lunes, abril 04, 2011

REFLEXIONES PARA REFLEXIONAR 5

Pau García-Milà Pujol
Innovador catalán del mundo digital. Gerente de su propia empresa EyeOs, creador del sistema operativo Cloud Computing.

"¿Cómo puedes hacer realidad tu idea? Trámites legales, buscar quien te financie, encontrar socios. Préstamos e inversores.  El miedo a empezar cualquier cosa nueva es lo más normal del mundo. Pero empezar cosas nuevas es, también, algo habitual o que tendría que ser habitual. Quizá te acaben de decir que no tienes plaza para cursar la carrera que pretendías estudiar. Quizá la empresa donde estabas trabajando acabe de cerrar, o quizá acabas de divorciarte… Frente a cualquier eventualidad de este tipo, tenemos miedo. Miedo a qué vamos a hacer, miedo al paro, a lo que sea. Pero también es el momento en el que se abren puertas para hacer cosas por ti mismo. Para emprender. Puede ser el momento ideal para empezar cosas.

Buscamos excusas para no hacer cosas nuevas. Si propones hacer algo nuevo, te dicen: ¡esto no va funcionar, ni lo intentes! Si lo haces y no funciona: ¡Ya te lo dije! Y si funciona, te dicen: Has tenido suerte. En otros sitios, si fracasas se considera que has acumulado experiencia, y si triunfas se te aplaude como a un héroe. Esa es la diferencia.

Ser muy joven o muy mayor es ventajoso: llamas la atención y no tienes nada que perder. La desventaja puede convertirse en ventaja. Aprecio el fracaso y rechazo el posponer. Fracasar diez veces es aprender que diez cosas no debo repetir.

Posponemos mucho. Dices: Haré esto, haré aquello, pero después de los estudios, después de la hipoteca, después de los hijos, cuando me jubile … ¡Hazlo ya, que esta tarde puede atropellarte un camión! Vivimos esperando: es un error".

Pau García-Milà Pujol.-

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Laura Gutman
terapeuta familiar y autora de varios libros.

"Cuando eres niño, tu familia te adjudica un papel y así te conviertes en el tonto o el listo, el vago o el empollón,  la guapa o la simpática ... de la familia. Y si te toca ser el vago, el feo y el tonto de la familia? Tienes un problema, pero no menor que el que deciden que sea el listo, el guapo y el emprendedor. Porque ni uno ni otro han elegido ese papel y, hasta que no descubra que representa un personaje que no es él, estará viviendo una vida que no es la suya.

Para crecer tienes que tomar conciencia de ese guión que tu familia escribió para ti: descubrir el papel que te asignaron y por qué. Tal vez la familia necesitaba un mochuelo que cargara con las culpas de todos, o un cerebrín que les compensara con sus éxitos de cierta marginación social... Y te tocó a ti serlo. Las razones por las que te asignan un papel son infinitas, pero lo importante es que las descubras. Sólo cuando lo hagas podrás empezar a ser tú mismo. Si no lo haces estarás condenado a repetir las pautas y los valores que te dio tu familia. Tal vez nunca entres en conflicto con ellos, porque es más cómodo representar el papel que te asignaron que vivir tu propia vida. Si tu familia era rica, conservadora y biempensante y tú jamás te planteaste dejar de serlo, serás un hijo obediente, pero... ¿serás tú?

Si llevas 20, 30, 40, 50, 60 años viviendo una vida que no es la tuya, no esperes descubrirlo y reconstruirte en diez minutos. Tienes que comprenderte a ti mismo. ¿Cómo? Los caminos son muchos y cada uno elige el suyo: psicoanálisis, constelaciones familiares, meditación o simplemente aprender a autoanalizarse... Cualquier método de introspección puede ayudarnos a descubrir y después reescribir el guión de nuestras vidas. Lo que yo digo es tan antiguo como la humanidad, pero por eso mismo se ha vuelto tan actual olvidarlo: conócete a ti mismo.

¿Por qué lo olvidamos eso tan fácilmente? Porque así eludimos responsabilidad: es más cómodo pensar que la causa de nuestros problemas siempre es externa. Lo que te pasa siempre es culpa del trabajo, de tu pareja, de tus padres, de tus hijos... cuando, si tienes cuarenta años, lo cierto es que llevas cuarenta años montando ese problema que te estalla ahora. Tu vida es un puzzle que has construido contigo atrapado dentro. Tienes que entender cómo lo armaste para aprender a salir de él. La mayoría de nosotros no tenemos una mirada global sobre nuestra propia construcción psíquica. Vemos nuestra vida como una obra de veinte actores en que cada uno repite como un loro su guión sin escuchar a los demás. Para empezar, debes dejar de empeñarte en tener siempre la razón y empezar a preocuparte por tener la verdad.

Bajarse del escenario de la vida para ver qué papel haces en ella y lo que se organiza a su alrededor. Y para bajarte, encuentra a alguien que te diga lo que no quieres oír. ¡Eso es muy fácil! No me refiero a tus enemigos, sino a un amigo que te diga la verdad, porque el enemigo te dirá cosas que no te gustan pero que no siempre son ciertas; el amigo te dirá cosas ciertas, aunque no siempre te gusten.

¿Por dónde empezamos? Admite que ni tú ni tus problemas son tan importantes. Si usted no aprende a amar del amor de sus padres, ¿dónde va a aprender cómo dárselo a sus hijos? ¿Cómo cortar ese encadenamiento de desamparos? De nuevo, con conciencia. Tienes que descubrir que lo que viviste de niño es diferente de lo que crees que viviste o te han hecho creer que viviste. Porque nuestros recuerdos son los que nos han dado y no lo que en verdad sucedió. Pero eso no es sólo un drama, también es una oportunidad. Es un trabajo emocionante el que tenemos por delante hasta descubrirlos y así descubrirnos. Si siempre quieres tener razón, nunca tendrás la verdad".

Laura Gutman.-

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