El acoso escolar no es un
episodio pasajero, el problema se puede prolongar en el tiempo y mantenerse
ante la pasividad de los entornos de la víctima y el agresor. El bullying puede
aparecer de forma de acoso físico, verbal, social o por exclusión, sexual y
amenazas y coacciones y presentarse no solo en la escuela sino en las redes
sociales –sobre todo en adolescentes. Las familias deben conocer cuáles son los
indicios que hay detrás de un posible caso de acoso escolar.
Según los expertos, las
principales señales de alarma abarcan cambios en el comportamiento del menor, signos
físicos y síntomas psicosomáticos. Que el niño tenga cambios de humor, se
muestre más triste, irritable y retraído, sufra pesadillas, pierda o deteriore
sus efectos personales, presente golpes o moratones, tenga cuadros de estrés y
ansiedad, no quiera ir al colegio y evite relacionarse con sus compañeros.
Normalmente, los padres detectan
que el niño ya no es el mismo. Aquel menor tan comunicativo ha dejado de serlo,
apenas cuenta sus vivencias en clase, contesta mal y tiene arranques de cólera.
Tampoco disfruta de sus aficiones como antes, no tiene amigos y el domingo por
la tarde comienza a sentirse mal hasta el punto de tener malestar, dolores de
cabeza y alteraciones del apetito y el sueño. Incluso, su rendimiento escolar
suele caer en picado. El niño que sufre bullying tiene miedo y no sabe
cómo afrontarlo.
El acoso escolar es un problema
social creciente en España. El Estudio Cisneros del Instituto de
Innovación Educativa y Desarrollo Directivo de 2006 –el más exhaustivo
hasta la fecha– estableció que un 25% de los niños había sufrido acoso escolar
en alguna de sus formas, teniendo consecuencias que van desde las principales
señales de advertencia llegando hasta consecuencias extremas como el suicidio.
Sin duda, es una de las mayores preocupaciones de las familias en España.
La lucha contra el acoso escolar
debe implicar a toda la sociedad. No solo a las familias y al entorno
educativo, sino también a organismos oficiales, entidades sociales y empresas.
Con este objetivo ha nacido recientemente la Fundación ColaCao. Esta nueva
entidad implementará acciones en el ámbito de la educación, la investigación y
la divulgación, con el objetivo de promover un cambio social en torno al bullying
en todas sus formas, reivindicando la valía personal y autenticidad de cada
niño.
ColaCao siempre ha sido
una marca social, con valores y muy ligada a los niños, a quienes siempre ha
animado a sacar la mejor versión de ellos mismos. Con un producto cuya
principal virtud es su diferencia: La lucha contra el acoso escolar es una evolución
natural en este rol social de la marca, ya que el bullying atenta contra este
empoderamiento que ColaCao lleva fomentando desde sus orígenes, hace más
de 75 años.
Las líneas de actuación de esta
nueva entidad abarcarán desde programas escolares de alcance estatal que ayuden
a sensibilizar al alumnado en el respeto a los demás y en el rechazo al bullying,
a estudios sociológicos que aporten datos de calidad sobre la incidencia del
acoso escolar en España, pasando por el desarrollo de campañas solidarias o la
producción y difusión de materiales de divulgación y sensibilización.
El primer gran proyecto será el impulso de un documental sobre el acoso escolar y el papel del deporte como herramienta para combatirlo, y que tiene el objetivo de fomentar el debate social y dar información de calidad a los padres y madres alrededor del bullying.
En este sentido, la Fundación ColaCao ha establecido una alianza con NACE, una de las instituciones más relevantes en España en la lucha contra el bullying. Esta asociación, compuesta por psicólogos, abogados, profesores y otros perfiles especializados, lleva más de 10 años centrada en la prevención e intervención en procesos de acoso escolar, así como en el apoyo y atención a las víctimas y a sus familias de forma gratuita.