisis… El antídoto es la cultura y la autoexigencia, la lectura y la reflexión. Si no, podríamos convertirnos en adictos a las emociones de una alternativa que promete espectacularidad y cambios constantes”.

Por su parte, la filósofa Nerea Blanco advierte que "a los chavales que pasan muchísimo tiempo con los videojuegos porque no quieren estar en el mundo real les va a provocar serios problemas de salud mental o de reconocimiento incluso de la identidad”, 

El filósofo Eduardo Infante cuestiona: “Nos construimos una identidad en base a la historia que nos contamos y las acciones que llevamos a cabo. ¿Qué va a pasar aquí? ¿Tendremos una doble identidad? ¿Hasta qué punto se nos puede romper la idea del yo si ya de por sí vemos que los chavales tienen problemas con intentar entender que lo que ven en redes no es la realidad? ¿Cómo vamos a explicarles lo que pasa en un universo paralelo si los que podríamos educarlos en esto, y en ver las implicaciones sociales, políticas e individuales desde la filosofía y las humanidades cada vez vemos más reducidas nuestras horas lectivas? La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿quién creará este ‘metamundo’, Zuckerberg o los usuarios? Y también: ¿quién crea a los tiranos y a los mesías? ¿Puede haber un amo si nadie lo reconoce como tal?”.

La enorme golosina que nos ofrece Zuckerberg (del alemán, «montaña de azúcar») también puede intuirse a través de las frases que se nos lanzan a lo largo del anuncio. "En ellas, - según el filósofo Xavier Bassas - aparecen “tres nociones típicas, muy trilladas y que ya han sido muy utilizadas para engañarnos e incluso manipularnos en el pasado. Una es LO COLECTIVO, lo segundo es LO MULTIFUNCIONAL y la tercera es LA IDEA DEL FUTURO O DE LO POSIBLE”. Cuando la voz en ‘off’ nos habla de un futuro “made by all” (construido por todos) aparece aquí la idea de lo colectivo. Ya no seremos solo consumidores, sino que también seremos productores, creadores de la red. “El problema es que hay una monocromía en ese futuro de ‘Meta’. Por eso se nos dice “this future”. No de simplemente ser, sino de ser representado como yo deseo. Aquí solo hay un tiempo, y se obvia que puede haber otros futuros que no son ese, el que propone ‘Meta’. 

jueves, febrero 18, 2021

NAOMI KLEIN: “VIVIMOS EN UN MUNDO EN LLAMAS"

El mundo vive un gran incendio y no lo estamos apagando. En medio del fuego, seguimos colgados frente a todo tipo de pantallas y haciéndonos ‘selfies’ como si no viviéramos en medio de la sexta gran extinción y la emergencia climática no pudiera llevarse por delante nuestras vidas. Urge crear un Green New Deal, un cambio tan copernicano como el de Roosevelt tras la Gran Depresión, pero verde e inclusivo para todos. (Naomi Klein, en su nuevo libro, ‘En Llamas’ y autora de ‘No logo’ y ‘La doctrina del shock’.

¿QUIÉN HA SIDO EL GANADOR DEL SHOCK DEL CORONAVIRUS?

Los millonarios de las empresas tecnológicas son los grandes ganadores del shock del coronavirus. Llegaron a esta pandemia obscenamente ricos y se han aprovechado extraordinariamente. Jeff Bezos el que más, y Google ha realizado enormes avances en nuestras escuelas. Es la herencia del neoliberalismo. El Estado estaba tan débil antes de la crisis que la ha hecho peor y mortal, con hospitales y servicios sociales ya colapsados previamente y con la capacidad de producir vacunas dentro de nuestros países erosionada. Y por esa debilidad muchas tecnológicas han podido entrar en escena, una privatización por la puerta de atrás.

¿SILICON VALLEY ES ENTONCES EL GRAN GANADOR?

Y las farmacéuticas. Han logrado un gran negocio, miles de millones en dinero público para investigar y desarrollar vacunas, pero pese a que el público ha pagado por ellas no las posee, están protegidas por propiedad intelectual. No tiene sentido. La razón por la que hay patentes es por la inversión que las compañías hacen, pero no la hicieron ellos, sino nosotros. Es la misma lógica neoliberal que rechaza reclamar derechos públicos sobre lo que es esencial para mantener a la gente viva.

¿ESTA DEBILIDAD DEL ESTADO HA HECHO QUE OCCIDENTE GESTIONE PEOR LA CRISIS QUE OTROS LUGARES?

Los peores brotes han tendido a estar en los sectores más desregulados, donde había muchos trabajadores precarios de los que se abusaba, fueran granjas o almacenes de Amazon. A lo que se han sumado hospitales públicos recortados en nombre de la eficiencia porque cada cama vacía era vista como un fracaso. Ha habido excepciones como Nueva Zelanda, que ha decidido desobedecer la lógica neoliberal y cuidar a la gente. 

En EE.UU. no, y eso ha alimentado la reacción violenta, que tiene que ver con las compañías tecnológicas y la desinformación viral pero que alcanzó ese volumen porque la gente se sentía desechada y hay una comprensible sospecha sobre las grandes compañías y los billonarios. Todo esto creó esa sopa tóxica en la que en EE.UU. un número increíble de gente no cree que la Covid sea real sino una conspiración de Bill Gates, y cree en la conspiración QAnon y que las elecciones fueron robadas. Una total amputación de la realidad.

