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domingo, junio 05, 2022

UCRANIA: ¿CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTA SITUACIÓN?

La conferencia dura unas dos horas y la presentación es en euskera y castellano (por si a alguno le molesta). La conferencia y el turno de preguntas es en castellano. Son jornadas sobre ‘Derechos Humanos’ celebrada en el Museo de San Telmo de San Sebastián. José Antonio Zorrilla fue diplomático y cónsul general de España en Milán, Shanghái y Moscú, así como embajador para Georgia y Estados del Cáucaso. Zorrilla, que se sale del discurso oficial para certificar que Occidente no ha hecho sus deberes con respecto a Rusia, provocar a la bestia del Kremlin para que desate su poder destructivo y que ampliar la OTAN, sin consenso, es un «gravísimo error» de tremendas consecuencias.

Ucrania no es lo que tratan de vendernos. Siempre he tenido claro lo que se expone en la conferencia. Mis continuas referencias en mi muro desde hace tiempo son prueba de ello. La conferencia es larga pero IMPRESCINDIBLE porque expresa los puntos clave de todo el conflicto actual. Las cosas nunca vienen por si solas, siempre hay intereses de poder que mueven las fichas. ¿Y cuál es la gran mano que mueve estas fichas en su afán de controlar el mundo? Creo que está más claro que el agua.

jueves, abril 21, 2022

CONTRA EL PENSAMIENTO UNICO (por ALFONSO DURÁN PICH)


ALFONSO DURÁN PICH

Es licenciado en Sociología por la Universidad de Deusto, licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona, Master en Sociedad de la Información y el Conocimiento por la Universitat Oberta de Catalunya, Diplomado en Administración de Empresas (SEP) por la Stanford Business School, Graduado en Periodismo por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Estudios especializados en macro y microeconomía con el profesor Peter Navarro de la universidad de Irvine (California), y en mercados financieros con el profesor Robert Shiller de la universidad de Yale.

Durante catorce años (1976-1990) fue profesor titular de Marketing de ‘ESADE’. Ha sido profesor invitado de las escuelas ESCP de Madrid y Fundesem de Alicante.

Es miembro de la ‘Conway Hall Ethical Society’, de la ‘American Marketing Association, de la Academy of Management’, de la ‘Skeptics Society’, del ‘Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya’ y del capítulo español de antiguos alumnos de la ‘Stanford Business School’.

Múltiples libros publicados. Su última obra en 2022: 


Su pensamiento acerca del conflicto en Ucrania (articulo extraído de su espacio blog  con más de 7 millones de visitas:

CONTRA EL PENSAMIENTO UNICO

“Cualquier fenómeno de cualquier naturaleza puede tener distintas lecturas según el plano desde el que se analice. Todas pueden ser auténticas y solo se comprende la globalidad si se integran en un todo común, en el que aparece el núcleo, la estructura y la periferia del fenómeno.

En el caso del conflicto de Ucrania, los medios de información del mundo liberal-conservador se han quedado en la periferia, que permite una lectura emocional del tema. Y lo han hecho de forma unánime, como siguiendo un guion pre-establecido. Nos hablan de muerte y de destrucción, de buenos y malos, de héroes y villanos. Incluso le han puesto una marca: “la guerra de Putin”. Como ya dije en una reciente ocasión: Nos toman por idiotas.

Una primera reflexión de carácter filosófico-religioso nos lleva a citar el maniqueísmo, un pensamiento religioso de origen persa surgido en el siglo III, que concibe el cosmos como una realidad dualística enfrentada: el bien y el mal. No hay matices ni zonas grises. Ni puntos fuertes, ni puntos débiles. O se es bueno o se es malo. El maniqueísmo ha hecho fortuna porque resulta cómodo cuando no se tienen razones suficientes para contrastar opiniones. Nos quedamos en la superficie. ¿Qué dice el catecismo dominante sobre este fenómeno? Lo que dice es bueno y lo contrario es malo. Así se ha hecho con el conflicto de Ucrania, aderezado además con imágenes que despiertan nuestros sentimientos más elementales.

