«Un miedo
premonitorio se coló en muchas canciones del album. El sentido de que el final
se aproxima, de que llegamos al destino, penetró en el disco»
DEPECHE MODE
Memento Mori es una de esas expresiones latinas que
tras oírla uno se queda sin habla, completamente petrificado. Sobre todo,
cuando descubres su significado: recuerda que morirás. También es un dictum que
obedece a esa épica frase romana cuando las huestes desfilaban victoriosas por
las calles de Roma. Les hacía recordar que el ser humano tiene límites y que la
muerte ronda siempre muy cercana al soldado: Deja la soberbia del triunfo
porqué mañana puedes ser carne para los cuervos.
Estas duras connotaciones han servido para inspirar el
título del nuevo album de Depeche Mode, Memento Mori, recién publicado
este 24 de marzo de 2023 y que ha generado una gran expectación a nivel
mundial, sobre todo teniendo en cuenta su tour 2023 y posiblemente el adiós
definitivo de la mítica formación.
Por todo ello, Memento Mori es un disco distinto,
oscuro con algunos destellos de luz, fraguado en torno a la muerte y la vida, y
teniendo como marcados referentes los efectos pandémicos del Covid 19 y
el triste fallecimiento de Andy Fletcher, el inolvidable teclista de la
banda. Ambas coyunturas manifiestan la negrura que ha envuelto a la banda, su
cercanía e inexorabilidad con la muerte, elemento final al que todos estamos
abocados, sin excepciones.
Sobre este aspecto el propio Martin Gore ha
comentado: «Cuando eso ocurrió tuvimos que tomar una decisión: seguir
con el proyecto y el calendario programado, o dejarlo correr. Y decidimos
seguir adelante porque pensamos que era lo mejor para nuestra salud mental:
hacer y focalizarnos en la música que amamos. Teníamos que seguir como Depeche
Mode por el bien de todos» (La
Vanguardia).
Sin duda, son las palabras que reflejan ese reverso que
clama el Memento Vivere (o recuerda que tienes que vivir).
Como bien argumenta Martin Gore «todos deberíamos aprovechar al
máximo nuestro tiempo aquí, porque es muy limitado. Debemos vivir la vida, sus
momentos. Andy ya no está, pero todo lo ves muy cercano». No valoramos la
vida hasta que la muerte agita sus negras alas cerca de las personas queridas.
Aunque las mejores épocas de la banda ya pasaron, Depeche Mode siempre
ha editado obras dignas que le ha permitido mantenerse en la brecha hasta la
actualidad, olvidándose de tener que vivir del pasado y de sus revivals: «Si
quisiéramos, podríamos dejar de sacar música y limitarnos a tocar los éxitos,
pero no es eso lo que queremos» (Dave Gahan).
Memento Mori es un álbum maduro, evolutivo, lleno de
agradables sorpresas sonoras. Las críticas más especializadas se han volcado en
ello: «DM ha conjurado una colección de canciones fuertes sobre grandes
temas, entregadas con sensibilidad y convicción. Destaca con lo mejor de
su carrera» (The
Telegraph). «Memento Mori indica que todavía hay nuevas formas para la
vieja magia» (Pitchfork).
«Memento Mori es un triunfo absoluto (…) verdaderas canciones de fe y devoción
(…) Un puñado de gemas pop (The
Quietus). «Depeche Mode siempre ha convertido la agitación, la tensión
y los momentos más oscuros en magia. Memento Mori es su mejor álbum de lo
que va de siglo y, lo más importante, es un testimonio de creatividad y
amistad» (NME).
El disco ha sido producido por James Ford (Arctics
Monkeys, Pet Shop Boys) y Marta Salogni (Björk, Bloc Party). En
la composición ha colaborado Richard Butler (The Psychedelic Furs)
con varios temas excepcionales. El fantasma de la pandemia y el fallecimiento
de Fletch han sido la oscura brújula que ha marcado el rumbo de todas
las canciones.
