Groucho Marx definió con creces la política cuando afirmó que “era el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. En política todo flota y termina cayendo. Ya lo dice la vieja cantarella de botellón: "Izquierda, derecha, al centro y pa dentro".
Hace tiempo que dejé de creer en la política, ese núcleo de ideas falsas donde todo es prometedor y nada se cumple. No conozco ningún sistema político que haya conjuntado la sociedad en un bienestar total, ni conozco a político alguno que no se haya beneficiado de sus privilegios y caído víctima de sus propios errores. Como dice el viejo refrán “los políticos son los mismos perros con distintos collares”.
Por simple cuestión de física, la política no puede funcionar según la ley del centro porque siempre favorece a unos y perjudica a otros. Metamorfoseando a la última publicación Stieg Larsson, sería como estar en medio de un palacio y recibir todas las corrientes de aire; terminas con un buen gripazo.
Uno tiene que ser consecuente con lo que quiere, siente, piensa y necesita encontrar su resguardo en esta vida de brisas y huracanes; si lo que desea es politizarse entonces debe buscar el lugar donde mejor pueda asegurar sus intereses e inquietudes. Para eso están las ideologías y como las tolerancias y el respeto. Otra cosa son los partidos y sus líderes, ahí vienen los desencantos y los cambios de corbata. El juego limpio desaparece y el fantasma de la ambición se cuela por todos los agujeros. “Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río” ( Nikita Jruschov).
Las personas somos muchas y variopintas, cada cual con sus sueños, necesidades, búsquedas y contentar a toda la masa social por un igual es imposible, sin embargo, siempre se puede encontrar una entente, más o menos llevable, que mantenga, a trancas y barrancas, cierto equilibrio entre los núcleos, algo que no suele coincidir con los que yacen sentados en la cima de la gran pirámide: el ojo que todo lo ve. Los políticos son los guardianes del Poder y al Poder le interesa que la sociedad esté confusa y sacudida, así es más fácilmente controlable. Ya lo dice el clásico slogan: “cuantos más tontos mejor”.
Todas las políticas tienen su apertura, su divertimento, y como no, su adagio y posterior réquiem. La transición española no fue menos, de una dictadura de corte fascista, militar, tecnócrata más tarde, se pasó a una democratización social y multipartidista que significó la gestación de muchos miedos y dudas ya que se temía lo peor, no obstante nunca pasó nada, la transición fue dulce, gracias a esa figura ecualizada que es el Rey y a ese mítico partido de centro que según bien dices aglutinaba un matrimonio de conveniencia entre personajes conservadores y liberales. Una necesidad urgente para evitar el choque.
No obstante, mire por donde se mire, -es mi opinión- España es un país dividido y por más que se empeñen los políticos en juntarlo no hay cristo que lo una. El fantasma de las dos Españas y la Guerra Civil sigue aún planeando sobre los tejados de los españoles. Los mapeados políticos en las elecciones lo demuestran, la mitad de los españoles son conservadores o de derechas mientras que la otra mitad es liberal o de izquierdas; ambos se van turnando por lo que la bipolarización de las fuerzas parece ser una constante no solo ya en nuestro país sino incluso en el mundo entero. El fútbol español refleja asimismo esa rivalidad que generalmente va más allá de lo estrictamente deportivo.
Y es que la Guerra de la Independencia dividió en cierto modo a la nación española en dos mitades; la implantación de la Constitución de 1812 en 1820, la vuelta al absolutismo en 1823, las agitaciones políticas de 1834, 1837 y 1840, las sublevaciones de 1843, la revolución de 1854 y la contrarrevolución de años después, el alzamiento de 1868 y el golpe de estado de 1874, la paz ficticia preconizada por Cánovas del Castillo y la eclosión brutal de la guerra civil de 1936, son todos casos en donde se han enfrentado las dos Españas. Es algo que parece ser se lleva en la sangre.
El proceso, a lo largo de la historia siempre ha sido el mismo. Contra un gobierno legítimamente constituido se inicia un estado de crispación cuyo partido detonante era por el que no se encontraba en el poder. En 1837, 1840, 1854, 1868 y 1934, la crispación la inició la izquierda. En 1843, 1874 y 1936 fue en cambio la derecha.