Es por ello que para acercarse con un mínimo de rigor a este conflicto, hay que acudir a fuentes ajenas al barullo mediático convencional. Y en este caso, por razones obvias, nos hemos documentado de fuentes norteamericanas, país cuyo Estado es uno de los principales protagonistas del evento. Hemos de añadir que en contra de lo que algunos analistas puedan opinar, Estados Unidos y su complejo mecanismo de equilibrio de poderes (“check and balance”) permite que afloren informes muy precisos y objetivos de la realidad mundial, tanto en el ámbito político, como en el económico o en el social.

En este caso hemos gozado de dos entrevistas (una publicada en “Skeptic” y otra en el “The New Yorker”). En la primera Michael Shermer, reputado historiador de la ciencia, entrevista a Oliver Stone, uno de los grandes directores de cine americanos, con extensa obra premiada, tanto en películas como en documentales. Uno de esos documentales (2017) consistió en una serie de entrevistas con Vladimir Putin. En la vida de Oliver Stone hay una parcela que le marcó personalmente: luchó en la guerra de Vietnam, donde obtuvo dos “Corazones Púrpura” y una “Estrella de Bronce”. Es un veterano de guerra, no un turista accidental.

En la otra entrevista, el conocido colaborador de “New Yorker”  Isaac Chotiner, especializado en extensas entrevistas con figuras relevantes de la política y de la sociedad norteamericanas, dialoga con John Mearsheimer, uno de los grandes científicos políticos del mundo anglosajón, que desde su cátedra en la universidad de Chicago postula la teoría del “realismo ofensivo” sobre la lucha entre países por la hegemonía mundial.

La riqueza intelectual de estas conversaciones no cabe en esta columna, por lo que me limitaré a presentar las ideas clave que han ido surgiendo a través de los debates.


DEL TÁNDEM SHERMER – STONE (Conclusiones)

Tras el asesinato de John F.Kennedy, el complejo militar-industrial y las agencias de seguridad norteamericanas tomaron el poder, condicionando la actuación de los poderes tradicionales.

Ningún presidente posterior a Kennedy se ha atrevido a limitarlos, a pesar de los sucesivos escándalos materializados en Wikileaks. Tampoco lo ha hecho el Congreso.

El pensamiento paranoico es una columna vertebral de la cultura dominante de esas élites.

En 1961 los mandos militares del Pentágono se plantearon liquidar la Unión Soviética. Kennedy los contuvo. Quizás se auto-sentenció.

En 1962 se estuvo al borde de una guerra nuclear, que no estalló por el acercamiento personal entre Kennedy y Kruschev.

Los misiles de Cuba fue la respuesta estratégica de Kruschev a los misiles Júpiter instalados por la OTAN en Turquía.

En 1962 la superioridad americana sobre la soviética en términos nucleares era de 17 a 1. La supuesta amenaza soviética era una falacia.

En 1963 Kennedy y Kruschev ratificaron el único tratado serio sobre armas nucleares firmado hasta la fecha.

En 1991 se perdió la oportunidad de integrar a la Federación Rusa al mundo occidental y sus valores, e iniciar una etapa de prosperidad y paz mundial. ¿Quién se opuso a ello y por qué?

Desde entonces la OTAN se ha ido extendiendo y en la actualidad hay misiles antibalísticos en varios países del este de Europa.

Si los rusos instalaran equipos nucleares en México o Canadá, ¿qué haríamos nosotros? Lo mismo que ha hecho el gobierno de Vladimir Putin. Ni más ni menos.

En el 2014 hubo en Ucrania un golpe de Estado anti-ruso que impuso un gobierno pro-americano.

La continuidad de Ucrania (o lo que quede de ella) pasa por un estatus de “país neutral”, como lo fueron Finlandia y Austria después de la II Guerra Mundial.