El álbum consta de 12 canciones que giran en torno a las
pérdidas que sufre el ser humano a lo largo de su existencia, como el sexo, la
amistad, las adicciones, el exceso de información, la muerte… Todos ellos
conforman una arquitectura conceptual que articulan un mismo mensaje: el tiempo
está ahí, pero pasa y nos hace vulnerables y fuertes a la vez. Por ello,
debemos seguir pase lo que pase, aunque la negrura se cierna sobre
nosotros. Memento Mori dibuja pues una línea que recorre múltiples
estados de ánimo, desde la paranoia pasando por la obsesión, hasta alcanzar la
catarsis y la alegría.
Conceptualmente la portada del album refleja esa simetría
antagónica entre los extremos de una misma realidad, tesis y antítesis como
bien evidencia la dialéctica hegeliana al definir el proceso de la existencia o
síntesis. Los tres colores abarcan los tres estados de la vida: el blanco como
la pureza de un ángel, el rojo como la sangre que hace fluir la vida dentro de
nosotros mismos, y el negro como símbolo de la oscuridad final, el tono más
dominante de la portada. Una triade que llevamos inserta desde que vemos la
luz. Veamos los temas uno a uno.
Arrancamos el album con My Cosmos is Mine, un tema
soberbio, de apertura, con rasgos claramente experimentales, gaseosos,
sombríos, cacofónicos, ecográficos y resonantes, un tejido sónico que refleja
la lucha que tenemos día a día con nuestra privacidad que pugna por salir de
esa caverna platoniana que nos condena a la oscuridad. Nuestro espacio es
personal e inviolable; en él «no hay guerras ni miedos», es una frase que se
repite una y otra vez como un mantra existencial que nos advierte sin tapujos
de la aguja hipodérmica que tratan de inocularnos: «No juegues con mi
mundo. No juegues con mi mente. No cuestiones mi espacio-tiempo. Mi cosmos es
mío». Son palabras sinceras que muestran nuestra reacción defensiva ante
las amenazas que se ciernen sobre nosotros.
Llegamos a Wagging Tongue, ese momento donde hay que
soltar las palabras, dejar fluir todo el dolor y la oscuridad que impregna
nuestra. Y sobre todo, no dejarse atrapar por ambos: «No harás bien en
oscurecerme, con tus secretos y mentiras, con tu penetrante código de silencio
(…) Todo parece vacío cuando ves morir un ángel».
Ghosts Again es la estrella del álbum. El single y
video que se extrajo del tema refleja el concepto que transmite el mismo:
quiebra, muerte y resurrección. Es ese dolor por la pérdida del ser querido,
pero que aún está presente como un fantasma o un ángel blanco. Es el espacio
que jugamos entre la vida y la extinción, la añoranza y la resignación,
sensaciones todas ellas que, frente a frente, pugnan sigilosamente hasta que la
partida se acaba: «El tiempo es fugaz. Mira lo que trae (…) volveremos a ser
fantasmas». El tema fue compuesto por Martin Gore y Richard
Butler de Psychedelic Furs.
Don’t Say You Love Me, es una preciosa balada que ondula
como una ola oceánica a través de un claro de luna, pero la letra abofetea el
alma como un duro reverso: «Tú serás el asesino y yo seré el cadáver / Tú serás
el thriller y yo seré el drama…» Este contraste entre sonido y letra hace que
el tema se agarre profundamente en la garganta.
My Favourite Stranger, inspirada en el quebranto que aún
sigue presente enmascarado como un perfecto extraño: «(El) suelta mi
nombre (…) Habla cuando yo hablo. Sigue mis pasos y habla en mis sueños».
Soul With Me, es un track caprichoso dentro del
concepto global. Lo más interesante es su letra: «Dejando mis problemas y
los desastres del mundo, me dirijo hacia el cielo abierto. Veo la belleza, a
medida que las hojas comienzan a caer, sigo la luz hacia las voces que llaman y
hacia donde los ángeles vuelan».
