domingo, abril 04, 2010

¿POR QUÉ FOTOGRAFIAR LA GUERRA? POR JAMES NACHTWEY


“Siempre ha habido guerra. La guerra se extiende, rabiosa, por el mundo en este preciso momento. Y hay pocas razones para creer que la guerra dejará de existir en el futuro. Así como el hombre se hace más civilizado, los medios para destruir a su semejante se han hecho siempre más eficientes, crueles y devastadores. Será posible darle fin a una forma de comportamiento humano, que ha existido siempre a través de la historia, por medio de la fotografía? Las proporciones de esa idea parecen ridículamente fuera de balance. Sin embargo, esa sola idea me ha motivado”.

James Nachtwey

*****






El trabajo de Nachtwey, uno de mis fotógrafos favoritos, siempre me ha causado una profunda influencia en mi alma y forma de ver la vida, no ya por la inmensa calidad técnica de sus fotos y contenido de las mismas, sino por el mensaje que ellas encierran y por el enorme coraje y sensibilidad de este impresionante pedazo de profesional y ser humano.
Karl FM.-

***


¿POR QUÉ FOTOGRAFIAR LA GUERRA? Por James Nachtwey

“Para mi, la fuerza de la fotografía recae en su habilidad de evocar un sentido de humanidad. Si la guerra es un intento de negar la humanidad, entonces la fotografía puede ser percibida como su opuesto y si se usa bien, puede ser un poderoso ingrediente en el antídoto contra la guerra.

De cierta forma, si un individuo asume el riesgo de ponerse a si mismo en el medio de una guerra para comunicar al resto del mundo lo que esta sucediendo, esta tratando de negociar la paz. Tal vez esa es la razón por la que a los que se encargan de perpetuar la guerra, no les gusta tener fotógrafos alrededor.

Se me ha ocurrido que si todo el mundo pudiera estar ahí tan solo una vez y ver por si mismos lo que el fósforo blanco hace a la cara de un niño o el dolor inexplicable que el impacto de una bala causa, o como un pedazo de metralla aserrada puede arrancar la pierna de alguien -si todo el mundo pudiera estar allí para ver por si mismos el miedo y la pena, solo una vez, entonces entenderían que nada vale tanto como para dejar que las cosas lleguen al punto en el que eso le pase a una persona, ni que decir a miles.

Pero no todo el mundo puede estar ahí, y es por eso que los fotógrafos de guerra van alla -para mostrarles, para ir hasta ellos, y alcanzarlos, y hacerlos detener por un momento lo que están haciendo y poner atención a lo que esta sucediendo- para crear imágenes suficientemente poderosas para pasar por encima del efecto diluyente de los medios masivos y sacudirle a la gente la indiferencia- para protestar y por la fuerza de esa protesta hacer que otros protesten.

Lo peor que se puede sentir es que, como fotógrafo, me estoy beneficiando de la tragedia de otros. Esa idea me atormenta. Es algo con lo que tengo que luchar todos los días, porque se que si la verdadera compasión un día abre paso a la ambición personal, habré vendido mi alma. Las apuestas son demasiado altas para mi como para pensar de otra manera.

Intento volverme tan completamente responsable de mi sujeto como me es posible. El acto de ser un extranjero apuntando una cámara puede ser una violación de la humanidad. La única manera como puedo justificar mi rol es teniendo respeto por el predicamento de la otra persona. En tanto que hago eso, así mismo soy aceptado por el otro, y es así como puedo aceptarme a mi mismo”.

James Nachtwey

Fotografías de James Nachtwey


James NachtweyJames Nachtwey creció en Massachusetts y se graduó en Historia del Arte y Ciencias Políticas en el Dartmouth College. Las imágenes de la guerra del Vietnam y el movimiento a favor de los Derechos Civiles en Norteamerica le hicieron tomar la decisión de convertirse en fotógrafo. Trabajó en varios empleos mientras aprendía fotografía y en 1976 comenzó a trabajar como fotógrafo de prensa en Nuevo México para, en 1980, trasladarse a Nueva York como fotógrafo freelance. Su primer trabajo en el extranjero consistió en cubrir la revuelta civil en Irlanda del Norte durante la huelga de hambre del IRA en 1981.

Desde entonces, James Nachtwey se ha dedicado de pleno a documentar guerras, conflictos y crisis sociales en lugares tan diversos como El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Líbano, la franja de Gaza, Israel, Indonesia, Tailandia, India, Sri Lanka, Afghanistan, Filipinas, Corea del Sur, Somalia, Sudan, Ruanda, Sudafrica, Rusia, Bosnia, Chechenia, Kosovo, Rumanía, Brasil y los Estados Unidos.

Asociado con Black Star de 1980 a 1985, desde 1984 James Nachtwey está en la nómina de Time Magazine. Fue miembro de la Agencia Magnum entre 1986 y 2001 y ha expuesto individualmente en el International Center of Photography de Nueva York, el Palazzo Esposizione de Roma, El Circulo de Bellas Artes de Madrid, el Carolinum en Praga, el Centro Hasselblad en Suecia, la Canon Gallery y el Nieuwe Kerk en Amsterdam, y el Hood Museum of Art del Dartmouth College, entre otros.

James Nachtwey ha recibido numerosos premios como la Medalla de Oro Robert Capa (cinco veces), el Premio World Press Photo (dos veces), el Magazine Photographer of the Year (seis veces), el Premio Infinity del International Center of Photography (tres veces), el Premio Leica (dos veces), el Premio Bayeaux para Corresponsales de Guerra (cinco veces), el Alfred Eisenstaedt Award, el Canon Photo essayist Award y la W. Eugene Smith Memorial Grant en Fotografía Humanista. Es miembro de la Royal Photographic Society y tiene un Doctorado Honorífico de Bellas Artes por el Massachusetts College of Arts.

Nachtwey utiliza las cámaras y lentes Canon, y ha aparecido en sus anuncios publicitarios. Actualmente, usa una Canon EOS-1Ds mark II y a una cámara fotográfica de la película de EOS-1V. Para procesar imágenes digitales utiliza un portátil PowerBook G4 en el campo, y un Mac G4 y una impresora Epson 2200 en su estudio. Al tirar a la película, Nachtwey utiliza una variedad de emulsiones de 35mm, color y blanco y negro.

Entrada destacada

ANNA CALVI – PEAKY BLINDERS ORIGINAL SCORE SEASON 5 & 6

«Me fascina la manipulación de las emociones con el sonido. Es misterioso para mí. A veces, poner en una escena la música opuesta a la que e...