Hay que volver a los acuerdos entre Gorbachov, James Baker y George Bush de 1989-1991, que pusieron fin a la “guerra fría” y que, en palabras de James Baker, entonces Secretario de Estado, aseguraban que la OTAN no avanzaría “ni una pulgada hacia el Este”.

El presidente Zelensky (en su condición de actor) se ha convertido en un presentador de las bondades del martirologio.

Hay temas de alcance mundial (como el cambio climático y el terrorismo islámico) que sin la cooperación de Rusia y China nunca se podrán resolver o paliar.

El gobierno norteamericano no se halla en condiciones de dar lecciones a nadie. Sus constantes fracasos (Irak, Afghanistán, Egipto, etc.) han demostrado los errores de su política exterior.

 

DEL TÁNDEM CHOTINER – MEARSHEIMER (Conclusiones)

El conflicto de Ucrania nació en abril del 2008, cuando en la cumbre de la OTAN en Bucarest se hizo una declaración en la que se abría la organización a Georgia y Ucrania.

De forma inmediata el gobierno ruso declaró que ello significaba para Rusia una amenaza existencial.

Lo de Rusia con Ucrania es similar a la “doctrina Monroe” de Estados Unidos, extendida a todo Occidente. Nadie en el mundo occidental se atreve a cuestionar el liderazgo norteamericano. No parece razonable que el gobierno de Ucrania haga lo propio con su vecina hegemónica en aquel territorio.

La historia de que Rusia está dispuesta a invadir otros países de Europa del Este y que Putin está interesado en crear una Rusia mayor y reinventar la Unión Soviética es una estupidez.

Se falsean constantemente las palabras de Putin. Por ejemplo, cuando dijo “Aquel que no encuentre a faltar a la Unión Soviética es que no tiene corazón”, se argumenta que pretende recuperar el proyecto. Cuando de hecho, a continuación añadió: “Quien la quiera de vuelta no tiene cerebro”.

Los países occidentales y especialmente el gobierno norteamericano es el principal responsable del actual desastre.

No parece probable que el gobierno ruso pretenda ocupar militarmente Ucrania y tomar Kiev. Lo que sí parece probable es que desee implantar en Kiev un gobierno no beligerante con Rusia. Un gobierno neutral, no un gobierno pro-americano.

Hemos de competir con China, no con Rusia. Hemos de conseguir que Rusia se decante hacia nuestra balanza y no hacia la de China.

Si la OTAN no se hubiera movido hacia el Este, lo más probable es que no hubiera sucedido nada: ni lo del Donbass, ni lo de Crimea, ni la guerra actual. El gobierno ucraniano hubiera continuado siendo el gobierno de un país neutral, pero próximo por razones culturales, lingüísticas e históricas a la Federación Rusa.

Estados Unidos ha tratado de ir creando por el mundo “democracias liberales” y ha fracasado.

Lo esencial de la “Doctrina Bush” era que, si podíamos crear una democracia liberal en Irak, luego por efecto dominó otros países como Siria, Irán e incluso Egipto se incorporarían al modelo. Arabia Saudita, una autocracia ortodoxa, no se incluía en el pack por razones obvias (el petróleo).

No hay que confundirse entre lo que es correcto estratégicamente y lo que es moral en el mismo sentido. Estados Unidos se asoció con la Unión Soviética para luchar contra los nazis y fue una decisión sabia estratégicamente, aunque no lo fuera moralmente (valores enfrentados). En el caso de Ucrania las razones estratégicas son mucho más importantes que las reticencias morales. 

Es como si hubiéramos abierto una ventana y el aire fresco hubiera penetrado en la habitación y nos hubiera recuperado de nuestro aburrido letargo. Cuatro ciudadanos norteamericanos independientes, de reconocida valía en sus campos, explican al mundo el porqué de todo ello. Saben de qué hablan, tienen experiencia directa, se han documentado. No les importa hacer autocrítica sobre su propio país. No se ocultan bajo ninguna bandera.