Caroline’s Monkey, junto a Ghosts Again, es otras de
las canciones apasionantes del álbum. Se trata de una síntesis sónica donde se
fusionan perfectamente ritmos, voces, melodías y electrónica. Hace referencia a
la fragilidad de los sentimientos y sobre las adicciones donde podemos caer: «Desvanecerse
es mejor que fallar. Caerse es mejor que sentirse. Doblarse es mejor que
perder. Arreglar es mejor que sanar». Siempre hay una salida mejor que dejarse
llevar.
Before We Drown no se anda con rodeos. Va directo a la
yugular de lo que nos oprime, como el discurso épico que lanza el general antes
de lanzar a sus hombres a la lucha: «Tenemos que avanzar sino queremos
ahogarnos».
People Are Good, me recuerda los viejos tiempos de People
are People (1984) donde se denunciaba el racismo y la guerra. Ahora, a
pesar de la triste realidad que sigue agobiándonos, la gente parece buena. Las
cosas malas que hacen son una manifestación de los que están sufriendo por
dentro. La canción se alza como una esperanza que necesitamos creer.
Always You es la exaltación desesperada que desata la
necesidad de tener cerca alguien a quien amar dentro de la realidad que nos
engulle. No hay nada peor que sentirse solo en un mundo lleno de seres vacíos,
sin tener algo o alguien en quien confiar: «Mi amor, no hay más palabras, la
vida es demasiado absurda, por qué reina la locura. Y luego estás tú. Siempre
tú. La luz que me saca de la oscuridad».
Never Let Me Go es otra alegoría al amor incondicional.
Contiene reflexiones que desatan ese ímpetu por amar sin rupturas: «Cuando la
incertidumbre se disipe, estaremos listos para ceder. Seremos faros brillando
(…) como estrellas en la tenebrosidad y amantes en las sombras».
Speak To Me es el tema que cierra el álbum. Un momento
conmovedor para recomponer la trama de la vida y reflexionar sobre sus
detonantes. Los compases últimos muestran una épica celestial y aplastante, un
ascenso y disolución en las burbujas del polvo y la nada, la muerte. Sin duda,
una canción que sobrecoge hasta el último aliento.
Concluyendo. A rasgos generales, Memento Mori dista
de ser un plástico como lo fueron en su tiempo Some Great Reward (1984), Songs
Of Faith and Devotion (1993), Black Celebration (1986), Ultra (1997)
o los inolvidables Violator (1990) y Music For The Masses (1987).
Los tiempos han cambiado pero el concepto y la calidad siguen marcando las
diferencias. Sin duda, el estilo es diferente, más oscuro, pero fulge destellos
de esperanza y luz.
Memento Mori es un buen disco, sobre todo teniendo en
cuenta las circunstancias que han envuelto su creación, su mensaje y su
coyuntura. Partiendo de esto, probablemente la banda esté ya gestando su fase
final. El paso del tiempo y las ausencias suelen jugar malas pasadas a pesar de
esforzados renacimientos.
Estamos pues ante un disco que, a modo de advertencia, nos
indica que todo llega a su fin, y aunque existan resurgimientos existenciales,
los esfuerzos por renovarse y superar los momentos más complejos, las punzadas
y el envejecimiento dejan cicatrices difíciles de curar. Memento Mori es
un punto de cambio, una inflexión y un paso valiente hacia adelante, que nos
pone los pies sobre la tierra y nos recuerda que el momento de cerrar ojos está
a la vuelta de la esquina. De ahí que debamos aprender a vivir lo mejor
posible, aprovechar nuestro tiempo, porque la mortalidad nos está acechando.
Sin duda, este es el principal mensaje y valoración de Memento Mori, y
como bien nos recuerda Dave Gahan: «Siempre hay un elemento de
oscuridad en nuestras canciones, como en la vida. Pero la realidad gira en
torno a elecciones que hagamos».
Carlos Flaqué Monllonch. Texto original publiucado en Crazyminds