¿QUÉ OPINA DE LA IDEA DE NUEVA NORMALIDAD?

Nuestra normalidad era ya una crisis. Por qué querríamos volver a eso. Da ánimos escuchar a Joe Biden hablar de no volver a la normalidad y usar esta crisis como un catalizador para transformar, da ánimos que hable de que no sólo hay una crisis de salud pública, sino también climática, de desigualdad económica y de injusticia racial. El trabajo que hemos hecho en las pasadas décadas formulando cómo podría ser la economía del futuro era cómo resolver múltiples problemas a la vez. Reconocer que estamos en crisis superpuestas: debemos reducir las emisiones, luchar contra el racismo sistémico y cerrar la brecha de la desigualdad todo a la vez. ¿Por qué volver a la crisis de antes de la crisis?

DICE QUE EL CAPITALISMO NO SIRVE CONTRA LA CRISIS CLIMÁTICA, QUE HAY QUE CAMBIAR EL SISTEMA OPERATIVO.

El cambio no lo van a traer el mercado o los billonarios. Bill Gates saca un libro esta semana, nos va salvar. Ni con buenas intenciones funcionará, el cambio de sistema es tan amenazante para los que se han beneficiado del sistema que intentarán cambiar sin cambiar, eso es lo que les lleva a ideas como la geoingeniería o la energía nuclear a gran escala. Con el capitalismo hay un choque entre la necesidad de un crecimiento económico sin fin y la crisis ecológica, de la que el clima es una parte. 

Nuestro agotamiento del mundo natural es la crisis central y necesitamos una economía mucho más considerada, que empiece preguntando qué es necesario para tener una buena vida, respetando los ciclos de regeneración del planeta. Cómo nos aseguramos de que todos tengan suficiente dentro de los límites del planeta y construimos desde ahí. Es una pregunta diferente a cómo generar crecimiento económico en el siguiente trimestre. No digo que no haya lugar para los mercados en esto, pero no lo pueden guiar. 

¿QUÉ SERÍA EL GREEN NEW DEAL? ¿IMPLICA MUCHOS SACRIFICIOS?

Los principios básicos de cualquier Green New Deal suponen seguir a la ciencia climática para que el calentamiento del planeta no supere 1,5 grados. Y que lo guíe la justicia: que la gente que hizo menos para crear esta crisis y están en primera línea de sus efectos sean los primeros en recibir apoyo a la transición, tanto dentro de los países ricos como en lo que los países ricos deben a los del Sur. Otros principios son que los trabajadores de los sectores altos en carbono no sean dejados atrás. Y ver en qué áreas podemos permitirnos tener abundancia. No en el consumo derrochador pero sí en áreas donde hoy hay escasez: salud, cuidado del hogar, de niños, de mayores, un sector bajo en carbono.

Debemos poner la energía en la recuperación postcovid no en uno sino en miles de Green New Deals en cada sector, que los expertos de cada área diseñen el suyo. Ya hemos logrado una gran victoria: Biden, que no es un radical, suena ahora como un militante del movimiento Sunrise. Es la idea de que necesitamos una respuesta contra el cambio climático que tenga justicia social, cree trabajos, repare injusticias y no le diga a la gente que tiene que elegir entre alimentar a sus familias y preocuparse por el medioambiente.

¿ES OPTIMISTA SOBRE BIDEN?

No, sobre nosotros. Él ha sido político toda la vida y ha durado porque sabía qué viento soplaba en cada momento, en el neoliberalismo iba con él. Ahora se reformula como el nuevo Roosevelt no por él sino por las fuerzas que le empujan. Si él puede cambiar, cualquiera puede.

¿TRUMP SERÍA PRESIDENTE SIN LA PANDEMIA?

Es un pensamiento terrible, pero probablemente sí. La suya ha sido una época de incansable vandalismo. La imagen de sus seguidores en el Capitolio saqueando visualizó de qué han ido los años de Trump: saquear a la luz del día el Estado.

lunes, enero 18, 2021

LA IDIOTIZACIÓN DE LA SOCIEDAD COMO ESTRATEGIA DE DOMINACIÓN

El filósofo alemán, Martin Heidegger, dijo una vez: Hay un enorme sistema que piensa todo por nosotros ahorrándonos la terrible tarea de pensar

Hace unas décadas creíamos que la ignorancia de la población se debía a la falta de información. Bajo el lema la información es poder considerábamos que cuanto más informado uno estuviera, mayores eran las posibilidades de autoemanciparse. Pero hoy vemos cuán equivocados estábamos. Resulta que el hecho de estar informándonos permanentemente es lo que dificulta el pensamiento. Esto se da porque la información que nos llega es efímera y es solapada rápidamente por otra, que nos hace olvidar de inmediato las noticias importantes e indagar sobre el fondo de la cuestión.

La relevancia de los instrumentos de comunicación como mediadores de la “realidad”, ha generado un efecto de sumisión en la población, internalización del poder y la incapacidad, de concebir alternativas a los criterios impuestos por el sistema de dominación vigente.  Una de las claves más importantes para la progresiva idiotización y adormecimiento de la sociedad es el entretenimiento vacío. Las noticias de suma relevancia donde se juega el futuro de la sociedad, son transmitidas de puntillas por los medios; por el contrario, se procede a crear un debate ficticio de noticias sin importancia para manipular a los usuarios y que estos se enfrenten creyendo estar en posesión de la verdad absoluta, cuando no son más que peones del sistema. El objetivo del entretenimiento vacío es abotagar nuestra sensibilidad social y mantenernos dormidos, volviéndonos incapaces de pensar, reflexionar e investigar, para poder alcanzar una conciencia crítica de la realidad.