No se quedan en la superficie (las bombas, los refugiados, los edificios destruidos). No se trata de saber lo que pasa (ni en esto ni en nada). Hay que ahondar y tratar de averiguar el por qué. Hay que pasar de la información al conocimiento.

Y en eso estamos”.

ALFONSO DURÁN PICH

Fuente: "Contra el Pensamiento Único"

lunes, febrero 28, 2022

LA CRISIS DE UCRANIA: EL PARAÍSO DE LAS MILICIAS NEONAZIS

Antes de buscar culpables hay que conocer las causas y saber qué y quien está detrás de este conflicto entre Rusia y Ucrania y evitar las desinformaciones. Como bien dice el gran periodista Pascual Serrano: “El exceso y la rapidez de la información han logrado insensibilizarnos como no lo hubiera logrado la política y el sistema menos solidario del mundo. El caso de la información internacional es el más desesperante (…) Nuestra sociedad está abandonando los hechos y la razón para abrazar las emociones y los sentimientos”.

Según publica el trabajo de investigación de Al Descubierto, “En las últimas semanas, medio mundo está pendiente del conflicto entre Rusia y la OTAN, la alianza militar liderada por Estados Unidos a la que pertenecen casi todos los países de Europa. Un conflicto que tiene como centro neurálgico Ucrania, un estado que hace fronterizo entre ambos. Esto ha supuesto, por lo tanto, un choque frontal entre la Unión Europea y Rusia que se ha traducido en la movilización de tropas, entre otras polémicas decisiones, resucitando en España el «No a la Guerra» que se agitó cuando José María Aznar formaba parte del llamado «Trío de las Azores».

Los dos lados de este conflicto se señalan mutuamente por lo que consideran una violación de su soberanía y una amenaza a la integridad de su población y de sus intereses, con un grave intercambio de acusaciones.

Por un lado, la OTAN busca incorporar a Ucrania a su alianza, considerando que este país tiene todo el derecho del mundo a hacerlo; por otro lado, el gobierno del Kremlin, liderado por el veterano Vladimir Putin, considera que ubicar tropas militares a las puertas de su casa es una amenaza directa a su país.

Así, el órdago lanzado por Putin es claro: quiere que la presencia militar de la OTAN retroceda a la situación de 1997, esto es, antes de que los países del este exsoviéticos se unieran a la Alianza Atlántica (Polonia, Hungría, República Checa, Bulgaria, Estonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia).

Para sostener su posición, el gobierno ruso cita el acuerdo sostenido entre George Bush y Mijaíl Gorbachov en 1990: a cambio de permitir la reunificación de Alemania, el entonces presidente estadounidense acordó que no incorporaría a la OTAN países de la antigua esfera soviética (pertenecientes al extinto Pacto de Varsovia).

Como dicho pacto nunca se puso por escrito y EEUU negaba la mayor, en 1997, Bill Clinton y Boris Yeltsin firmaron el Acta Fundacional Rusia-OTAN, donde se comprometieron a no colocar tropas en los países anteriormente mencionados. Este pacto tampoco ha llegado a cumplirse. Con el tiempo, el conflicto político, económico y militar ha vuelto, con intereses en juego para los dos bandos, trayendo recuerdos de la extinta Guerra Fría y colocando a Europa al borde del conflicto militar, al menos aparentemente.

