“La manipulación
consciente e inteligente de hábitos organizados y de la opinión de las masas es
un elemento importante de una sociedad democrática. Aquellos que manipulan
estos mecanismos desapercibidos de la sociedad constituyen el gobierno
invisible que es el verdadero poder de nuestro país… Somos gobernados, nuestras
mentes son moldeadas, nuestros gustos son formados, nuestras ideas son
sugeridas mayormente por hombres que nunca hemos visto”.
- Edward Barnays -
Cuando se revisa
rigurosamente la historia moderna de la comunicación política y publicitaria vemos
que hemos sido víctimas de un consistente esfuerzo de lavado de cerebro masivo.
Existen argumentos sólidos para decir que la élite del poder —gobierno y
corporaciones— han orquestado una
constante política de propaganda dirigida a manipular la percepción de las
masas con el fin de mantener un sistema que les permita seguir incrementenado
sus riquezas y, por ende, incrementando la desigualdad social.
Tres figuras
centrales han formulado las bases de la propaganda en Estados Unidos: Ivy Lee,
Walter Lippman y Edward Barnays. Los tres coinciden no solo en que la mente de
las masas puede ser manipulada a través de la propaganda, sino que debe de ser
manipulada, ya que las masas no son capaces de autogobernarse. Por esta razón
debe de surgir un gobierno de una élite calificada que sepa dirigir al pueblo conforme
a los intereses de “la riqueza de la nación”.
Esta propaganda
masiva, organizada y distribuida fundamentalmente desde el gobierno y las
grandes corporaciones, se ha vuelto más sofisticada al tiempo que la tecnología
y la evolución de las supuestas ideas «democráticas». No nos damos cuenta que
las noticias en muchos casos están producidas y pagadas con el fin de influir
nuestra opinión.
“La
democracia es la superstición de nuestros tiempos”
Jorge Luis
Borges
La democracia crea
la ilusión de que es el pueblo el que elige
a sus gobernantes, que estos los representan y deciden por ellos y la
caridad le da a la gente lo mínimo para que mantengan el "status quo" y no se
levanten de forma violenta.
Una persona común y
corriente no quiere ir a la guerra, no quiere que sus amigos y familiares vayan
a la guerra, para convencerlos es necesario recurrir una poderosa artimaña de
persuasión. Actualmente la propaganda se ha vuelto parte intrínseca de las
noticias que se consumen en el mundo a través de grandes conglomerados de
medios.
Agradecimientos a