viernes, junio 07, 2013

AL JAZEERA, ¿INFORMACIÓN LIBRE O JUEGO A DOS CARAS?



Muchos tiemblan al oír su nombre, otros gritan cuando su voz rompe el silencio, algunos sacan sus curvados sables para degollar su preciada cabeza. Al Jazeera es un punto de mira, la máxima referencia comunicativa del mundo árabe, un nexo común que aúna a más de 50 millones de personas y emerge como una isla insumergible en medio de un “tsunami” de informaciones contrarias. Su objetivo es, ofrecer una alternativa informativa independiente, a veces excesiva, quizás porque esta objetividad vende y excita la curiosidad y las almas adversas. Sea cual sea el resultado, Al Jazeera es capaz de hacer frente, por si misma, al devastador rugido de las bestias opinativas que se disputan el apetecible mundo de los intereses internacionales. 

Carlos Flaqué Monllonch

  
Para las mentalidades occidentales comprender el enjambre islámico es muy complejo. Política, religión y lengua, se combinan bajo una espesa triade que busca cohesionar un rompecabezas de naciones difícil de mantener de otra forma. Al Jazeera es la voz incómoda que altera los intereses de quienes buscan silenciarla, sin embargo, lucha y resiste como un acorazado legendario.

Sus portavoces argumentan que su misión es la comprensión y difusión de lo que acontece en el mundo, bajo una visión informativa de conjunto, masiva e independiente, al margen de las influencias del fundamentalismo extremista islámico, de los gobiernos enfrentados de la zona y de la presión asfixiante de Israel, EE.UU. y sus aliados. Para otros, Al Jazeera es una compleja inmersión a un pasado y presente, repleto de críticas, acusaciones, atentados, encarcelamientos y censura, siendo incluso víctima de canales adversos cuyo fin es diezmar su efecto y liquidarla. EE.UU. la bombardeó en Afganistán y la consideró objetivo militar en la Guerra contra Irak. Precisamente por declararse independiente, su línea editorial no suele concordar en muchas ocasiones con la perspectiva diplomática de algunas naciones occidentales o de ciertos gobernantes asiáticos, por ejemplo, las crisis desatadas por la difusión de los mensajes de Bin Laden, por el apoyo de George Bush a la familia real saudí, el fracaso del contrato de la cadena con la CNN norteamericana, las coberturas informativas de la Primavera Árabe, el caso de Tayseer Allouni, etc. Por tanto, ¿estamos ante un medio de comunicación ejemplar que se atreve a informar desde todos los bandos, o nos encontramos frente a una plataforma mediática que esconde intereses bajo un doble juego?   
 


Al Jazeera fue fundada por el jeque Hamad Bin Khalifa Al Thani, emir de Qatar con el fin de convertirse en el principal canal de noticias del mundo árabe. Tal como su nombre indica, “Al Jazeera” significa la península o la isla, haciendo referencia a su lugar geográfico de origen y posición estratégica: la península arábiga. Su segundo sentido hace referencia a su connotación religiosa, la luz de Alá (Dios), de ahí “Al” o “Alá”. Relacionando el conjunto podemos concluir que Al Jazeera es la isla de la luz de Alá (el que todo lo ve y oye).

Originalmente la emisora nació en 1996, como una televisión gratuita, sostenida por el gobierno de la familia real qatarí, quien depositó una inversión inicial de 150 millones de dólares. A medida que sus emisiones fueron abriéndose a ideas menos religiosas, ganó mayor audiencia, hecho que propició su posterior independencia financiera. Gracias a ello, pudo expandirse a otros países musulmanes, y luego al resto, alcanzando una cifra récord de unos 240 millones de tele-espectadores diarios.

Sus ganancias e inversiones han ido conformado la imagen de Qatar como una moderna sociedad, paraíso de la democracia y la libertad de expresión, valores poco habituales en las naciones árabes, ya que sus regímenes políticos practican una férrea censura sobre las personas y medios de comunicación, parte fundamental de la estrategia propagandística.
  
