Mostrando entradas con la etiqueta El Orden Mundial. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El Orden Mundial. Mostrar todas las entradas

martes, febrero 08, 2022

¿QUÉ ES UN ATAQUE DE FALSA BANDERA Y CÓMO SE HAN USADO PARA INICIAR GUERRAS?


Un ataque de falsa bandera es una acción hostil orquestada por sus propios autores de manera que no parezcan los responsables de ella. Estas operaciones encubiertas buscan atribuir a otras personas la autoría de la agresión con el objetivo de iniciar un conflicto u obtener un rédito político.

El concepto false flag apareció por primera vez en el Oxford English Dictionary en 1569. Sin embargo, su uso se extendió varios siglos más tarde en el mundo naval. Al inicio, la falsa bandera aludía a cuando los piratas enarbolaban la de otros barcos para poder acercarse a sus objetivos y atacarlos. Esta artimaña se difundió en el mundo militar y fue aceptada por las leyes marítimas internacionales. La única condición era que el buque atacante izara su enseña nacional justo antes de emprender su ofensiva.

Durante las dos guerras mundiales, las marinas de guerra emplearon la táctica de falsa bandera con frecuencia, pero no sería hasta los años ochenta cuando el columnista del London Daily TelegraphRobert Moss, popularizó el sentido actual del término. Moss usó la noción de falsa bandera para referirse a la fabricación de armas dirigida por los soviéticos durante la Guerra Fría con el propósito de acusar a Occidente de su elaboración y de su respaldo a organizaciones terroristas.

La falsa bandera, una práctica antigua

Pese a ser un concepto reciente, las operaciones de falsa bandera han estado presentes puede que desde la Antigüedad. El ascenso de Darío I al trono del Imperio persa en el siglo VI a. C. está considerado como una de sus primeras manifestaciones. La versión del rey recoge que asesinó al mago Gaumata, quien había usurpado el trono a Cambises II haciéndose pasar por su hermano Esmerdis. Por el contrario, la historiografía contemporánea considera que Darío utilizó este relato para ocultar el magnicidio de su predecesor y legitimar su toma del poder.

Con todo, los ataques de falsa bandera se hicieron más evidentes en el siglo XX. La mayoría sirvió para justificar una ofensiva militar previa a la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1931, un grupo de militares japoneses voló una parte de la vía de ferrocarril que estaban construyendo en la localidad china de Mukden, ubicada en la zona de ocupación nipona de Manchuria. Japón culpó a China por la supuesta agresión y comenzó su invasión de la región. 

En agosto de 1939, oficiales nazis vestidos con uniformes del Ejército de Polonia atacaron una emisora de radio en el municipio polaco de Gleiwitz, en la frontera con Alemania, y amenazaron con ir a la guerra contra Hitler. Aquel incidente sirvió como pretexto al Tercer Reich para iniciar su invasión. Dos meses después, artilleros soviéticos dispararon contra el pueblo ruso de Mainila y responsabilizaron a Finlandia del ataque. Así comenzó la guerra de Invierno entre la URSS y los finlandeses. De este modo, las operaciones de falsa bandera se mostraron como un instrumento útil para la guerra. 

Controversias y conspiraciones: de la Alemania nazi al 11S

Más allá de su potencial bélico, los ataques de falsa bandera también se han usado para desacreditar a la oposición y afianzar el poder gubernamental. Un ejemplo podría ser el Incendio del Reichstag en febrero de 1933. Si bien los nazis acusaron a los comunistas y a los socialistas de haberlo perpetrado, existen indicios que señalan como autores materiales a los hombres de Hitler, quien habría provocado esa coartada para suspender la Constitución de 1919 e instaurar el Tercer Reich. Algo parecido sucedería con la operación Gladio. Este nombre hace referencia a las actividades secretas supuestamente respaldadas por la CIA y la OTAN para desacreditar a los comunistas en Italia. Estas acciones abarcaron el atentado de Piazza Fontana en 1969, la matanza de Bolonia en 1980 y, especialmente, el secuestro y asesinato en 1978 del ex primer ministro Aldo Moro, atribuido a las Brigadas Rojas.

Sin embargo, la clandestinidad de estas operaciones ha provocado suspicacias y acusaciones. La falta de pruebas y la contradicción de los testimonios impidieron demostrar con certeza las causas de la quema del Parlamento alemán o de la explosión del acorazado Maine en Cuba en 1898, gracias a la cual Estados Unidos inició su guerra contra España por la independencia de la entonces colonia. En otros casos, se ha usado el concepto de ataque de falsa bandera para agitar teorías de la conspiración, como la que acusa al Gobierno de Estados Unidos de haber estado detrás de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Texto original: El Orden Mundial 

miércoles, enero 26, 2022

¿POR QUÉ UCRANIA ES TAN IMPORTANTE PARA RUSIA?