 

El entretenimiento vacío existe para ocultar la evidente relación entre el sistema económico capitalista y las catástrofes que asolan al mundo. Específicamente para que no nos cuestionemos nuestros modos de vivir ni cuestionemos al sistema en el cual nos vemos inmersos. Es decir, que todo está pensado para que el individuo sea funcional y soporte estoicamente, el sistema establecido sin rechistar. ¿Cómo se consigue esto? La búsqueda del no pensar resulta clave para el éxito de la idiotización de la sociedad. Cuando la realidad resulta angustiante y durante todo el día eres explotado en tu trabajo, tienes una hipoteca que pagar y deudas que se acumulan en tu haber, se vuelve imperioso obtener divertimento, satisfacción inmediata.

El filósofo Theodor Adorno sostiene que, Con cada risa, el espectador está más cerca de seguir a las fuerzas totalitarias. Así, el entretenimiento vacío se vuelve una especie de anestesia que nos permite soportar la realidad sin hacer nada para cambiarla. Y es que, de eso se trata: de convencernos de que nada puede hacerse para cambiar el mundo y que el capitalismo y el poder opresor del Estado, son algo natural y necesario para el correcto funcionamiento de la sociedad.  De esta manera, la violencia que consumimos a través de los medios y producciones culturales, tiene el fin de acostumbrar al consumidor a la violencia a la que es sometido en la sociedad con el fin de no darle jamás, la sensación de que es posible oponer resistencia.

La manera en que funciona es muy sutil. Cada noticia, programa o film, reúne los valores del sistema establecido, y sin darnos cuenta, nos introducen sus valores en nuestras mentes; y, si seguimos permitiendo que el entretenimiento vacío continúe modelando nuestras conciencias -y por lo tanto, también el mundo a su antojo- terminará destruyéndonos. Y es que lo que se busca, es evitar toda intención del pensamiento, todo esfuerzo intelectual, para crear una sociedad de hombres y mujeres que abandonen los ideales y aspiraciones que les hacen rebeldes, para conformarse con la satisfacción de unas necesidades inducidas por los intereses de las élites dominantes.  No obstante, si queremos revertir tal situación de enajenamiento a la que estamos sometidos, solo queda tomar desde lo personal una posición crítica, que consiga cuestionar lo dado y reflexionar sobre la sociedad que queremos construir.


domingo, enero 17, 2021

EL CAPITALISMO HA CREADO GRANDES BOLSAS DE MISERIA SENTIMENTAL

Sufrir por amor ya no es natural, nuestra cultura dice ‘no al dolor’. No tiene utilidad. En estos tiempos el amor pasa por la racionalización y el desencanto. La dominante cultural es la ironía, que es lo opuesto a la intensidad

Antes los hombres golpeaban a sus mujeres con frecuencia, pero no era criminalizado. También hace treinta años los padres pegaban a los hijos, y estaba construido como parte de la educación, no como violencia

Cambiar la forma de explicar cómo experimentamos ciertas cosas y entender las causas que nos llevan a ciertos eventos es la clave para seguir avanzando hacia una sociedad igualitaria

Nuestras experiencias emocionales son moldeadas y conducidas por las instituciones. La manera cómo actúan en nuestro interior no lo vemos ni lo comprendemos. Seguimos viviendo y amando atados a ciertas condiciones anteriores, pero todas esas construcciones burguesas y capitalistas heredadas de tiempos remotos, se están hundiendo. Actualmente existe una contradicción entre el ideal que tenemos del amor, que viene de esas estructuras del pasado, y las potentes fuerzas institucionales que trabajan en otra dirección y que hacen que  ese ideal no pueda funcionar bien. Eso genera un gran desamor.

Lamentablemente ese desamor es visto como una ineptitud de las personas, pero en realidad es fruto del sistema en que vivimos. La psicología clínica tiende a verlo de la primera forma, como algo individual, pero el desamor actual es el resultado de un problema social que provoca una gran incertidumbre. En general, cuando entramos en cualquier tipo de relación social o laboral, sabemos a qué atenernos, cuáles son las reglas. Son roles que interpretamos. Pero, hoy, entrar en una relación amorosa es introducirnos en un territorio totalmente incierto. No sabemos cuál es la buena conducta a seguir, y esta tremenda incertidumbre no tiene precedentes en la historia. La sociología nos ayuda a gestionar esto. La psicología no. Ojo, no estoy diciendo que los individuos no sean diferentes, sino que hay individuos con muchos más problemas que otros. Los individuos se mueven en instituciones y entornos que no dominan, cosas que no funcionan, y que son constantemente eludidos en la comprensión de los psicólogos en sus terapias.

Para comprender y tratar esa desregulación amorosa, pueden usarse conceptos económicos. Las transformaciones de las relaciones amorosas tienen un carácter económico. Hoy, los encuentros afectivos son como un mercado, donde dos entidades desconocidas se encuentran en una arena libre y van a intercambiar algo entre ellos, sin mediaciones ni regulaciones. Antes, nadie se casaba fuera de los preceptos de una religión o los estereotipos de su clase social. Había un montón de mecanismos sociales que regulaban las parejas. La desregulación es lo mismo que en el terreno de las mercancías: la libre circulación de cuerpos y de psiques. Eso va a hacer que la gente se aparee en función de mecanismos de acumulación de valor, de capital, que maximicen sus posibilidades en el mercado matrimonial. La regulación implica muchas prohibiciones y tabúes, y en el mercado no los hay, solo dos personas que intercambian utilidades. El amor neoliberal y tradicional, conducen a su destrucción, a la ley del más fuerte.

