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sábado, octubre 06, 2012

EL GEN DEL MAL EXISTE (NATIONAL GEOGRAPHIC Y CUARTO MILENIO)



Muchos filósofos han creído que el mal es la ausencia del bien sin embargo, los más recientes estudios científicos opinan lo contrario: desde que el ser humano existe, el bien y el mal conviven en el interior de si mismo. La maldad no se origina de la sociedad, sino en nuestro ADN, a través de un gen llamado el Gen de la Maldad (Warrior Gene, Gen Guerrero o AVRP1), asociado con el comportamiento violento.

Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrieron que los mandatarios que instauraron regímenes totalitarios comparten información genética; tienen más corto el gen AVRP1. Las investigaciones determinaron que Adolf Hitler, Benito Mussolini y Robert Mugabe, entre otros, tenían el gen AVRP1 más corto que otros seres humanos, lo que afectaba su capacidad de ser generosos con los demás. En concreto, el AVPR1 es el gen que posibilita que una hormona llamada vasopresina actúe sobre las células cerebrales. Esta hormona está asociada a la creación de vínculos sociales y afectivos, lo que supone una mayor tendencia al altruismo a medida que se tiene una mayor cantidad de vasopresina. 

Para comprender y profundizar este estremecedor descubrimiento, nada mejor que visionar EL GEN DEL MAL, un interesantísimo documental, realizado en el año 2010, que nos adentrará con mayores detalles al interior de este enigma. Apoyando el documental aporto el programa de Cuarto Milenio que bajo el título EL GRAN ASESINO, nos ofrece más datos sobre el tema.


KarlFM.- 



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PROGRAMA CUARTO MILENIO





AGRADECIMIENTOS A:
NATIONAL GEOGRAPHIC, TELEDOCUMENTALES Y CUARTO MILENIO

martes, mayo 24, 2011

REFLEXIONES PARA REFLEXIONAR 10: CAMINAMOS HACIA LA MENTE HIPERCONECTADA


La sociedad será más creativa y eficiente en la medida que seamos capaces de abandonar nuestra reticencia a compartir información e ideas. caminamos hacia la mente hipoerconectada.

Isaac Mao
Filósofo, hácker, padre del sharismo (compartir información e ideas)

Una simple célula es un procesador biológico eléctricamente excitable y muy poderoso, pero como todos sabemos, un grupo de neuronas forman redes ampliamente interconectadas y capaces de procesar información y aprender. La red neuronal comparte actividad e información, cierto. Y eso la mantiene activa y viva. Todas las neuronas funcionan básicamente según este principio de conectar y compartir.

Podemos utilizar la red para, entre todos, hallar soluciones a todo. De hecho, ya hay muchos blogueros de distintos campos que comparten lo que saben en la red y ofrecen excelentes soluciones para temas sociales. ¿Y qué obtienen a cambio? Las ideas creativas se retroalimentan a través del intercambio, se refuerzan, se mejoran. Verás tu idea puesta en circulación y republicada a través de las redes de otras personas, de forma que tu obra puede llegar a las masas en la red. Le aseguro que compartir da felicidad. Las empresas también pueden beneficiarse del hecho de compartir su información, porque mucha gente participará en la mejora de sus productos y servicios si dan incentivos a quienes los ayuden.

Pero … si lanzas tu idea a la red, ¿pierdes la autoría de la misma y el grande se la apropia? Si encontramos la solución final a una cuestión, la red permite rastrear esa idea hasta quien la propuso en primera instancia. El entorno está más protegido de lo que se piensa. ¿Cómo? La mayoría de las aplicaciones sociales se pueden configurar los términos de uso, y cualquier violación de estos puede ser perseguida por los tribunales. También estamos intentando definir un sistema que llamamos el banco de compartir. ¿En qué consiste? Mediría el volumen de conocimiento que compartes, que aportas, y el crédito te lo reconocerían desde distintos sistemas. Cuanta más gente remixe tus obras o ideas, más obtendrás a cambio, esa es la nueva fórmula económica. ¿Con qué resultados? Las empresas que comparten en la red sus trabajos e investigaciones están recogiendo frutos, y las aportaciones a problemas sociales colectivos están funcionando mucho mejor y de forma mucho más creativa y barata que las soluciones que dan los gobiernos.

