en un mundo de cosas meramente físicas,
sino en un mundo de signos y símbolos.
El gran libro de la naturaleza está escrito en símbolos matemáticos.
sino en un mundo de signos y símbolos.
El gran libro de la naturaleza está escrito en símbolos matemáticos.
GALILEO GALILEI
Desde muy pequeño siempre he sentido una atracción casi hipnótica hacia los misterios que rodean la Humanidad. A los 12 años, cuando leí El Misterio de las Catedrales y Las Moradas Filosofales de Fulcanelli, mi mente comprendió que una dinámica oculta movia los destinos de la Humanidad. Demasiadas casualidades, demasiados misterios ocultos o sin resolver, todas las culturas tenían un increíble número de enigmas y parecidos y entre todas ellos un nexo común: la Religión. Da igual de la religión que hablemos, todas nacen de un tronco común y todas intentan dar respuestas a las inquietudes del hombre y del Universo. Como dijo Mahatma Gandhi “lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres”.
¿Por qué existe esa tendencia humana a crear la religión? ¿Por qué sentimos ese deseo de creer en algo superior, oculto, perfecto, capaz de premiar o condenar nuestras vidas? ¿Por qué esa creencia se ha apoderado de todo la historia de la Humanidad, sin importar culturas dispares, épocas, situaciones, intereses y clases sociales? Nadie lo sabe, la verdadera causa permanece posiblemente oculta, en alguna parte, el resto, todo son suposiciones, hipótesis, más o menos creíbles, inverosímiles o extrañas.
Sean cuales sean los interrogantes, la religión está plagada de misterios que aun hoy siguen atormentando nuestras cabezas en busca de respuestas sobre la creación del universo, el propósito de la vida, la naturaleza humana, el bien y el mal o que hay más allá de la muerte. Por ello la mayoría de religiones usan un doble lenguaje que les ayuda a expansionarse y protegerse al mismo tiempo; por un lado usan lo exotérico mediante el cual consiguen un conocimiento público, inteligible y accesible a las grandes masas; por otro lado, utilizan lo esotérico, secreto y críptico, una tríade solo accesible a través de mecanismos altamente jerárquicos y de absoluta confianza entre sus miembros. Ese doble lenguaje es la clave de su universalidad, poder, influencia y supervivencia, así como el núcleo de todo tipo de conflictos, mitos, y especulaciones. Su sabia aplicación hace que esté en todas partes y hablar de ella hace que se generen todo tipo de polémicas.
Ayer, por fin ví la esperada película Ángeles y Demonios, basada en la famosa novela de Dan Brown, el autor del también polémico Código Da Vinci. Sinceramente la película me gustó, al igual que su anterior, a pesar de tener críticas de todo tipo. Ángeles y Demonios es una película interesante y hay que verla dejándose llevar por ella, sabiendo que se trata de una película, nada más. Cierto que se podía haber hecho mejor, distinta, cada equipo la hubiera hecho a su manera, sin embargo, hay que valorar las cosas que ofrece y en eso radica el saber ver.
http://www.sonypicturesreleasing.es/sites/ange...
Lógicamente siempre hay gente que espera ver en las películas obras de arte, secuencias perfectas en una trama fabricada rozando lo sublime, algo que en el cine hace tiempo que no veo, ni siquiera en esas películas que tanto aclaman las críticas, los premios Goya o los famosos oscars de Hollywood. El cine, como otras cosas, es un arte muy personal y lo que gusta a unos puede decepcionar a otros. Por tanto soy de los que opino que antes de criticar o destruir el trabajo de los demás hay que ponerse en el lugar de los que hacen las cosas y ver si gustamos a todos. Me gustaría ver a todos estos críticos haciendo por sí mismos todos los objetos de sus críticas, creo que sacaríamos resultados muy controvertidos.
Si pienso así es porque soy creador también y nada más molesto hay que tras el gran esfuerzo que implica muchas veces hacer algo, venga otro y en un plis plas te lo tire abajo, simplemente porque no encaja en su forma de ver y entender las cosas. Cuando la crítica se convierte en sistema, como es el caso de muchos críticos, se cae en la negación del conocimiento y la verdadera estimación de las cosas. Muchas veces cuando criticamos reprochamos a los demás el no disponer der las cualidades que nos gustaria tener. En este sentido el celebre historiador francés Alphonse de Lamartine, dijo: "la crítica es la fuerza del imponente".
Al margen de especulaciones, críticas y polémicas, tanto El Código Da Vinci como Ángeles y Demonios, son dos libros que, cuando los leí, me sacaron de la realidad cotidiana por un buen un rato; además, me abrieron el camino para investigar sobre los temas que en ellos se tratan; por ello ambos libros se conviertieron para mi en ficciones fabulosas e imprescindibles de leer. Sabiendo eso, hay que ver la película como una extensión visual del libro, es decir, como un entretenimiento extra e intrigante repleto de imágenes impactantes para disfrutar de dos horas y media de misterio e intriga, todo eso con la consabida actitud de no caer en el error de buscar explicaciones trascendentales sobre enigmas que nadie puede descifrar; la película trata pues de una ficción donde se mezclan misterio, conspiraciones, acertijos históricos y ciertas dosis de acción, todo ello inmerso en un trasfondo de conflicto entre Ciencia y Religión, una polaridad que lleva siglos enfrentada.
