Todos quieren a Daisy Jones se construye dentro
de un marco de falso documental que sigue los acontecimientos de una banda
de rock ficticia y activa durante los años 70 en Los Ángeles, California.
La serie no es, por tanto, una historia real, pero si está inspirada en las
figuras emblemáticas de Stevie Nicks y Lindsey Buckingham,
ambos pertenecientes a la emblemática banda británica Fleetwood Mac, y cuya
relación fue tan compleja y tormentosa que quedó plasmada en su álbum, Rumours.
La serie abarca diez capítulos y en ella se introducen emociones
y reflexiones que lejos de ser tratados filosóficos, dan las pautas necesarias
para pensar y sacar conclusiones. Por tanto, no estamos ante una serie compleja
que pretende ser una obra de autor, esa es la gracia. Su construcción es
simple, pero te agarra emocionalmente como un pulpo a la roca. ¿Veamos por qué?
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