La Economía es esa terrible bestia negra que nos persigue como un fantasma, desde el mismo día que nacemos, cuando ya succionamos los recursos limitados de nuestra querida madre, cuando de adultos intentamos sobrevivir y finalmente cuando morimos siendo aun negocio para muchos. Parece ser que nos hemos convertido en simples variables económicas que juegan a disfrazarse de “humanos” siguiendo las subidas y bajadas de los mercados.
La Economía es la ciencia social que trata de administrar eficazmente los
recursos limitados según las necesidades ilimitadas de los seres humanos, una
afirmación muy lógica pero que no cuadra con la realidad que vivimos. Ahí es donde se
produce el gran quid del desequilibrio:
quien controla las necesidades y recursos de este planeta, desestabiliza la balanza a su antojo.
La vida no es lo que debería ser.
El gran dilema no está en las cosas en si mismas sino en las personas. El ser
humano es un programa perfecto para ejecutar lo deseable y sus contrarios, una maquina genial capaz de pensar soluciones partiendo de la creación de problemas
con el único de fin de obtener objetivos: poder, control, dominio y satisfacción
sobre los demás. Establecido ese leiv
motiv, el resto se auto construye por si mismo en torno a eso: consumismo,
irresponsabilidad empresarial, poder publicitario, control de masas, guerras, lucha
por la hegemonía energética, de los recursos naturales, de los alimentos, obtener
el monopolio de la salud y la enfermedad, etc.
¿Es necesario
vivir bajo el peso enorme de esta gigantesca
pirámide? De pequeños vemos la vida como un sueño, como un lugar bello, como un
fragmento de tiempo en el cual todo parece moverse al ritmo de un vals. Pero cuando
despertamos, el ensueño se resquebraja, vemos que los conejos son ratas y las nubes
dejan de ser azucaradas. Simplemente, la creación deja de cuadrar.
Cuesta razonar y comprender que toda
esa compleja arquitectura de esfuerzos solo sirva para
alimentar economías de mercado, las ambiciones de una casta iluminada que
controla el mundo. Este interesantísimo
documental, te dejan ya clavado, la
cabeza da vueltas como un tiovivo. Si no pensamos no somos capaces de vivir y, por tanto, no merecemos ser realmente HUMANOS.
KarlFM.-
KarlFM.-
Agradecimientos a