Uno de los desafíos es proponer una sociología de la libertad. Pensamos comúnmente en la libertad en términos morales y políticos, pero yo lo que quiero es ver sus efectos profundos en las prácticas sociales, porque es absolutamente claro que la libertad cambia de contenido según las épocas. Por ejemplo, en los años 70 y 80 el escritor Gabriel Matzneff podía tener comportamientos pedófilos, acostarse con niños, impunemente, se consideraba parte de su libertad sexual. Hoy eso ya no es posible. Hay, pues, ajustes y redefiniciones de la libertad. Me doy cuenta de que los grandes valores que han defendido las feministas y los homosexuales en el siglo XX y el advenimiento de la democracia, cambian de cariz al ser cooptados por lo que yo llamo el capitalismo escópico, es decir, por las industrias que utilizan el ojo del espectador para valorar a otra persona; por ejemplo, a partir de la belleza evaluable del cuerpo de una mujer. La idea de libertad de ese capitalismo escópico cambia toda definición sobre lo que es masculinidad, feminidad y sexualidad, cambios que no necesariamente deben implicar la creación de una organización internacional que dicte una ética sexual. Los hombres y mujeres son quienes deben crearla conjuntamente. Este es el gran reto del futuro de la sociedad actual, un desafío del cual estamos todavía años luz de lograr. Por tanto, la educación será la gran plataforma que permita cimentarlo y lograrlo.

Debemos recordar que el feminismo es una gigantesca reacción al gran malestar que existe en las relaciones sexuales y emocionales. Tenemos una gramática compartida entre hombres y mujeres para tratar las desigualdades en el campo laboral. Pero no hemos formulado la gramática de la sexualidad y las relaciones íntimas para que no sean un campo donde reinen la humillación, la herida, el sufrimiento, los sentimientos de invisibilidad social. La libertad implica el derecho a hacer lo que queramos sexualmente, pero aquello que queremos da lugar a mucha violencia, en lo físico, simbólico y emocional. Hace falta comenzar esta discusión ética. Hasta ahora, hemos percibido este tipo de cuestiones como un intento de reglamentar lo íntimo, pero se trataría simplemente de meterlo en los carriles de la ética. Que la relación ética con los otros no se detenga o se extinga al llegar a la sexualidad y al deseo. Libertad, igualdad, fraternidad, son una demanda clara también en lo íntimo.

El feminismo puede ser definido como un combate para que las mujeres elijan, ya sea en casa o fuera de ella (con el voto). La misma sociedad de consumo se presenta como una cultura del derecho a tener muchas posibilidades de elección. El individuo moderno se define a través de su toma constante de decisiones: en su profesión, en la sexualidad, en sus amistades, sus compras… Sin embargo, hoy en día el individuo se define según sus ‘deselecciones’, con su ruptura de compromisos y decisiones anteriores, esto es por una sociabilidad negativa: el individuo es por aquello que rechaza, no por lo que escoge. Rechazar se convierte en proceso  de identidad.

Actualmente hay un enorme debate en el feminismo sobre la autodefinición a partir del cuerpo y si sobre la sexualidad vista como un camino de emancipación o de regresión. Tras investigarlo mucho tiempo, no cabe duda de que el cuerpo juega un papel fundamental para sojuzgar a las personas. En el patriarcado tradicional, las mujeres tienen dos roles: el reproductor, son matrices o vaginas que van a dar niños; o bien son prostitutas, para dar placer sexual a los hombres. No sorprende que, en este sistema, el rol de la mujer esté hipersexualizado, y marcado como diferente. Este cuerpo sexualizado se ha integrado en las formas actuales de dominio capitalista, y en cierta manera da una sensación de empoderamiento a algunas mujeres: pero ese poder aparente no es tal si no va acompañado de reconocimiento social, emocional y romántico. La hipersexualización de las mujeres no la sufren los hombres, pero impide que ese reconocimiento se produzca. Todo ello conlleva a una desregulación del mercado sexual, creando una gran miseria sexual.

No cabe duda de que ese capital sexual es muy importante para los hombres; es una fuente de poder que cuando no es satisfactoria - dado que está repartido de forma muy desigual - genera enormes resentimientos. Por ejemplo, es el caso de ciertos movimientos célibes de subculturas violentas de extrema derecha que incitan al odio contra las mujeres. Estos grupos consienten y justifican el maltrato hacia la feminidad, convirtiendo el consentimiento como algo propio y la piedra angular de las relaciones entre hombres y mujeres, relación totalmente alejada de la libertad y el libre albedrío de las mujeres. Es parecido al contrato del trabajo asalariado entre dos partes, el que paga y el que le da su trabajo a cambio. Marx ya se reía de eso en las primeras páginas de ‘El capital’, ¡no es una relación entre iguales! Si no aceptas, te mueres de hambre, el empleador tiene un enorme poder sobre ti.  