La red equivale a un cerebro colectivo, y eso hace que estemos cambiando el sistema democrático tradicional hacia un nuevo sistema basado en esta inteligencia colectiva en el que todos pueden participar directamente al momento. Estamos entrando en la era de la Web 2.0. Páginas que permiten la participación de los usuarios. Cuanto más colectiva sea nuestra inteligencia, más sabias serán nuestras acciones. El sharismo será la política de la próxima superpotencia global: una nueva red humana unida por el software social.

Los estados se debilitarían ero la cultura local tomaría más fuerza, como en el caso de Oriente Medio, donde la conectividad entre las personas ha hecho que desde todo el mundo se apoyara a la gente en Egipto, Siria o Libia. El debate sobre la soberanía y los derechos humanos ha alcanzado un hito, incluso China votó a favor de la resolución para afrontar los problemas en Libia. El sharismo nos permite una mejora de la justicia social.

Estamos en una revolución, la red bulle, cada vez más gente utiliza internet para hablar de lo que sucede a su alrededor y para tratar cuestiones sociales y criticar la corrupción del Gobierno e incluso desafiarle. Y la censura informativa? Cada vez hay más avances técnicos que permiten burlar la censura. El gran problema es que si accedes a información, es necesario tener una masa crítica que sepa lo que sucede, pero eso es cuestión de tiempo.

Sólo necesitamos tecnología más avanzada, comprensible y barata para que el mundo se convierta en un híbrido de máquina y humano que dará lugar a mejores y más rápidas decisiones en cualquier momento y lugar. El flujo de comunicación entre mentes se hará más abierto, flexible y productivo. Redes que a su vez se conectan y reconectan sin miedo a compartir nos llevarán a un nuevo orden social: una revolución de la mente.

Isaac Mao
Blogger de la República Popular de China. Co-fundador de CNBlog.org e investigador en el campo de la enseñanza 2.0. Mao es cofundador de CNBlog.org y co-organizador de la Chinese Blogger Conference (2005 en Shanghai, 2006 en Hangzhou). Participa dando charlas normalmente en Wikimania, la Chinese Internet Conference y en otros eventos globales relacionados con la cultura de Internet. Recientemente, Mao alcanzó gran resonancia en el mundo de la tecnología y los negocios gracias a una carta abierta a Google, en la que criticaba su cambio de estrategia en cuanto a la censura en China. Es autor también de "Sharism: A Mind Revolution", que ha sido traducido al castellano. 

martes, julio 13, 2010

LA MALEDICENCIA, EL PEOR VIRUS PARA LAS EMPRESAS


Si fuese cierto aquello que se dice de que cuando hablan mal de ti se oye un zumbido, el mundo entero se hallaría hora tras hora y minuto tras minuto sumergido en un continuo zumbar, de tal modo que las orejas comenzarían a vibrar como alas de pájaro y con tanto movimiento acabarían desprendiéndose y cayendo al suelo.

Los maledicentes son, en gran medida, rehenes de aquellos a los que critican, pues sus vidas están demasiado pendientes de los errores ajenos, y sus mentes demasiado obsesionadas por buscar una nueva grieta en la que hundir la piqueta y pasarse unas cuantas horas demoliendo.

Una mente que se ocupa tanto de los demás, de lo malo de los demás, está diciendo mucho acerca de sí misma, de su manera de moverse por el mundo, de su tolerancia y flexibilidad, de su soberbia y de su egocentrismo en el peor de los sentidos. De lo que busca y, por tanto, de lo que encuentra. Porque uno suele encontrar lo que busca.

Daniel Tubau
 escritor, guionista, director, profesor, licenciado en Filosofía

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La maledicencia o el arte de hablar mal de los demás, es el deporte preferido de todos los empleados. Del recepcionista a la superjefa, cada día millones de personas se dedican a extenderlo sin rubor. Este virus puede ser peor que la artritis.