Nos guste o no, España es un país multinacional, su historia lo respalda, los famosos reinos de España terminaron bajo la victoria de los Reyes Católicos: "Una, Grande y Libre". Bueno yo diría Una por fuerza, Grande no y menos Libre. Los EEUU son un país muy nacionalista sin embargo se fundamenta en estados independientes. En España, demasiada rivalidad interna.
Los españoles somos una cultura difícil de aunar, porque demasiados pueblos externos han pasado por nuestro lindares dejando sus improntas y secuelas. Además, tenemos personalidades muy contrastadas; de región en región ya palpas las diferencias. ¿Qué tienen que ver un andaluz con un vasco, un castellano con un catalán, o un mallorquín con un gallego o entre todos ellos juntos?
Según los datos históricos aportados por los griegos hablan ya de dos culturas presentes: celtas (norte) e iberos (sur). Junto a estos convivían en la península los celtíberos (zona central de la Meseta), lusitanos, galaicos, astures, cántabros y vascones; por tanto y según la mayoría de los autores, la denominada civilización ibérica tuvo su origen en una mezcla de aportaciones entre diferentes pueblos. Las influencias fenicias, cartaginesas, griegas, romanas, bárbaras y árabes fueron también determinantes.
Todo ese variopinto conglomerado dio orígen a una España dividida entre Reinos hasta que la llegada de los Reyes Católicos (Corona de Castilla) unifico el país. El resto ya lo sabemos. La Guerra de la Independencia dividió nuevamente en cierto modo a la nación española en dos mitades y así sucesivamente hasta la actualidad. Conclusión: Las dos Españas no son un mito, existe desde desde su fundación de país; España siempre navega entre dos aguas.
Da igual el nombre de la etiqueta que pongan al vino Piel de Toro, el contenido tinto, blanco o rosado de este país es de mala cosecha, salvando ciertas reservas que durante un tiempo corto han hecho del país una velada prometedora. Ni siquiera las burbujas doradas del buen cava han convertido la viña del señor en un paraíso idílico donde los turistas que nos visitado siempre han sido de vuelo Charter y no de yate First Class.
Ni unos ni otros dan la talla, aciertan a veces y muchas erran, les ves los caretos y ves fantasmas, siempre buscando lel choque y nunca la entente, atesorando en sus puños la razón más visceral pero cuando les quitas el traje y los ves en cueros descubres que son velludos, tienen los cataplines pequeños y las posaderas enormes. Da igual si son zapateros, marianos, berluscos, chaplineros, sarcomas, vaticanos, merkelianos, putines, montillanos, obameros, fragueros, bushidos, caballeros Jedi, Dark Vaders, terminators o alienígenas, etc., lo que falta en este mundo son más Neos o Lisbette Salenders y menos Bilderbergs o Vangers men, agentes Smith o Dalton Brothers. Estamos hartos de vivir en Matrix World o en el Salón Kitty. Como dijo Louis Dumur “la política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos.”
Da igual el nombre de la etiqueta que pongan al vino Piel de Toro, el contenido tinto, blanco o rosado de este país es de mala cosecha, salvando ciertas reservas que durante un tiempo corto han hecho del país una velada prometedora. Ni siquiera las burbujas doradas del buen cava han convertido la viña del señor en un paraíso idílico donde los turistas que nos visitado siempre han sido de vuelo Charter y no de yate First Class.
Ni unos ni otros dan la talla, aciertan a veces y muchas erran, les ves los caretos y ves fantasmas, siempre buscando lel choque y nunca la entente, atesorando en sus puños la razón más visceral pero cuando les quitas el traje y los ves en cueros descubres que son velludos, tienen los cataplines pequeños y las posaderas enormes. Da igual si son zapateros, marianos, berluscos, chaplineros, sarcomas, vaticanos, merkelianos, putines, montillanos, obameros, fragueros, bushidos, caballeros Jedi, Dark Vaders, terminators o alienígenas, etc., lo que falta en este mundo son más Neos o Lisbette Salenders y menos Bilderbergs o Vangers men, agentes Smith o Dalton Brothers. Estamos hartos de vivir en Matrix World o en el Salón Kitty. Como dijo Louis Dumur “la política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos.”
Texto KarlFM.-
Ilustración: Francisco de Goya
Saludos.-