En el terreno sexual hay que recordar que definimos la identidad de las mujeres según el reconocimiento que la mirada de los hombres da. Así, sorprende descubrir la enorme cantidad de mujeres que dicen que consienten propuestas sexuales que no les apetecen. Más allá del y del no, hay una gran zona gris donde la mujer no quiere algo pero carece de repertorio adecuado para decir no sin ser insultada, ser vista como una calientabraguetas o como una puritana frígida. Si el hombre te desea es que has hecho algo para que eso suceda y deberías ser consecuente y sentirte halagada. Esto atenta contra la voluntad de la mujer. Múltiples ejemplos ilustran este hecho en procesos judiciales por casos de violación. El libro ‘El Consentimiento de Vanessa Springora, es muy bueno porque expone el tema muy claramente: una niña de 14 años ¿Qué sabe de la vida? ¿a qué puede consentir cuando un adulto de 50 la aborda? Del mismo modo, una chica de 22 años, que ha bebido en una fiesta, y lleva toda su vida escuchando y asumiendo mensajes sobre la sexualidad que le dicen que follar o responder a esas insinuaciones es cool, le resulta muy difícil oponerse. El debate sobre el consentimiento, reducido a si o a no, elude la complejidad de toda la casuística real.

EVA ILLOUZ (Fez, 1961)

La mayor teórica del amor contemporáneo. La llaman la socióloga de los sentimientos. Es profesora franco-israelí de la Universidad Hebrea de Jerusalén; además dirige la prestigiosa Academia de Arte de Bezalel. Lleva dos décadas investigando los efectos del modelo capitalista en nuestra forma de sentir y de amar, a menudo utilizando la cultura ‘pop’ como objeto de estudio. Su último ensayo se titula Erotismo de autoayuda. Cincuenta sombras de Grey y el nuevo orden romántico. Otros libros son El consumo de la utopía romántica (1997), Intimidades congeladas (2007), La salvación del alma moderna (2008) y Por qué duele el amor (2012).

sábado, enero 16, 2021

LA HIPERCOMUNICACIÓN ESTABLECE CONTACTOS PERO DESTRUYE NUESTRAS RELACIONES

 

Byung-Chul Han es un destacado diseccionador de la sociedad hiperconsumista. Hace poco publicó en la revista francesa ‘Phychopolitics ‘ un ensayo sobre el narcisismo contemporáneo y la desaparición de la cercanía y la amistad. He aquí sus reflexiones...

La hipercomunicación actual solo establece contactos pero destruye relaciones. Elimina la distancia, pero al mismo tiempo destruye la cercanía y la amistad.

¿Cuáles son las causas de esta desaparición? El otro es algo que duele; sin embargo, hoy evitamos cualquier forma de lesión. No queremos arriesgar nada. Espolvoreamos energías libidinosas a medida que diversificamos nuestras inversiones, para evitar una pérdida total. La hipercomunicación actual solo establece contactos pero destruye relaciones. Elimina la distancia, pero al mismo tiempo destruye la cercanía y la amistad. La proximidad está ligada a la distancia. Si el alejamiento se destruye por la ausencia de distancia, la cercanía e incluso el amor se destruyen ¿Qué queda entonces?

El narcisismo actual se basa en el vacío. El ego se ha empobrecido mucho en formas de expresión estables con las que podría identificarse y que le darían una identidad firme. Hoy nada dura, nada persiste. Este carácter efímero actúa sobre él, lo desestabiliza, lo hace perder las certezas. Es precisamente esta incertidumbre, este miedo por uno mismo lo que conduce al funcionamiento “vacío” del ego. En reacción, el individuo intenta en vano que ocurra. Esta es, por ejemplo, la manía por las selfies. En realidad, estos no se generan por vanidad o enamoramiento, sino que ilustran con precisión este vacío interior. En lugar de un ego narcisista estable, se trata de un "narcisismo negativo".

En todas partes, la gente habla de compartir y de comunidad. Se supone que la economía de compartir reemplaza a la economía de propiedad. Pero nos equivocamos al creer que la economía colaborativa, como afirma Jeremy Rifkin en su libro The New Society of Zero Marginal Cost (Los Vínculos que Liberan), es un paso hacia el fin del capitalismo, hacia una sociedad global, donde lo colectivo tendría más importancia que la propiedad. Es lo contrario: la economía colaborativa conduce a la comercialización total de la vida. En una sociedad basada en la evaluación mutua, todo se comercializa, las personas, la información, las ideas, el amor, la amistad, el ocio, la cultura, incluidos ciertos valores como la amabilidad, por ejemplo. Nos volvemos amables para tener mejores apreciaciones. Incluso en el corazón de la economía colaborativa reina la dura lógica del capitalismo. En este hermoso compartir, paradójicamente, nadie se deshace voluntariamente de nada.

En el pasado, las empresas competían entre sí. Dentro de la organización, en cambio, la solidaridad era posible. Hoy en día, todos compiten con todos los demás, incluso "en" el negocio. Esta competencia absoluta ciertamente aumenta la productividad, pero destruye la solidaridad y el espíritu de comunidad. La autoexplotación es más eficaz que la explotación por parte de un tercero: produce mejores frutos porque va de la mano del sentimiento de libertad. El sistema neoliberal destruye la solidaridad ¿Cómo escapar pues de este oscuro futuro?