La línea editorial de Al Jazeera es semi religiosa. Gracias a ello obtiene ventajas como infiltrarse en zonas “enemigas” con el fin de lograr informaciones de exclusiva. No obstante, según el diario El País, su independencia es puesta en duda. Se la acusa de ser un instrumento al servicio del emir de Qatar y de apoyar de forma acrítica a los islamistas, por lo que diversos periodistas disconformes han dejado de trabajar con la citada cadena. A pesar de ello, los corresponsales de Al Jazeera están acostumbrados a vivir y trabajar bajo las presiones del poder político. A menudo han tenido impedimentos para obtener visados para acceder a países vecinos. O han recibido presiones económicas, arrestos injustificados, bombardeos, amenazas de muerte e incluso algunos de sus periodistas han sido asesinados.


Al Jazeera es una cadena de televisión árabe, que emite en su propio idioma y que al transmitirse vía satélite, facilita versiones a otras lenguas, cambiando el contenido de las noticias o programas según el país e intereses. Además, asegura que su estilo y contenidos lleguen a más partes, generando incrementos de audiencia y beneficios. Sin embargo, el gobierno norteamericano, al considerar que Al Jazeera tiene un punto de vista excesivamente independiente, mantiene en activo un canal de noticias árabe llamado Al Hurra, que transmite desde Arabia Saudí. En los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania el canal es seguido por más del 50% de la audiencia. Palestine TV atrae a un 12% y Al Arabiya, principal cadena competidora de Al Jazeera, y financiado por Arabia Saudí, un 10%.


La página Web de Al Jazeera es una de las más visitadas en el mundo entero. Como emisora televisiva posee varios canales, cinco de ellos son deportivos, aunque es muy conocida principalmente por su canal de noticias 24 horas, que difunde sin parar los acontecimientos internacionales, tanto en árabe como en inglés. Se calcula que tiene una audiencia una entre 40 y 60 millones de seguidores, repartidos en doscientos países. Además, consta de varios programas especializados según los continentes del mundo. Dispone de magazine, live stream, documentales, videos, fotos, presencia en las principales redes sociales, soportes tecnológicos móviles, y aplicativos en blogs, podcasts, RSS…


Según sus propias fuentes, Al Jazeera se ha consolidado como una empresa mediática que ofrece una visión moderna y panorámica del Islam, junto a una apuesta informativa independiente, cuya objetivo es emitir sin censuras y desde todas las posiciones. Para sustentar esta forma de periodismo, inició la creación de un conglomerado empresarial que la dotó de una televisión de gran cobertura, de lengua propia, y con un canal en inglés como alternativa internacional. Posee delegaciones en varios países, cuenta con una plantilla de más 3.000 personas y tiene centros de producción en Washington, Londres y Kuala Lumpur. Sus cuarteles generales residen en Doha, Qatar. Durante 15 años, la cadena ha logrado tener una audiencia diaria de 50 millones de telespectadores, convirtiéndose en una “empresa de éxito total”. Mantiene buenas relaciones con los medios informativos de Latinoamérica (Telesur) y  como curiosidad cabe destacar que concede un papel muy importante a la mujer y a los jóvenes. Cuenta asimismo con un centro de formación para periodistas: Al Jazeera Center. A pesar de sus competidoras, Al Jazeera lidera la primera posición informativa en los países pan-árabicos.



“Al Jazeera ha creado una libertad política que (…) acoge a portavoces israelíes y adopta técnicas de emisión ultramodernas. Ha llegado a ser una marca mundial y un modelo para otros medios de comunicación árabes (…) No es un instrumento de la CIA, Israel o Al Qaeda. Es el sutil órgano de difusión del Estado de Qatar y de su ambicioso emir, Hamad Al Thani”. “Hasta antes del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos y el mundo occidental, consideraron a Al Jazeera como la luz de la democracia en Oriente pero luego ha pasado a ser lo más oscuro del periodismo… Las alabanzas desaparecieron cuando Al-Jazeera se atrevió a dar voz a los afganos y a Osama Bin Laden, tras la guerra emprendida por Estados Unidos contra Afganistán en respuesta a los atentados ocurridos en Nueva York”, son las palabras de Dima Khatib, actualmente corresponsal de Al Jazeera para América Latina. 

-Carlos Flaqué Monllonch-

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