Expansión de la OTAN en Europa por año. Autor: Ministerio de Educación. Fuente: OTAN

Mientras los grandes medios de comunicación de ambos bandos alerta del peligro que supone el otro y se preparan para justificar cualquier postura, lo cierto es que las maniobras militares ya se están dando en uno y otro lado de la frontera. En España, las protestas inundaron las redes sociales cuando el gobierno movilizó la fragata Blas de Lezo con 200 efectivos a bordo, una movilización que ha continuado y que continuará, previsiblemente. Mientras, fuentes afirman que cerca de Ucrania, el gobierno ruso habría movilizado entre 100.000 y 150.000 efectivos, lo que consideran, de hecho, el principal desencadenante de la crisis. Las cifras y los datos sobre estas maniobras siguen actualmente en disputa, con varias versiones y bailes estadísticos.

Sin embargo, mientras la mayoría de analistas y expertos se dedica a buscar argumentos para ver quién está sosteniendo la posición más lógica, son pocas las personas que analizan cómo la extrema derecha y, más concretamente, grupos neonazis, están teniendo un papel crucial en el conflicto desde hace años. Y cómo han encontrado en Ucrania un campo donde dar rienda suelta a sus retrógradas ideas.

LEER EL REPORTAJE AL COMPLETO HACIENDO ‘CLICK’ EN EL SIGUIENTE ENLACE

miércoles, enero 26, 2022

¿POR QUÉ UCRANIA ES TAN IMPORTANTE PARA RUSIA?

Ucrania es fundamental para Rusia por una serie de factores históricos, geopolíticos y económicos. Moscú sostiene que ambos países comparten un origen y una identidad, por lo que considera que los ucranianos son una parte inseparable de la nación rusa. En el ámbito geopolítico, el control ruso de Ucrania es esencial para evitar la adhesión ucraniana a la OTAN y a la Unión Europea, lo que pondría en riesgo el papel de Rusia como potencia. Además, Moscú cuenta con intereses económicos en el país vecino. El Estado ucraniano representa una de las principales economías del espacio postsoviético y alberga gran parte de la red de gasoductos rusos que suministran gas a Europa.

UN VÍNCULO MILENARIO

El nacimiento de Rusia y Ucrania se sitúa hace 1.200 años en la Rus de Kiev. Esta federación de tribus eslavas dominó el noreste de Europa durante la Edad Media y tenía su epicentro en la capital ucraniana. Para el nacionalismo ruso supuso el comienzo de su historia. Moscú cree que todos los eslavos orientales comparten una única cultura basada en el cristianismo ortodoxo, las raíces eslavas y el idioma ruso. Ucrania y Bielorrusia estarían incluidas en esa cultura, con los nombres tradicionales de ‘Rusia Pequeña’ y ‘Rusia Blanca’, respectivamente.

Los lazos históricos y culturales han marcado la actitud paternalista del Kremlin hacia Ucrania. Para el presidente ruso Vladímir Putin, el Estado ucraniano se encuentra en la esfera de influencia de Moscú; de ahí que cualquier injerencia occidental le resulte inaceptable. Otro aspecto relevante es la demografía de Ucrania: un 17% de la población del país se identifica con la etnia rusa y casi un tercio habla ruso como lengua nativa. La mayoría de estos habitantes se ubican en la península de Crimea, que Rusia se anexionó de facto en 2014, y especialmente en el Donbás. En esta región del este de Ucrania, Kiev y los separatistas libran una guerra desde el mismo año. Y con el pretexto de proteger a esa población rusa en Ucrania, el Gobierno ruso ha efectuado acciones militares en el país vecino.

EVITAR LA ALIANZA CON OCCIDENTE

La postura de Moscú respecto a Ucrania también esconde intereses geopolíticos. La idea de que existan bases de la OTAN en el corazón de la cultura rusa es una línea roja para Putin. Después de que las repúblicas bálticas —Lituania, Letonia y Estonia— pasaran de la Unión Soviética a la órbita europea, una hipotética adhesión de Ucrania al bloque occidental dañaría la posición de Rusia en la zona y colocaría a Estados Unidos a las puertas de su frontera occidental. En ese sentido, una Ucrania hostil podría amenazar la supervivencia de Rusia.