El neoliberalismo conduce a un vacío y angustia existencial. Y siempre destruye más seguridad, más y más enlaces. Ninguna profesión es inmune hoy. Nadie se siente seguro en este sistema puramente competitivo. Muchos padecen ansiedades difusas: miedo a no estar a la altura, a fracasar, a abandonar. Nada es sólido, nada es duradero. Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. Vivimos en una sociedad de miedo. Surge así una nostalgia por el vínculo obligatorio que utilizan tanto el fundamentalismo islámico como el extremismo de derecha.

gracias al triunfo tecnológico de internet, ahora el poder es un ejercicio de control sobre las psiquis. El smartphone no es solo un eficiente aparato de vigilancia, sino también un confesionario móvil. Facebook es la iglesia, la sinagoga global (literalmente, la congregación) de lo digital. Y los gobiernos invierten muchos recursos para registrar lo que ocurre en esa congregación. Lo que necesitamos hoy es otro tipo de vida capaz de crear obligación y vínculo, sin que esto se traduzca en violencia y exclusión. Una especie de vida en la que se le dará espacio a la espiritualidad más allá del esoterismo, visto como una forma de terapia que solo repara los daños causados ​​por el sistema. Un tipo de vida en la que un verdadero don, un verdadero espíritu de compartir será posible más allá de compartir.

La psicopolítica es un poder inteligente, sutil y silencioso, que es capaz de penetrar en nuestra psique para explotarla y controlarla sin que nos demos cuenta, seduciéndonos incluso para que colaboremos con ella voluntariamente. Las nuevas técnicas de poder del capitalismo neoliberal, dan acceso a la esfera de la psique, convirtiéndola en su mayor fuerza de producción. La psicopolítica es, según Han, aquel sistema de dominación que, en lugar de emplear el poder opresor, utiliza un poder seductor, inteligente que consigue que los hombres se sometan por sí mismos al entramado de dominación.

En este sistema, el sujeto sometido no es consciente de su sometimiento. La eficacia del psicopoder radica en que el individuo se cree libre, cuando en realidad es el sistema el que está explotando su libertad. La psicopolítica se sirve del Big Data el cual, como un Big Brother digital, se apodera de los datos que los individuos le entregan de forma efusiva y voluntaria. Esta herramienta permite hacer pronósticos sobre el comportamiento de las personas y condicionarlas a un nivel prerreflexivo. La expresión libre y la hipercomunicación que se difunden por la red se convierten en control y vigilancia totales, conduciendo a una auténtica crisis de la libertad. Este poder inteligente podría detectar incluso patrones de comportamiento del inconsciente colectivo que otorgarían a la psicopolítica un control ilimitado. Nuestro futuro dependerá de que seamos capaces de servirnos de lo inservible, de la singularidad no cuantificable y de la idiotez de quien no participa ni comparte.

Concluyendo. El miedo, la globalización y el terrorismo, son poderes que caracterizan a la sociedad actual. Los tiempos en los que existía el otro han pasado. El otro como amigo, el otro como infierno, el otro como misterio, el otro como deseo van desapareciendo, dando paso a lo igual. La proliferación de lo igual es lo que, haciéndose pasar por crecimiento, constituye hoy esas alteraciones patológicas del cuerpo social. Lo que enferma a la sociedad no es la alienación, la sustracción, la prohibición ni la represión, sino la hipercomunicación, el exceso de información, la sobreproducción y el hiperconsumo. La expulsión de lo distinto y el infierno de lo igual ponen en marcha un proceso destructivo totalmente diferente: la depresión y la autodestrucción.

Byung-Chul Han (Seúl, 1959) uno de los pensadores más subversivos de Alemania

domingo, noviembre 15, 2020

TODOS LOS POLÍTICOS SON NARCISISTAS


Hay que diferenciar entre los rasgos narcisistas aceptables que nos permiten sentirnos cómodos en la sociedad, y los trastornos narcisistas de la personalidad. Y lo que distingue a una persona con simples rasgos narcisistas del narciso patológico es que este último presenta un egocentrismo extremo hasta el punto de ser incapaz de establecer relaciones auténticas puesto que los demás existen únicamente para ponerlo en valor.

Un narciso sólo existe a través de los ojos del otro. Su valor se mide en la mirada de admiración o envidia de los demás y por ello es que no le basta con tener una visión grandiosa de sí mismo sino que los demás deben estar al tanto de sus cualidades y se lo deben transmitir. La aprobación de los demás es lo que le permite quererse. Se compara sin cesar con los otros y considera que toda desigualdad es una derrota. O una injusticia. Todo esto lleva a llamadas de reconocimiento del particularismo.



La sociedad moderna refuerza los rasgos narcisistas en cada uno de nosotros y selecciona a los más narcisistas para que ocupen los puestos más altos. Las empresas modernas valoran las personalidades fuertes que tienen un yo hipertrofiado; a los que son agresivos, pragmáticos, carentes de escrúpulos; a los que se centran en la acción en lugar de en la reflexión y a los que están dispuestos a todo para alcanzar el éxito. Estas personalidades narcisistas prosperan entre los directivos, influyendo en la cultura de la empresa y en su estilo de gestión. Ahora para tener éxito profesionalmente hay que destacar, hacerse valer y promocionarse a uno mismo aunque sea a expensas de los demás.

A los narcisos se les da muy bien destacar, ya que priorizan las relaciones de utilidad y consideran que toda relación no es más que un mecanismo de refuerzo. Saben ofrecer una buena imagen de ellos mismos, maquillar su arrogancia, manipular el humor para que no haya desconfianza y crear buenas alianzas. Aun así, ningún estudio ha demostrado que los narcisos sean directivos más eficaces. Lo único que pasa es que son más brillantes y, por consiguiente, más visibles en situaciones excepcionales si bien son decepcionantes a largo plazo, sin mencionar que presentan mayor riesgo de excesos.



