La cabeza es una esfera que contiene masa cerebral cuya función consiste en ser utilizada de manera productiva para obtener resultados beneficiosos, sin embargo, a veces, descarrila de su habitual órbita y empieza a rodar sin ton ni son. Es el síntoma que los freakies denominan ida de olla o salida de pinza. Expliquemos eso con mejor detalle.
Los habitantes que constituyen el núcleo de una sociedad es tan variopinto que muchas veces es difícilmente estudiable. Cuando más observas las dinámicas de los grupos sociales más sorpresas te asaltan como retos. La sociedad humana es el conglomerado vital más complejo que existe en la Naturaleza.
Me parece grotesco y chocante que a fechas actuales teniendo en cuenta el abandono de las cavernas y las sociedades herméticas del oscuro medioevo, todavía persistan en el seno social pensamientos, actitudes y prejuicios que convierten el ser humano es una especie difícilmente valorable y creíble.
La sociedad actual y el día a día sacan constantemente a la luz esas idas de olla que tanto nos avergüenzan a unos pero que a otros les parecen argumentos para montar verdaderos espectáculos dantescos. Da igual que las pinzas se suelten tras la consecución de títulos futbolísticos, proyectos universitarios para privatizar los centros, desalojos okupas, manis antisistema, huelgas generales o cualquier otra respuesta social de la masa herida, exaltada o manipulada por grupos provocantes y subversivos. La cuestión es tocar las pelotas y sacudir la calma del sistema, si la hay.
Como habitante de este mundo y de rebote de un mundo que cada vez me decepciona más, me gusta, y creo que todos deberían hacer lo mismo, preocuparme por las cosas que envuelven mi existencia. Quien no desee hacerlo allá él pero vivir sin respuestas es un craso error que al final se paga caro. Considero que la vida es interacción y si no existe esa química entre seres y espacio, la vida es una mierda y encima te mueres.
Cada día veo, leo o experimento cosas y situaciones que excitan mis neuronas hasta tal punto que algunas de ellas llegan a dinamitar incluso mi cabeza. Nuestras preciadas "ollas" están sometidas a tanta presión que pueden estallar en cualquier momento. Por eso no hay dia en que la realidad no te sacuda la pinza. ¿A qué viene toda esta ida de olla?
Resulta pues que ahora cualquier cabeza pensante que crea un programa informático, concretamente de P2P (peer to peer, o intercambio de archivos por red) puede ser acusado, enjuiciado y condenado. Es la nueva moda, la nueva salida de pinza de las multinacionales del audiovisual. Se trata del joven español Pablo Soto que estos días está cubriendo las noticias de los mass media porque las grandes compañías de la industria del sonido y la imagen le reclaman nada más que13 millones de euros por daños y perjuicios. Flipante!
“No me entra en la cabeza que el que desarrolla una herramienta pueda ser responsable del uso que cualquier persona le dé a esa herramienta”, declaró Soto. Siguiendo este razonamiento el fabricante de pistolas debería ser responsable de todos los crímenes que se ejecutan con el uso de las armas que fabrica. Los fabricantes de coches deberían ser responsables del uso que le den los conductores a los automóviles en el caso de accidentes, etc., Hay que tener una cosa bien clara: el que fabrica o crea una cosa no es responsable de quien la usa, faltaría más. Las personas deben ser lo suficientemente responsables de lo que utilizan y si no lo son, la responsabilidad es de ellos, así lo pienso yo.
Pero la cosa no termina aquí, la cabeza muchas veces sigue estando vacía aunque sus propietarios intenten llenarla de sandeces. Es como abrir ilusionadamente un melón y no encontrar nada, como mucho pepitas secas. Ahora parece ser que "el 18% de los españoles piensa que los afectados por el VIH deberían estar publicados en listas especiales para que los ciudadanos que quisieran pudieran evitarlos; incluso un 20% de cabezas españolas afirma que la propia ley debería obligar a que los infectados por el virus del Sida estuvieran separados de la población para así proteger la salud pública".
Sinceramente cada día siento más vergüenza de ser español, me cuesta llegar a comprender que personas tan vacias de masa cerebral puedan llegar a semejantes conclusiones. Siguiendo estos razonamientos inhumanos, egoistas y descerebrados, deberíamos apartar de la sociedad a todo aquel que pueda “tener algo”, apartar como hicieron los nazis con los judíos, los norteamericanos con los negros, o la Santa Inquisición con los acusados de posesión diabólica porque tenian verrugas.
La política y sociedad actuales conducen a una vuelta a la irracionalidad, a la creación constante de alarmas sociales, a miedos inducidos, a determinismos y supremacías raciales, al egoismo extremo, a la frialdad ajena, al despostismo mono ideológico, al abandono de los valores humanos que definieron hombres de talento universal como Jesucristo, Ghandi, Martin Luther King, y muchos más.
Sin lugar a dudas a mucha gente se le va la pinza y pocos son los que mueven su red neuronal para evitar que asi sea. El sistema hace todo lo posible para que la gente descarrile su olla y muchos, caen en la trampa. Evitemos pues, que un dia X, la olla a presión reviente y convierta las escasas neuronas que nos quedan, en pepitas secas de melón pasado.
