Muchos filósofos han creído que
el mal es la ausencia del bien sin embargo, los más recientes estudios científicos
opinan lo contrario: desde que el ser humano existe, el bien y el mal conviven en
el interior de si mismo. La maldad no se origina de la sociedad, sino en
nuestro ADN, a través de un gen llamado el Gen
de la Maldad (Warrior Gene, Gen Guerrero o AVRP1), asociado con el
comportamiento violento.
Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén
descubrieron que los mandatarios que instauraron regímenes totalitarios
comparten información genética; tienen más corto el gen AVRP1. Las investigaciones determinaron que Adolf Hitler, Benito Mussolini y Robert Mugabe, entre otros, tenían el gen AVRP1 más corto que otros seres humanos, lo que afectaba su
capacidad de ser generosos con los demás. En concreto, el AVPR1 es el gen que posibilita que una hormona llamada vasopresina actúe sobre las células
cerebrales. Esta hormona está asociada a la creación de vínculos sociales y
afectivos, lo que supone una mayor tendencia al altruismo a medida que se tiene
una mayor cantidad de vasopresina.
Para comprender y profundizar este
estremecedor descubrimiento, nada mejor que visionar EL GEN DEL MAL, un interesantísimo
documental, realizado en el año 2010, que nos adentrará con mayores detalles al
interior de este enigma. Apoyando el documental aporto el programa de Cuarto
Milenio que bajo el título EL GRAN ASESINO, nos ofrece más datos sobre el tema.
KarlFM.-
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PROGRAMA CUARTO MILENIO
AGRADECIMIENTOS A:
NATIONAL GEOGRAPHIC, TELEDOCUMENTALES Y CUARTO MILENIO