La cultura de una sociedad influye en el psiquismo y en los rasgos de personalidad de los individuos que la componen, y sucede lo mismo a la inversa: el sistema favorece a los individuos más narcisistas y estos transforman la sociedad. ¡Es un círculo vicioso! Nuestros hijos, en su mayoría centrados en las redes sociales, también van a ayudar a construir una sociedad cada vez más narcisista y por ende excluyente.

Los avances tecnológicos y la globalización, que modifican nuestros límites y fomentan sueños de grandeza y de omnipotencia, han conllevado una profunda transformación de lo que somos. Es indiscutible que nuestra sociedad moderna y capitalista, fundada sobre el culto de la eficiencia, la valía de uno mismo y el siempre más, promueve un contexto de cultura narcisista. El auge del narcisismo se puede concebir como una respuesta psíquica frente a una sociedad individualista, de eficacia y de consumo, muy centrada en el beneficio y en el cortoplacismo.

Todos los políticos son narcisistas. Un jefe de Estado debe ser lo suficientemente narcisista como para hacerse respetar a nivel internacional, pero no tanto como para distanciarse de su pueblo. Sin embargo, puesto que el ejercicio del poder acentúa los rasgos del carácter, algunos se vuelven narcisistas de forma caricaturesca. El ansia de poder puede llevarlos a pensar que están por encima de los demás y que tienen todos los derechos.



Se distinguen tres tipos de trastornos narcisistas de la personalidad: los narcisos con aires de grandeza como Donald Trump, que son arrogantes, se creen superiores a los demás y piensan que se lo merecen todo; los narcisos vulnerables, a quienes les avergüenza no ser lo que piensan que deberían ser; y los perversos narcisistas, más estrategas y cercanos a la psicopatía. En todo caso, y más allá del hecho de ser una patología, el narcisismo excesivo se ha convertido en un fenómeno social generalizado hasta el punto de poder hablar de epidemia.

El narcisismo patológico es un trastorno de la personalidad que surge de la incapacidad de regular la autoestima de uno mismo. Detrás de la arrogancia y de la megalomanía se esconde una gran fragilidad de la propia imagen. Es así que si bien los narcisos se colocan en el centro de todo, en su yo, no lo hacen por autosatisfacción, sino para compensar su falta de autoestima, lo que les lleva a oscilar entre el descrédito hacia sí mismos y la grandeza de su yo.

Todos los estudios han demostrado que el trastorno narcisista de la personalidad es más frecuente en hombres que en mujeres aunque con algunas particularidades: los hombres presentan mayor afirmación de sí mismos y una inclinación más pronunciada por el poder. Tienen más probabilidades que las mujeres de explotar a los demás y de sentirse merecedores de privilegios. En cambio, la vanidad y la autosuficiencia están al mismo nivel en ambos sexos.



Desde los años 2000 hemos presenciado el ascenso de hombres fuertes y autoritarios que, a pesar de haber sido elegidos democráticamente, se han convertido en auténticos autócratas. Algunos, han hecho lo posible por permanecer en el poder de por vida, lo que daña la democracia. El ascenso del narcisismo patológico en el caso de los jefes de Estado es especialmente inquietante.

¿Hay alternativa? Veo signos esperanzadores de una toma de conciencia. Uno de los ejemplos está relacionado precisamente con Trump, cuyo comportamiento es tan caricaturesco que contribuye a provocar reacciones diversas, como es el caso de mujeres jóvenes procedentes de minorías que se inician en política. Asimismo, una nueva generación comienza a denunciar algunas derivas, sobre todo a través de la lucha ecologista o del rechazo a trabajar para grandes empresas carentes de ética; una gran parte de la juventud quiere dar más sentido a su vida. Si estas reacciones aisladas o burbujas de reacción logran agruparse, podrían cambiar las cosas. TODOS PODEMOS SER VÍCTIMAS DE UN MANIPULADOR. El narcisista devora todo lo bueno de los demás. Como los vampiros.



Marie-France Hirigoyen (1949), psiquiatra, psicoanalista y victimóloga francesa. En los años 1990 denunció el acoso moral. Y fue ‘best seller’. Hoy vuelve con ‘Los Narcisos’ (Paidós), un libro en el que pone el dedo en la llaga de todos los males que nos deja una sociedad individualista, competitiva en extremo e insegura que está liderada por narcisistas patológicos. 

viernes, octubre 02, 2020

LOS NUEVE APUNTES VITALES DE BYUNG-CHUL HAN SOBRE LA PANDEMIA

Supervivencia, sacrificio del placer y pérdida del sentido de la buena vida. Después de la pandemia: Sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente. El ocio se ha convertido en un insufrible no hacer nada

BYUNG CHUL HAN

(Filósofo y ensayista surcoreano experto en estudios culturales. Profesor de la Universidad de las Artes de Berlín. Está considerado como uno de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su crítica al capitalismo, la sociedad del trabajo, la tecnología y la hipertransparencia)