Pregunta a los directores de Recursos Humanos: ¿cuál es el peor virus de la empresa? ¿El informático? No. El peor de todos es el rumor malintencionado y venenoso. ¿Dónde nace? En los pasillos, en la máquina de café, en la hora del cigarrillo, en los comedores. ¿Quién lo crea? Empleados con imaginación diabólica.

Todos los días nace un rumor en la empresa, y en tiempos de crisis son peores. Algunos, sin duda, pueden ser verdaderos: cambio de jefe, traslado a otra planta, ERE, recorte de salarios, desaparece el bonus, no más ayuda a comedores. Otros son de carácter social e inofensivo, o sea los chismes: Pepe se casa, María está embarazada, Juan estuvo en una carroza del Día del Orgullo Gay, Carmen se pilló una borrachera en la fiesta de la empresa.

Pero hay otros rumores que no tienen base real y que pueden ser muy nocivos. Son los que atacan o critican a otros empleados: Pepe es mala persona, Juan es un pelota asqueroso, María se ha enrollado con el jefe, Carmen ha robado dinero, Enrique se escaqueó ayer. Pero ni Pepe es mala persona, ni Juan es un pelota, ni María se ha enrollado con nadie, ni Carmen ha robado dinero, y si Enrique no apareció ayer era porque su hijita estaba enferma, y encima trajo justificante. 

En realidad, los rumores son las proyecciones de la sombra humana. Todos encerramos en alguna parte del alma una pasta maléfica. Odiamos a otro compañero porque no nos gusta su cara, tenemos manía a una vecina por algo que ni siquiera nosotros sabemos conscientemente, nos irrita una manía de la persona que está al lado o ponemos mala cara a un colega porque sospechamos que habla mal de nosotros.

Puede ser pura envidia, o por haber malinterpretado un gesto. Pero es motivo de angustia para todos. Una encuesta elaborada por Randstad en 2008 reveló que lo que más molesta a los empleados son los cuchicheos, rumores y cotilleos que se producen en la oficina. El problema, según revelaba la misma encuesta, es que los empleados no se quejan de estos rumores a sus jefes, con lo cual la marea negra se va extendiendo más y más. ¿Cómo solucionarlo?

Una de ellas es abrir una cuenta de correo en la que los empleados puedan dejar sus preguntas. Los rumores que circulan sobre la empresa como despidos, recortes o cambios deben ser atajados, tanto si son verdad como mentira. La empresa debe comunicar rápidamente las malas noticias, y no dejar que los corrillos alrededor de la máquina de café sean más poderosos. Para eso existen ahora muchos medios: la intranet, blogs, tablones, o contactos cara a cara.

Otra forma de atajar el problema consiste en que los jefes abandonen la manía de cuchichear o hablar en secretitos delante de los empleados. Por eso, los consultores de una empresa americana llamada Creative Group recomiendan la política de "puertas abiertas" en la oficina.

Y por supuesto, hay que localizar a los empleados maledicentes. Lo cual no es fácil porque los jefes nunca se enteran. Pero los jefes empeñados en saber los rumores que circulan lo pueden averiguar haciendo unas cuantas preguntas a gente de confianza. A todo el mundo le gusta hacer confesiones confidenciales al jefe. Y luego hay que averiguar por qué algunos empleados tienen esa actitud tan dañina de extender rumores falsos y envenenar los ambientes.

A los empleados que difunden mentiras y rumores nocivos hay que aislarlos, reprenderlos o incluso darles el pasaporte de salida. Son las manzanas de la discordia y rompen el buen clima laboral y el ritmo productivo del trabajo

Y el mejor consejo que se puede dar a alguien que empieza en un puesto de trabajo es: "No critiques a nadie ni te sumes a la cadena de críticas. Si tienes que decir algo, dilo en la cara y en una habitación reservada". Es el mejor antídoto contra el virus de la maledicencia.

Carlos Salas
12 de julio de 2010

Periodista de Actualidad Económica, redactor jefe de Economía e Internacional en El Mundo y director de la revista Capital y de los diarios El Economista y Metro.

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