Saludos.-
Fuentes de las noticias (19-05-09): La Vanguardia, el Periódico, 20 minutos, ADN.-
Ilustración: Howard Penning.-
Me parece grotesco y chocante que a fechas actuales teniendo en cuenta el abandono de las cavernas y las sociedades herméticas del oscuro medioevo, todavía persistan en el seno social pensamientos, actitudes y prejuicios que convierten el ser humano es una especie difícilmente valorable y creíble.
La sociedad actual y el día a día sacan constantemente a la luz esas idas de olla que tanto nos avergüenzan a unos pero que a otros les parecen argumentos para montar verdaderos espectáculos dantescos. Da igual que las pinzas se suelten tras la consecución de títulos futbolísticos, proyectos universitarios para privatizar los centros, desalojos okupas, manis antisistema, huelgas generales o cualquier otra respuesta social de la masa herida, exaltada o manipulada por grupos provocantes y subversivos. La cuestión es tocar las pelotas y sacudir la calma del sistema, si la hay.
Como habitante de este mundo y de rebote de un mundo que cada vez me decepciona más, me gusta, y creo que todos deberían hacer lo mismo, preocuparme por las cosas que envuelven mi existencia. Quien no desee hacerlo allá él pero vivir sin respuestas es un craso error que al final se paga caro. Considero que la vida es interacción y si no existe esa química entre seres y espacio, la vida es una mierda y encima te mueres.
Cada día veo, leo o experimento cosas y situaciones que excitan mis neuronas hasta tal punto que algunas de ellas llegan a dinamitar incluso mi cabeza. Nuestras preciadas "ollas" están sometidas a tanta presión que pueden estallar en cualquier momento. Por eso no hay dia en que la realidad no te sacuda la pinza. ¿A qué viene toda esta ida de olla?
Resulta pues que ahora cualquier cabeza pensante que crea un programa informático, concretamente de P2P (peer to peer, o intercambio de archivos por red) puede ser acusado, enjuiciado y condenado. Es la nueva moda, la nueva salida de pinza de las multinacionales del audiovisual. Se trata del joven español Pablo Soto que estos días está cubriendo las noticias de los mass media porque las grandes compañías de la industria del sonido y la imagen le reclaman nada más que13 millones de euros por daños y perjuicios. Flipante!
“No me entra en la cabeza que el que desarrolla una herramienta pueda ser responsable del uso que cualquier persona le dé a esa herramienta”, declaró Soto. Siguiendo este razonamiento el fabricante de pistolas debería ser responsable de todos los crímenes que se ejecutan con el uso de las armas que fabrica. Los fabricantes de coches deberían ser responsables del uso que le den los conductores a los automóviles en el caso de accidentes, etc., Hay que tener una cosa bien clara: el que fabrica o crea una cosa no es responsable de quien la usa, faltaría más. Las personas deben ser lo suficientemente responsables de lo que utilizan y si no lo son, la responsabilidad es de ellos, así lo pienso yo.
Pero la cosa no termina aquí, la cabeza muchas veces sigue estando vacía aunque sus propietarios intenten llenarla de sandeces. Es como abrir ilusionadamente un melón y no encontrar nada, como mucho pepitas secas. Ahora parece ser que "el 18% de los españoles piensa que los afectados por el VIH deberían estar publicados en listas especiales para que los ciudadanos que quisieran pudieran evitarlos; incluso un 20% de cabezas españolas afirma que la propia ley debería obligar a que los infectados por el virus del Sida estuvieran separados de la población para así proteger la salud pública".
Sinceramente cada día siento más vergüenza de ser español, me cuesta llegar a comprender que personas tan vacias de masa cerebral puedan llegar a semejantes conclusiones. Siguiendo estos razonamientos inhumanos, egoistas y descerebrados, deberíamos apartar de la sociedad a todo aquel que pueda “tener algo”, apartar como hicieron los nazis con los judíos, los norteamericanos con los negros, o la Santa Inquisición con los acusados de posesión diabólica porque tenian verrugas.
La política y sociedad actuales conducen a una vuelta a la irracionalidad, a la creación constante de alarmas sociales, a miedos inducidos, a determinismos y supremacías raciales, al egoismo extremo, a la frialdad ajena, al despostismo mono ideológico, al abandono de los valores humanos que definieron hombres de talento universal como Jesucristo, Ghandi, Martin Luther King, y muchos más.
Sin lugar a dudas a mucha gente se le va la pinza y pocos son los que mueven su red neuronal para evitar que asi sea. El sistema hace todo lo posible para que la gente descarrile su olla y muchos, caen en la trampa. Evitemos pues, que un dia X, la olla a presión reviente y convierta las escasas neuronas que nos quedan, en pepitas secas de melón pasado.
Saludos.-
Fuentes de las noticias (19-05-09): La Vanguardia, el Periódico, 20 minutos, ADN.-
Ilustración: Howard Penning.-