Había una vez … en un país lejano y frío, una chica que soñaba con una cerilla
y un bidón de gasolina,
porqué una reina,
en el palacio de las corrientes de aire,
creía que los hombres
no amaban a las mujeres.-
KarlFM
Se me ocurrió escribir esto cuando vi los tres títulos y quise enlazarlos en forma de entrada; luego, cuando lo lees, te quedas dando vueltas sin parar en busca de coordenadas con sentido; de repente oyes un “clack” y todo se detiene. Tomas aire y cuando abres los ojos ves que el mundo es distinto, estás en otra dimensión. Estás en el universo de Millennium.
Dicen que el tipo era de izquierdas, exactamente trotskista, pero cuando empezó a crecerle la barriga y a perder pelo se hizo más socialdemócrata. Dormía poco, fumaba entre dos y cuatro paquetes diarios de tabaco, se atiborraba de cafés con leche, comía comida basura, trabajaba en mil cosas a la vez, hasta que su cuerpo no aguantó más y se fue. Murió de un ataque al corazón a los 50 años. Se llamaba Stieg Larrsson y es el célebre autor de la trilogía MILLENNIUM: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES, LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA y LA REINA EN EL PALACIO DE LAS CORTINAS DE AIRE, tres títulos que por sí mismos ya inducen a muchas respuestas.
No voy a contar estas historias porque son historias que hay que vivirlas en propia piel, en el sofá, en la cama tumbados, en un bosque, al lado de un cementerio, a orillas del mar solitario, o en cualquier lugar que invite a colgarse de la imaginación y la reflexión. Pero si quiero decir que, sin ser adepto a novelas negras, los tres libros de Larsson son increíblemente fascinantes; tres auténticas joyas de psicothriller que te quitan incluso el sueño en pos al ansia de querer saber más y más.
Recientemente, una página web francesa muy influyente (www.evene.fr) calificó a Larsson de “figura legendaria, cuyo extraordinario genio literario ha creado una de las obras literarias más importantes del siglo XXI... Las tres novelas constituyen un auténtico fresco de la sociedad moderna que no puede compararse a lo que ningún escritor de novela criminal ha hecho nunca antes.”
Millennium es un mundo distinto, un universo oscuro lleno de laberintos, un azote contundente contra toda especie de tipejos que gallinean la dermis hasta límites extremos; fascistas, violadores, maltratadores, asesinos y corruptos, conjuntados entre personajes de elevada alcurnia que convierten la realidad es una trama asfixiante que roza el óxido de la las sensaciones.
En las obras de Larsson se palma ese periodismo distinto, que se levanta aplastante como un sagaz vigilante del poder y guardián de la verdad. Escrito con excelente maestría, Millennium a saltado al mercado como una auténtica pandemia, como un auténtico virus mortal que ha infectado a todo ser de dos patas; no conozco prácticamente a nadie que no haya oído hablar de esa saga o que no haya leído ya el primer libro, lo esté leyendo en estos momentos o va la leerlo prontamente. Muchos ya terminaron de leer el segundo y esta semana ya están devorando la tercera parte recién salida a la calle. Esta trilogía es una auténtica fiebre, una infección a gran escala que sinceramente crea dependencia sin vuelta atrás.
Personalmente, gracias a este autor he vuelto a tener acceso a esa cultura nórdica que hacia tiempo tenia algo olvidada tras leer en los setenta aquel mítico libro llamado Suecia, Infierno y Paraíso, de Enrico Altavilla. No solemos tener muchas noticias sobre estos fríos países a no ser que algo gordo ocurra en ellos. Sin embargo no son países tan ideales como parecen, al menos en lo referente a ciertas cosas.
Según se afirma en Suecia el 46% de las mujeres son víctimas de maltratos masculinos, algo que, sinceramente desconocía ya que tenia esa idea de que en el norte de Europa eran más liberales, menos corruptos e incluso más sensatos. El director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, José Sanmartín, asegura que “en los países nórdicos existe una mejor educación desde el punto de vista sexual, ya que son menos sexistas, pero detrás de las elevadas cifras de maltrato hacia la mujer podría estar un consumo excesivo de ciertas sustancias tóxicas como el alcohol "que desinhibe y hace que no haya frenos morales".
Larrsson escribió varios libros de investigación sobre las oscuras conexiones entre la extrema derecha y el poder político- financiero de su país. Él y su amigo Kurdo Baksi recibieron, en este sentido, varias amenazas de muerte, por ello pero ello siempre fueron fieles al viejo principio de “antes morir que capitular”. Dicen que la defensa de los vulnerables fue una de las grandes obsesiones de Larsson.
Al final por recomendación de un amigo del trabajo, fui a ver la película, en el cine naturalmente, nada de top manta ni descargas de Internet, esa peli hay que verla al estilo clásico, bajo el embrujo de la pantalla grande, oscuridad máxima y dolby a tope, aposentado en una cómoda butaca sin tener que aguantar el coñazo del maldito olor a palomitas ni los morreos sonoros de la pareja teen de al lado. Son dos horas y media de cine diamantino, de imágenes de altos quilates, orgasmos continuos, subidas de adrenalina a tope, todo un bagaje de pensamientos y sensaciones que te acribillan la cabeza sin cesar, desde el primer fotograma, que te deja boquiabierto, hasta el final, que te deja sonriente de par en par; el film no tiene desperdicio: excelente fotografía, gran historia, ritmo trepidante, con pausas inteligentes y acelerones de talante genial, dirección estupenda, personajes acertados, en definitiva una cinta a mi modo de ver, perfecta.
Por supuesto siempre habrá quien pensará que la película es un bodrio, como me comentó “una” en el trabajo; otros comentan que hay diferencias con el libro, lógico, en los medios existe una ley básica que se denomina adaptación de los guiones; hasta hay quien piensa que el protagonista masculino no está a la altura de la actriz, es posible, pero siempre hay gustos para todo, por ejemplo, hay quien adora el cava y a otros les produce fatiga. Yo, personalmente, adoro el cava y me flipé con la película, hasta tal punto que se me durmió la pierna por olvidarla cambiarla de posición; cuando me levanté del asiento al terminar la proyeccioón sentí como la Filarmónica de Estocolmo sonaba entre mis músculos. Cuando logre recuperar la musculación y recolocar mis sensaciones en su sitio, exclamé: la película me gustó pero el libro aun más.
Hay quien recomienda no ver la película sin antes haber leído el libro, otros opinan que si lees el libro primero luego la película te decepciona. … ¿en qué quedamos? Yo paso de estos chismes preestablecidos, a la gente le mola el rumoreo, pero para mi hay que saber diferenciar entre cine y literatura; nunca suelo comparar buenas películas con buenos libros o viceversa; son cosas diferentes, lo que ofrece uno no lo da el otro y al revés porque si lo que buscas es ver lo mismo, mal asunto. Yo creo que uno tiene que acostumbrarse a disfrutar de lo bueno en sus distintas representaciones, aunque si es verdad que, a veces, de un mal libro se hace un película buena o al revés, pero para mi no es el caso de los hombres que no amaban a las mujeres, porque tanto el libro como su versión cinematográfica son dos obras que me levantaron increíbles pasiones.
Para saber mas recomiendo visitar:
http://www.serielarsson.com/autor.php
Saludos.-