Ucrania es fundamental para Rusia por una serie de factores históricos, geopolíticos y económicos. Moscú sostiene que ambos países comparten un origen y una identidad, por lo que considera que los ucranianos son una parte inseparable de la nación rusa. En el ámbito geopolítico, el control ruso de Ucrania es esencial para evitar la adhesión ucraniana a la OTAN y a la Unión Europea, lo que pondría en riesgo el papel de Rusia como potencia. Además, Moscú cuenta con intereses económicos en el país vecino. El Estado ucraniano representa una de las principales economías del espacio postsoviético y alberga gran parte de la red de gasoductos rusos que suministran gas a Europa.

UN VÍNCULO MILENARIO

El nacimiento de Rusia y Ucrania se sitúa hace 1.200 años en la Rus de Kiev. Esta federación de tribus eslavas dominó el noreste de Europa durante la Edad Media y tenía su epicentro en la capital ucraniana. Para el nacionalismo ruso supuso el comienzo de su historia. Moscú cree que todos los eslavos orientales comparten una única cultura basada en el cristianismo ortodoxo, las raíces eslavas y el idioma ruso. Ucrania y Bielorrusia estarían incluidas en esa cultura, con los nombres tradicionales de ‘Rusia Pequeña’ y ‘Rusia Blanca’, respectivamente.

Los lazos históricos y culturales han marcado la actitud paternalista del Kremlin hacia Ucrania. Para el presidente ruso Vladímir Putin, el Estado ucraniano se encuentra en la esfera de influencia de Moscú; de ahí que cualquier injerencia occidental le resulte inaceptable. Otro aspecto relevante es la demografía de Ucrania: un 17% de la población del país se identifica con la etnia rusa y casi un tercio habla ruso como lengua nativa. La mayoría de estos habitantes se ubican en la península de Crimea, que Rusia se anexionó de facto en 2014, y especialmente en el Donbás. En esta región del este de Ucrania, Kiev y los separatistas libran una guerra desde el mismo año. Y con el pretexto de proteger a esa población rusa en Ucrania, el Gobierno ruso ha efectuado acciones militares en el país vecino.

EVITAR LA ALIANZA CON OCCIDENTE

La postura de Moscú respecto a Ucrania también esconde intereses geopolíticos. La idea de que existan bases de la OTAN en el corazón de la cultura rusa es una línea roja para Putin. Después de que las repúblicas bálticas —Lituania, Letonia y Estonia— pasaran de la Unión Soviética a la órbita europea, una hipotética adhesión de Ucrania al bloque occidental dañaría la posición de Rusia en la zona y colocaría a Estados Unidos a las puertas de su frontera occidental. En ese sentido, una Ucrania hostil podría amenazar la supervivencia de Rusia.

La unión de Ucrania a Occidente, de paso, podría debilitar la estabilidad del Gobierno ruso. El Kremlin teme que la difusión de los ideales liberales en países vecinos se extienda hacia su territorio, como ya demostró Putin al usar la fuerza para reprimir los movimientos prooccidentales en Georgia y Ucrania. Ahora, con el recrudecimiento de las tensiones en el Donbás y las protestas de la oposición contra el régimen de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia, la posibilidad de una intervención militar contra Ucrania vuelve a estar presente. Los altos costes de la guerra, no obstante, dificultan esa opción.

LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA Y EL GAS, DOS ELEMENTOS CLAVE

La economía desempeña otro papel trascendental en las relaciones entre Ucrania y Rusia. Moscú ha intentado reconstruir su influencia en el espacio postsoviético con diferentes proyectos de integración política y económica. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, surgieron la Comunidad de Estados Independientes y la Comunidad Económica Euroasiática, actual Unión Económica Euroasiática. Sin embargo, la creación de un bloque que rivalice con la Unión Europea resulta inviable sin la participación de Ucrania. Putin sabe que el éxito de una futura Unión Euroasiática depende de integrar a una de las economías más importantes de la antigua URSS. Con ello, Rusia no solo reconstruiría el mercado común soviético, sino que terminaría con cualquier posibilidad de adhesión ucraniana a la Unión Europea.

La crisis energética que vive Europa, además, ha acentuado la importancia de Ucrania, ya que Rusia es el principal proveedor de gas natural del continente, con un 40% de sus importaciones. Este suministro se realiza a través de los gasoductos que cruzan Ucrania. Gracias a ello, el Estado ucraniano cobra miles de millones de euros en peajes, pero este rol subordina el abastecimiento a las disputas políticas entre Kiev y Moscú. Para no depender de su vecino, el Kremlin está diversificando las rutas de suministro con nuevos gasoductos como el Nord Stream 2 y el TurkStream. Con estas infraestructuras, Rusia lograría abastecer a Alemania y Turquía, sus dos clientes principales, sin cruzar la frontera ucraniana. En el caso del Nord Stream 2, Rusia conseguiría aislar a Ucrania, dejándola expuesta con menos relevancia geopolítica para Europa y sin gran parte de su poder de negociación con las dos partes.

Autores del articulo: El Orden Mundial (Grupo de jóvenes analistas especializados en distintas áreas de Relaciones Internacionales. Nuestro objetivo: comprender cómo funciona el mundo).

Entrada destacada

ANNA CALVI – PEAKY BLINDERS ORIGINAL SCORE SEASON 5 & 6

«Me fascina la manipulación de las emociones con el sonido. Es misterioso para mí. A veces, poner en una escena la música opuesta a la que e...