La unión de Ucrania a Occidente, de paso, podría debilitar la estabilidad del Gobierno ruso. El Kremlin teme que la difusión de los ideales liberales en países vecinos se extienda hacia su territorio, como ya demostró Putin al usar la fuerza para reprimir los movimientos prooccidentales en Georgia y Ucrania. Ahora, con el recrudecimiento de las tensiones en el Donbás y las protestas de la oposición contra el régimen de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia, la posibilidad de una intervención militar contra Ucrania vuelve a estar presente. Los altos costes de la guerra, no obstante, dificultan esa opción.

LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA Y EL GAS, DOS ELEMENTOS CLAVE

La economía desempeña otro papel trascendental en las relaciones entre Ucrania y Rusia. Moscú ha intentado reconstruir su influencia en el espacio postsoviético con diferentes proyectos de integración política y económica. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, surgieron la Comunidad de Estados Independientes y la Comunidad Económica Euroasiática, actual Unión Económica Euroasiática. Sin embargo, la creación de un bloque que rivalice con la Unión Europea resulta inviable sin la participación de Ucrania. Putin sabe que el éxito de una futura Unión Euroasiática depende de integrar a una de las economías más importantes de la antigua URSS. Con ello, Rusia no solo reconstruiría el mercado común soviético, sino que terminaría con cualquier posibilidad de adhesión ucraniana a la Unión Europea.

La crisis energética que vive Europa, además, ha acentuado la importancia de Ucrania, ya que Rusia es el principal proveedor de gas natural del continente, con un 40% de sus importaciones. Este suministro se realiza a través de los gasoductos que cruzan Ucrania. Gracias a ello, el Estado ucraniano cobra miles de millones de euros en peajes, pero este rol subordina el abastecimiento a las disputas políticas entre Kiev y Moscú. Para no depender de su vecino, el Kremlin está diversificando las rutas de suministro con nuevos gasoductos como el Nord Stream 2 y el TurkStream. Con estas infraestructuras, Rusia lograría abastecer a Alemania y Turquía, sus dos clientes principales, sin cruzar la frontera ucraniana. En el caso del Nord Stream 2, Rusia conseguiría aislar a Ucrania, dejándola expuesta con menos relevancia geopolítica para Europa y sin gran parte de su poder de negociación con las dos partes.

Autores del articulo: El Orden Mundial (Grupo de jóvenes analistas especializados en distintas áreas de Relaciones Internacionales. Nuestro objetivo: comprender cómo funciona el mundo).

lunes, enero 24, 2022

RUSIA & UCRAINA, CLAVES PARA ENTENDER LA SITUACIÓN

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cree que su homólogo ruso, Vladimir Putin, intervendrá en Ucrania, pero no quiere una guerra en toda regla.  EE.UU. reafirma, junto a la Unión Europea, la OTAN y la OSCE, la defensa de la arquitectura de seguridad europea existente y su determinación de resolver por la vía diplomática la crisis con un frente transatlántico fuerte, claro y unido. Debido a esta tención geoestratégica, Europa está más cerca de la guerra ahora de lo que ha estado desde la desintegración de la antigua Yugoslavia. Es la dura realidad de las tensiones actuales con de Rusia y Ucrania. Saltan las preguntas:

¿POR QUÉ ESTÁ RUSIA AMENAZANDO A UCRANIA?

Ucrania comparte fronteras tanto con la Unión Europea como con Rusia, pero como antigua república soviética tiene profundos lazos sociales y culturales con Rusia, y hay una amplia población de habla rusa. Rusia se ha resistido durante mucho tiempo al acercamiento de Ucrania hacia las instituciones europeas y la OTAN en particular. Cuando los ucranianos depusieron a su presidente prorruso a principios de 2014, Rusia se anexó la península de Crimea, en el sur de Ucrania, y respaldó a los separatistas que capturaron grandes extensiones del este de Ucrania. Desde entonces, los rebeldes prorrusos han luchado contra el ejército ucraniano en un conflicto que se ha cobrado más de 14.000 vidas. 

