Como dijo Albert Einstein,
la imaginación es más importante que el
conocimiento, porque en ella se fraguan las ideas que permiten alcanzar el
saber. Es por ello que la gente imaginativa es la que descubre las cosas, la que hace posible que el conocimiento avance, pues permite abrir las puertas y salir de la ignorancia. Por tanto, todo aquello que
facilita el acercamiento a posibles respuestas merecen ser
tratadas con la atención que merecen ya que pueden ser parte de las respuestas que buscamos. Los interrogantes son muchos, demasiados y, por tanto cabe ser flexible a la hora de responderlas. No hay que caer en el error de posicionarse en posturas anacrónicas, oficialistas, herméticas e intransigentes, como tampoco en su lado contrario, exceso de altruismo, fantaseo, bulo, radicalismo sectario, etc. Nadie es poseedor de la verdad pero si los antiguos dejaron escritos ciertas experiencias quizás deberíamos tomarlas en cuenta como posibles. Ninguno de los científicos actuales que niegan la presencia de extraterrestres en la antigüedad han vivido en aquellos tiempos, por tanto sus conclusiones pueden ser también erróneas como tantas cosas han erradio a lo largo de sus investigaciones. La ciencia no es exacta y muchas cosas que condenó en el pasado acabaron siendo ciertas y viceversa. No hay peor enemigo para el conocimiento que el dogmatismo. La misión del hombre actual es imaginar para abrir la mente e intentar explicarse el pasado porque en el están precisamente las claves de su existencia.
¿Cuáles fueron, por ejemplo, las primeras ideas morales y los primeros
conceptos religiosos que el hombre fijó por medio de la escritura?
¿Cuáles fueron sus primeros razonamientos políticos, sociales, incluso
filosóficos? ¿Cómo se presentaron las primeras crónicas, los primeros mitos,
las primeras epopeyas y los primeros himnos? ¿Cómo fueron formulados los
primeros contratos jurídicos? ¿Quién fue el primer reformador social? ¿Cuándo
tuvo lugar la primera reducción de impuestos? ¿Quién fue el primer legislador?
¿Cuándo tuvieron lugar las sesiones del primer parlamento bicameral y con qué
objeto? ¿Cómo eran las primeras escuelas y sus maestros? ¿Qué se enseñaba, y a
quién?
Dicen que la historia comenzó en Sumer, frase que hace honor al célebre título que escribió Samuel Noah Kramer y que causó un autéentico revuelo en
los círculos internacionales de historia y arqueología. Y es que según las leyendas sumerias el hombre fue creado para
soportar el yugo de los dioses. Estos dioses reinaron directamente
sobre Mesopotamia, Egipto y el Valle del Indo y su dominio fue registrado en
las historias de las tres grandes civilizaciones de la antigüedad, plataforma
de despegue para el desarrollo posterior de la Humanidad. De las tres la
civilización sumeria resultó ser la primera y más antigua del mundo. Estos
hombres vivieron en comunidades pequeñas, en aldeas aisladas, cuya única
preocupación fue la supervivencia y el ver amanecer nuevos días. Pero de
repente, hacia el 5000 a.c. algo les hizo cambiar. Los textos oficiales dicen que
fue debido a la aparición de las primeras ciudades, aunque otra tendencia
afirma que fue a causa de algo inaudito, quizás proveniente del exterior. Fuera
lo que fuera, el cambio fue radical y desde entonces ya nada volvió a ser como
fue.
Es por ello que Zecharia Sitchin, licenciado en Historia
Económica por la London School of Economics, escribió diversos libros que afirmaban
el supuesto origen extraterrestre de la Humanidad, atribuyendo la creación de
la cultura sumeria a los Annunaki o Nefilim, una raza de extraterrestres procedentes de un hipotético
planeta llamado Nibiru (denominado tambien como el Planeta X), situado más
allá de Plutón. Según el mismo autor
nuestra evolución ha sido llevada de la mano de algunas entidades cósmicas que
se propusieron crearnos por razones que desconocemos. Él cree que los Nefilim crearon a los humanos mediante
la modificación genética del Homo Erectus.
Todo comenzó cuando era estudiante, en el colegio, preguntándome el por qué de la palabra Nefilim, que significa aquellos que bajaron del cielo a la tierra, palabra que fue traducida en el capítulo 6 del Génesis, como Gigantes. Me llevó 30 años de búsqueda encontrar la respuesta (Zecharia Sitchin).
Evidentemente las conclusiones de
Sitchin han sido descartadas por
científicos, historiadores y arqueólogos ortodoxos, argumentando demasiados
problemas en la traducción de los textos antiguos de Sitchin y en su comprensión acerca de la física. Son teorías que derriban los conceptos evolucionistas de Charles Darwin y los dogmas del creacionismo divino clásico. Sin embargo, por
una parte negamos las posibles intervenciones alienígenas en el proceso de
construcción de la Humanidad, pero admitimos como parte de nuestra cultura,
moral, ideología y forma de vida, la existencia de un Dios y de otras concepciones
religiosas que, bien observadas, parecen mas fantasía que realidad. Si los círculos oficiales niegan pues a
Nibiru o a los Annunaki, ¿por qué mantenemos todos estos mitos religiosos en la Tierra
que hablan de seres fantásticos y además permitimos y mantenemos que todo un sistema eclesiástico viva de ellos e influya en la vida y destino
de las sociedades humanas, estén dónde estén? ¿Por qué? Quizás estos videos nos aclaren ciertas dudas.
KarlFM.-