Dicen que el
tiempo coloca las cosas en su sitio y así es, la Historia solo se puede
comprender cuando ha reposado en el tiempo y los espacios vuelven a su lugar,
es decir, cuando las partes implicadas han sosegado su protagonismo e intereses
y los estudios y lógica sobrevienen después.
Es difícil creer
cuando las cosas ocurren en su tiempo real, porque siempre están sujetas al
partidismo y a la manipulación de los grupos interesados, aunque a veces nunca
se llega a saber la verdad exactamente.
La historia ha
demostrado en su tiempo que la guerra entre EE.UU. y Japón llegó a cotas
insostenibles, un doble jaque cuyo final solo podía conducir a un terrible
final. La carnicería parecía inevitable. El que asestara el peor golpe tenia todas las
ganar y esto es lo que ocurrió exactamente.
A las 5 horas y
32 minutos de la madrugada del 6 de agosto de 1945, un bombardero B-29
Superfortress, llamado Enola Gay, despegó de Tinian - una pequeña isla del
Pacífico Sur cercana a las Islas Marianas - con el fin de cumplir una operación
secreta dentro del llamado Proyecto Manhattan. Su misión era - por orden
extrema del ex presidente Harry Truman - arrojar sobre la ciudad japonesa de
Hiroshima a Little Boy, la primera bomba atómica de la historia. Una
millonésima de segundo después de la explosión, Hiroshima dejó de existir como
ciudad. La onda expansiva fulminó a más de 120.000 japoneses ipso facto, casi su totalidad de población
civil, dejando un saldo de 47.000 edificios destruidos y casi más de 360.000
heridos, entre los cuales gran cantidad presentó durante los años posteriores
variaciones y mutaciones genéticas debido a la radiación. Los percances
biológicos y anatómicos persisten todavía hoy en día en la población japonesa.
Cabe razonar los
por qués, los ideales que los sostienen, las amenazas que los provocan, los intereses
que esconden, porque fuere lo que fuere, ninguna masacre merece justificación alguna. El ser
humano es el mayor depredador de todos los tiempos. La Historia nos brinda sus
claves y razones, la oportunidad de
saber qué hemos hecho y las razones que nos han llevado a hacerlo.
Gracias a una
reconstrucción detallada de los acontecimientos que condujeron al lanzamiento
de la bomba, el documental que presento a continuación, es un estudio único que
desvela la verdad sobre aquellos fatídicos días, una verdad en la que
intervienen los personajes reales que participaron directamente en aquella
catástrofe histórica.
KarlFM.-