jueves, abril 07, 2011

ROGER WATERS, THE WALL LIVE TOUR 2010-2011 (1)



¿Te apetecería ir al espectáculo para sentir el cálido estremecimiento de la confusión?… ¿No es esto lo que esperabas ver?¿Te gustaría descubrir lo que hay detrás de estos fríos ojos? No tienes más que escarbar a través del disfraz.

In The Flesh
The Wall, Roger Waters

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Un año antes de que el espectáculo viera la luz ya tenía las entradas compradas, no solo por su innegable grandiosidad audiovisual y psicosocial, si no porque probablemente sería la última vez que Roger Waters desarrollaría The Wall en un escenario y yo, podría verlo, todo un lujo. Ante situaciones irrepetibles uno tiene que actuar con cierta previsión; si te paralizas en las decisiones que mueven el crecimiento de tu cultura abandonas parte de todo aquello que te hace sentir bien y dejas de enriquecerte como persona. Nada hay peor que dejar de hacer algo por descuido o dejadez. Cada tiempo tienes sus cosas y si las dejas escapar ya no hay vuelta atrás, te lamentarás de ello el resto de tu vida.

Llevo muchísimos años yendo a conciertos, cual de ellos mejor, pero ninguno, aun siendo todos fascinantes, supera al de Roger Waters en The Wall Live Tour 2010-2011 y lo más curioso es que, a pesar del tiempo,  cautivó a todos los públicos de distintas esferas y generaciones. Yo asistí a los dos conciertos de Waters en Barcelona, 29 y 30 de abril del 2011, la primera vez pagando y la segunda gracias a una doble invitación ofrecida por un amigo inolvidable, y, sinceramente, fue el mejor concierto que he visto en mi vida. Si tenéis la oportunidad de ver The Wall Live Tour en vuestra ciudad no os lo perdáis porque tanto musical como visualmente es una obra de arte que te penetra hasta lo más hondo de tu ser. Quedáis avisados.
 

Empieza el show.
Rugidos de bombas, humo blanco que ahoga los pulmones, 
una avioneta de la Raf sobrevuela nuestras cabezas y explosiona contra el muro claro, 
suena la música cuadrafónicamente y los efectos te trasladan a los tiempos de la contienda,
ladrillos blancos con rostros de víctimas de distintas guerras,
imágenes contra los excesos del capitalismo salvaje y demoledor,
la hipocresía de las ideologías que dominan las sociedades humanas       
y los delirios psicológicos del ser individual
que se rompe y se refugia en las drogas y
 la demencia en busca de una reconversión final,
toda una sinfonía de  variables vitales en clave de ópera-rock
de la más estremecedora Historia de la música actual:

The Wall Live Tour 2010-2011.


KarlFM.-
 
The Wall, señalado por la crítica y seguidores del grupo como uno de los mejores trabajos de la banda y uno de los mejores de la historia del rock, es el álbum más conceptual que Pink Floyd ha realizado jamás, un referente que narra los fragmentos vitales de una ficticia estrella del rock llamada Pink cuya existencia se auto reprime hasta lo extremo debido a los traumas que la vida le va ocasionando. Todos estos fragmentos son construidos lentamente por Pink como ladrillos de un muro que lo aíslan del mundo exterior con el fin de protegerse de su dañina influencia, un aislamiento y alienación que finalmente conducen al protagonista hacia una completa fantasía autodestructiva: las alucinaciones producidas por un intento de suicidio con drogas convierten a Pink en un dictador fascista como símbolo del orden y disciplina perdidos a modo de deseo por reequilibrar su vida y evitar el descenso hacia el oscuro mundo de la locura. La culpabilidad, los miedos, los fracasos, llevan finalmente a Pink a una especie de juicio metafórico donde todos los personajes influyentes en su vida de fracasos terminan por condenarlo a derribar su muro y a exponerse al mundo exterior tal como es, desnudo, sin máscaras ni defensas, en una especie de canto desesperado hacia una liberación final que le permita volver a renacer otra vez.

Según los analistas la historia se basa sobre algunos aspectos de la vida de Roger Waters pero en su mayoría en las vivencias del antiguo y legendario líder de la banda, Syd Barret, un personaje altamente innovador pero psicológicamente muy inestable considerado por muchos como el alma creativa y espiritual de Pink Floyd.

Barret comenzó con sus problemas mentales -brotes de esquizofrenia y, según otras versiones, síntomas de autismo-, en el mismo tiempo que el grupo Pink Floyd empezaba a despegar hacia su estrellato musical. “Fue un gran consumidor de drogas, sus escarceos con los ácidos contribuyeron a empeorar su estado mental, lo que le provocaba conductas extravagantes durante los conciertos del grupo. En medio de los conciertos de Pink Floyd, el músico se llegó a quedar estancado en un mismo acorde durante todas las canciones” (Wikipedia). Roto psicológicamente, Barret abandonó la banda en 1968 y vivió postrado en casa de sus padres dedicado a la pintura y curiosamente a cuidar su jardín hasta que la muerte por cáncer le vino el 7 de julio del 2006: tenía 60 años.

The Wall fue un inmenso éxito mundial obteniendo más de veintitrés discos de platino y siendo considerado como el disco más vendido en los años 70 así como convertirse en el tercer lugar de los discos más vendidos de todos los tiempos.

The Wall nació como consecuencia de un incidente ocurrido en el concierto de gira del disco Animals en Montreal, denominada Pink Floyd In The Flesh, cuando el comportamiento agresivo de un fan de primera fila condujo a Waters a escupirle en la cara. Inmediatamente disgustado consigo mismo y con lo que llegaban a ser algunos megaconciertos, Waters comenzó a fantasear con la idea de construir un muro entre el escenario y la audiencia, lo que llevó posteriormente a la concepción del álbum … A esta idea se le añadieron otros ladrillos como la guerra, la sobreprotección materna, el fracaso sentimental, la violencia policial, la educación infantil o la locura del propio Syd Barrett (fundador del grupo  y que dejó el grupo por ella), llegando a construir el esqueleto conceptual del muro (The Wall). Por consiguiente, el concepto y la mayoría de temas del álbum son obra de Roger Waters” (Wikipedia). Las escenas de animación, a cargo de Gerald Scarfe y otros artistas, son un elemento clave de la obra.

Después de que Roger Waters abandonara Pink Floyd en 1985, se entabló con David Gilmour y Nick Mason una disputa legal acerca de los derechos sobre la marca Pink Floyd y todo su material producido hasta la fecha, y que terminó dando a Gilmour y Mason los derechos sobre la marca y la mayoría de la obra, pero que dejó a Waters los derechos sobre The Wall y el resto de sus composiciones para Pink Floyd.

Para!
Quiero irme a casa
Quitarme este uniforme
Y dejar el espectáculo
Y estoy esperando en esta celda
Porque tengo que saber
Si he sido culpable todo este tiempo.

Stop
Roger Waters


 

 


 













































Fotos concierto realizadas por: KarlFM, 29 y 30 de abril 2011, Palau Sant Jordi, Barcelona, España.-

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