La simbología, el Vaticano, los Illuminati, las obras de Galileo Galilei, las esculturas de Bernini y la existencia del Quinto Elemento (la energía oscura, antimateria o partícula de Dios), asi como el gran colisionador de hadrones (LHC), el CERN y otros elementos propios de la Iglesia católica y el papado, son temas todos ellos teñidos de oscuras interpretaciones, tanto desde la perspectiva oficial de la Iglesia como desde la opuesta posición de sus contrarios. Algunos de estos temas los hablaré en próximos blogs.
http://www.youtube.com/watch?v=noWiSCLb_xA&...
La posición del Vaticano sobre esta pelicula no ha tardado en darse a conocer; si anteriormente ya se había escandalizado con El Código Da Vinci, esta vez incluso ha negado al director del film Ron Howard, filmar escenas en el interior de las iglesias. El propio director explicó, en una reciente entrevista al diario El Pais, que "mi única frustración como cineasta es que en verdad dimos un par de ocasiones en marzo para ofrecer a obispos y otros la oportunidad de ver la película. Y todas ellas fueron rechazadas. Hasta ahora, todas las críticas, todas las quejas sobre la película han salido de gente que no la ha visto".
Sobre la música que ambienta el film hay que admitir que es espectacular, se trata de un sonido contundente y enigmático que es capaz de ponerte la piel de gallina;su dinámica pausada y trepidante te introduce en el seno de la trama. Sin lugar a dudas, Hans Zimmer, compositor tambien de bandas sonoras como The Dark Knight, Piratas del Caribe 1 y 2, El código Da Vinci, The Ring 2, Black Hawk Down, Pearl Harbor, La Delgada Línea Roja, King Arthur, Gladiator, The Last Samurai, entre otras, demuestra, una vez más, su enorme talento para las bandas sonoras; por tanto os aconsejo escuchar este impactante soundtrack con cierto volúmen alto, mientras dejais volar imaginariamente la mente a través de los ojos cerrados. Una experiencia inolvidable.
Dan Brown, como suele hacer siempre, saca a la luz numerosos trapos sucios que la Iglesia siempre lava en casa y en silencio. Como él mismo dice, "una organización tan antigua y poderosa como el Vaticano no habría podido alcanzar el poder que ostenta sin ocultar secretos".El secreto es ley en el Vaticano. Lo que no está sometido al secreto de confesión, cae bajo la llave del secreto canónico. El 'sub secreto pontificio', que reza en multitud de informes de la Curia, obliga bajo pena de excomunión. Las decisiones de la Curia son secretas, asi como sus nombramientos y el manejo de sus finanzas. Hasta hay un Archivo Secreto Vaticano, al que ni los historiadores pueden acceder. Secretos y misterios. Desde las riquezas vaticanas hasta la Papisa Juana, pasando por los más recientes de la sospechosa muerte de Juan Pablo I o del crimen de la Guardia Suiza o del escándalo del IOR, el Banco Vaticano. ¿Es real lo que cuenta Dan Brown en su libro? ¿Existieron realmente los Illuminati?
Los Illuminati existió como sociedad secreta y fue fundada el 1 de mayo de 1776 por Adam Weishaupt en Baviera, Alemania. Al ser expulsados por el Vaticano, los Illuminati huyeron y se escondieron en Baviera, donde se mezclaron con otros grupos (místicos, alquimistas, científicos, ocultistas, musulmanes o judíos) que escapaban de las purgas católicas. Se convirtieron en anticristianos, juraron vengarse del Vaticano, pasaron a la clandestinidad y perduraron a lo largo de los siglos. Algunos historiadores creen que siguen activos hoy en día y que constituyen una de las fuerzas invisibles más poderosas del ámbito de la política global. En la actualidad, tienen conexiones con la masonería y siguen practicando la táctica de la ocultación. Actualmente se piensan que son los artífices del New World Order que repetidamente está en boca de los miembros del misterioso Club Bilderberg.
Pero junto al misterio de los Illuminati o a una descripción detallada de los secretos del cónclave donde se elige al Papa, Dan Brown aborda en su libro también los misterios más de la antimateria, la fuente de energía definitiva, que no genera contaminación o radiación y que con una sola gota puede abastecer de energíaa la ciudad de New York durante todo un día.
El escritor concluye que, en el fondo, ciencia y religión son una misma cosa. La diferencia es que la religión se centra en las preguntas fundamentales del ser humano, las que dan sentido a la vida, y la ciencia, en cambio, se centra en las respuestas. Pero, quizás por primera vez en la historia, la estrecha línea que separa a la ciencia de la religión comienza a difuminarse.
Lógicamente, Dan Brown no es un historiador ni escribe libros de historia, sino que utiliza sus conocimientos históricos y religiosos para urdir la trama de su novela. El rigor histórico no es su meta. La Iglesia le acusa de mentir y falsear la historia pero el responde que no se saca nada de la manga. Gracias a su ingenio explota a conciencia el morbo el secretismo y la opacidad misteriosa que el Vaticano suscita en todo el mundo.
Como definió muy sabiamente el poeta francés Paul Eluard, “existen otros mundos, pero están en éste”, empecemos pues por descifrar las claves que habitan ocultas entre nosotros ya que posiblemente nos abrirán el sendero hacia la luz.
Saludos.-