Byung-Chul Han, filósofo coreano nacido en Seúl y autor del libro “la desesperación de los rituales” y de otras obras, es una de las mentes más innovadoras y críticas de la sociedad actual. Según él nuestra vida está impregnada de hipertransparencia e hiperconsumismo, de un exceso de información y de una positividad que conduce de forma inevitable a la sociedad del cansancio. El pensador expresa asimismo su preocupación por que el coronavirus imponga regímenes de vigilancia y cuarentenas biopolíticas, la pérdida de libertad, el in del buen vivir y una falta de humanidad generada por la histeria y el miedo colectivo. "La muerte no es democrática", advierte este pensador. La Covid-19 ha dejado latentes las diferencias sociales, ya que “el principio de la globalización es maximizar las ganancias” y “el capital el enemigo del ser humano”. La pandemia “ha costado muchas vidas en Europa y en Estados Unidos, y lo sigue haciendo”. Está convencido de que "la pandemia hará que el poder mundial se desplace hacia Asia” frente a lo que se ha llamado históricamente el Occidente. Comienza una nueva era. En este sentido Byung Chul Han da nueve apuntes muy a tener en cuenta.


UNO: “El coronavirus está mostrando que la vulnerabilidad o mortalidad humanas no son democráticas, sino que dependen del estatus social. La muerte no es democrática. La Covid-19 no ha cambiado nada al respecto. La muerte nunca ha sido democrática. La pandemia, en particular, pone de relieve los problemas sociales, los fallos y las diferencias de cada sociedad. Con la Covid-19 enferman y mueren los trabajadores pobres de origen inmigrante en las zonas periféricas de las grandes ciudades. Tienen que trabajar. El teletrabajo no se lo pueden permitir los cuidadores, los trabajadores de las fábricas, los que limpian, las vendedoras o los que recogen la basura. Los ricos, por su parte, se mudan a sus casas en el campo".

DOS: “La pandemia no es solo un problema médico, sino social. Una razón por la que no han muerto tantas personas en Alemania es porque no hay problemas sociales tan graves como en otros países europeos y Estados Unidos. Además el sistema sanitario es mucho mejor en Alemania que en los Estados Unidos, Francia, Inglaterra o Italia”.

TRES: “El segundo problema es que la Covid-19 no sustenta a la democracia. Como es bien sabido, del miedo se alimentan los autócratas. En la crisis, las personas vuelven a buscar líderes. El húngaro Viktor Orban se beneficia enormemente de ello, declara el estado de emergencia y lo convierte en una situación normal. Ese es el final de la democracia”.

CUATRO: “Con la pandemia nos dirigimos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, sino incluso nuestro cuerpo, nuestro estado de salud se convierte en objetos de vigilancia digital. El choque pandémico hará que la biopolítica digital se consolide a nivel mundial, que con su control y su sistema de vigilancia se apodere de nuestro cuerpo, dará lugar a una sociedad disciplinaria biopolítica en la que también se monitorizará constantemente nuestro estado de salud”.

CINCO: “El virus es un espejo, muestra en qué sociedad vivimos. Y vivimos en una sociedad de supervivencia que se basa en última instancia en el miedo a la muerte. Ahora sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente. Todas las fuerzas vitales se emplearán para prolongar la vida. En una sociedad de la supervivencia se pierde todo sentido de la buena vida. El placer también se sacrificará al propósito más elevado de la propia salud”.

SEIS: “La pandemia vuelve a hacer visible la muerte, que habíamos suprimido y subcontratado cuidadosamente. La presencia de la muerte en los medios de comunicación está poniendo nerviosa a la gente. La histeria de la supervivencia hace que la sociedad sea tan inhumana. A quien tenemos al lado es un potencial portador del virus y hay que mantenerse a distancia. Los mayores mueren solos en los asilos porque nadie puede visitarles por el riesgo de infección. ¿Esa vida prolongada unos meses es mejor que morir solo? En nuestra histeria por la supervivencia olvidamos por completo lo que es la buena vida”.

SIETE: “Por sobrevivir, sacrificamos voluntariamente todo lo que hace que valga la pena vivir, la sociabilidad, el sentimiento de comunidad y la cercanía. Con la pandemia además se acepta sin cuestionamiento la limitación de los derechos fundamentales, incluso se prohíben los servicios religiosos. Los sacerdotes también practican el distanciamiento social y usan máscaras protectoras. Sacrifican la creencia a la supervivencia. La caridad se manifiesta mediante el distanciamiento. La virología desempodera a la teología. Todos escuchan a los virólogos, que tienen soberanía absoluta de interpretación. La narrativa de la resurrección da paso a la ideología de la salud y de supervivencia. Ante el virus, la creencia se convierte en una farsa”. 

OCHO: “El pánico ante el virus es exagerado. La edad promedio de quienes mueren en Alemania por Covid-19 es 80 u 81 años y la esperanza media de vida es de 80,5 años. Lo que muestra nuestra reacción de pánico ante el virus es que algo anda mal en nuestra sociedad”.

NUEVE: “La Covid-19 probablemente no sea un buen presagio para Europa y Estados Unidos. El virus es una prueba para el sistema. Los países asiáticos, que creen poco en el liberalismo, han asumido con bastante rapidez el control de la pandemia, especialmente en el aspecto de la vigilancia digital y biopolítica, inimaginables para Occidente. Europa y Estados Unidos están tropezando. Ante la pandemia están perdiendo su brillo. El virus no detiene el avance de China. China venderá su estado de vigilancia autocrática como modelo de éxito contra la epidemia. Exhibirá por todo el mundo aún con más orgullo la superioridad de su sistema. La Covid-19 hará que el poder mundial se desplace un poco más hacia Asia. Visto así, el virus marca un cambio de era”.


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