El problema y crueldad del número significa la
sistematización de sus componentes para obtener resultados rentables para la
supervivencia de las masas. El ser humano, así le llaman, precisa comer para
sobrevivir, sin embargo, la cantidad desmesurada de humanos conlleva a la
industria de la muerte y su producción en alimentos. Por tanto, la cantidad es
lo que daña la sensibilidad y el equilibrio de una sociedad sustentada en el
exceso; por suerte la naturaleza se encarga de re-equilibrar cualquier desajuste
de números controlando la proliferación de sus especies. En el caso humano la
cuantificación se desentiende del equilibrio para convertirse en alimento y
negocio. La muerte se industrializa con el único fin de mantener la vida y
aumentar los bolsillos de quienes viven de ella. Es una dura cadena que rompe
lo que se conoce en Demografía como tasa de reemplazo.
Es importante saber que todo número escaso es controlable,
asimilable, mientras que todo número inmenso es una maquinaria imparable y
aniquilante; por ejemplo, una hormiga solitaria es inofensiva e incluso
graciosa para un niño que la tiene en su mano, pero se convierte en un sistema
de terror cuando ruge como una marabunta. El equilibrio es lo que debería
sustentar la sociedad humana y no es así. La película invita a una profunda
reflexión aunque quien controla los números tiene muy asumida esta fría
sistematización. El día que deje de serle útil optará por la selectividad y el
exterminio total de los sobrantes.
Karl Flaqué Monllonch.
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