¿QUÉ QUIERE RUSIA DE LA OTAN?

Para Rusia es absolutamente obligatorio garantizar que Ucrania nunca se convierta en miembro de la OTAN. Moscú acusa a los países de la OTAN de "inyectar" en Ucrania armas y a involucrar Estados Unidos de avivar las tensiones. El presidente Putin se ha quejado de que “Rusia ya no tiene ningún otro lugar al que retirarse. ¿Piensan que nos quedaremos de brazos cruzados?". Rusia quiere que la OTAN regrese a las fronteras que tenía antes de 1997 y exige que la alianza no tenga más expansión hacia el Este y también quiere el fin de la actividad militar de la OTAN en Europa del Este. Eso significaría que las unidades de combate se retirarían de Polonia y de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, y no se desplegarían misiles en países como Polonia y Rumania. Rusia también ha propuesto un tratado con Estados Unidos que prohíba el despliegue de armas nucleares más allá de sus territorios nacionales.

¿QUÉ QUIERE RUSIA CON UCRANIA?

Rusia se apoderó de Crimea en 2014 argumentando que tenía un reclamo histórico sobre la península. Ucrania era parte de la Unión Soviética, que colapsó en diciembre de 1991, y Putin dijo que el evento fue la "desintegración de la Rusia histórica". Putin llamó a los rusos y ucranianos "una nación" y calificó a los líderes actuales de Ucrania de llevar a cabo un "proyecto antirruso". 

¿PUEDE DETENERSE LA ACCIÓN MILITAR RUSA?

Los funcionarios rusos han advertido que el rechazo occidental a sus demandas clave está conduciendo a un "callejón sin salida". La pregunta es hasta dónde llegará Rusia. Una invasión a gran escala sería un desastre para Rusia. Pero una incursión menor terminaría en desacuerdo sobre cómo proceder. Rusia tiene otras armas, como ataques los cibernéticos y las tácticas paramilitares. En este sentido, el Pentágono acusó a Rusia de preparar una "operación de bandera falsa" (algo que EE.UU ha hecho infinidad de veces con otros países y conflictos para su interés), para tener un pretexto para la invasión. Rusia evidentemente lo niega. Rusia también ha entregado 500.000 pasaportes en áreas controladas por los rebeldes, por lo que, si no obtiene lo que quiere, podría justificar cualquier acción con el pretexto de proteger a sus propios ciudadanos.

Sin embargo, si el único objetivo de Rusia es obligar a la OTAN a alejarse de su "patio trasero", no hay señales de que vaya a tener éxito. Los 30 miembros de la OTAN han rechazado rotundamente cualquier intento de ceder ante Rusia. No permitirá que nadie cierre la política de puertas abiertas de la OTAN. Ucrania está buscando unirse y la OTAN y según ésta Rusia no tiene veto, ni derecho a interferir en ese proceso. Suecia y Finlandia, que no son miembros de la OTAN, también han rechazado el intento de Rusia de impedir que refuercen sus lazos con la alianza.

¿HASTA DÓNDE LLEGARÁ OCCIDENTE POR UCRANIA?

Estados Unidos ha dejado en claro que está comprometido a ayudar a Ucrania a defender su territorio soberano. Las principales herramientas de Occidente parecen ser las sanciones y la ayuda militar en forma de asesores y armas. El mayor golpe económico sería desconectar el sistema bancario de Rusia del sistema internacional de pagos Swift. Otra amenaza clave es impedir la apertura del gasoducto ‘Nord Stream 2’ de Rusia en Alemania. El regulador de energía alemán está decidiendo actualmente su aprobación. Si hay una mayor escalada rusa, este gasoducto no podría entrar en servicio. También podría haber medidas dirigidas al Fondo Ruso de Inversión Directa o restricciones a los bancos que convierten rublos en moneda extranjera.

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