martes, junio 16, 2009

CUANDO LOS HUMANOS SE CONVIERTEN EN DIOSES PREPOTENTES

Todo el mundo puede equivocarse, de hecho nos equivocamos a menudo pero cuando cometes errores hay que reconocerlos y aprender de ellos. Eso es humano y eso es humildad. Desgraciadamente estos días estamos viendo en la vida pública muchos errores, errores que definen a las personas y sus caracteres y eso es terrible cuando dichas manifestaciones provienen de personas públicas que deberían dar ejemplo y sin embargo dan el patinazo. Como dice el viejo refrán "El oro hace soberbios, y la soberbia, necios."

"Quiero reescribir la historia del fútbol … no me importa que me abucheen en los campos rivales sino que incluso me gusta que me odien … me gusta ver el odio en sus ojos y escuchar sus insultos … Sólo me siento mal cuando juego mal, afortunadamente eso pasa rara vez … Sé que ya estoy entre los mejores de los mejores, pero quiero seguir escribiendo muchas más páginas".
CRISTIANO RONALDO
jugador del Real Madrid

Dicen que solo existe un Dios y vive en el cielo, sin embargo parece ser que en la Tierra hay muchos “dioses” que andan sobrados de divinidad y escasos de humanidad. Es la moda, tanto tienes, tanto vales, no importa como lo ganes, lo importante es aparentar ser poderosos y poder acceder a lo que te venga en gana. Muchos grandes personajes adolecieron de esta supuesta divinidad y todos pagaron sus consecuencias. Como dijo en cierta ocasión Teresa de Calcuta: “Detrás de un acto altruista puede existir un ego perverso”.

Todos los seres humanos han precisado de líderes para moverse hacia diferentes metas en diversas etapas de la Historia, sin embargo, también es cierto que han existido líderes cuyas acciones se han basado en saber aplicar el liderazgo con inteligencia y otros que han conducido a los suyos a estrepitosas derrotas. Para ser un buen líder se precisa disponer de niveles de autoconfianza elevada sin caer en el endiosamiento y la prepotencia. Eso requiere una gran dosis de temple, justicia y empatía.

Los líderes acostumbran a dinamizarse entre círculos de fuerzas poderosas, rodearse de gente influyente que hacen crecer su fortaleza y objetivos; sus órdenes se cumplen y nadie cuestiona sus decisiones, su presencia infunde respeto a sus subordinados y entre sus ayudantes abundan los aduladores en busca de favores. Todo ello puede hacer que poco a poco un líder termine endiosado, creyéndose un ser superior, infalible, en posesión de la verdad. A partir de entonces comenzará a no preocuparse por escuchar otras opiniones, a pensar que no necesita pedir consejos; se irá convirtiendo en un ser autoritario que todo lo gestiona a base de órdenes. El líder se hace distante, prepotente, soberbio, avasallador, y la organización comienza a perderle su estima. Todo ello va deteriorando el ambiente laboral: un líder endiosado no es capaz de motivar. Su soberbia le lleva a cometer errores que no reconoce y de los que responsabiliza al resto del equipo. Para evitar el endiosamiento hay que cultivar la virtud de la humildad. También es fundamental rodearse de gente con personalidad, personas que sepan defender sus ideas y llevarle la contraría al líder cuando sea necesario.

Las personas prepotentes suelen aparentar ser muy seguras de sí mismas, pero en realidad es mentira, son inseguras, nada sinceras, se creen superiores respecto a los demás y tienen facilidad para darle la vuelta a las situaciones para tener siempre razón. Sin embargo, al mismo tiempo, son capaces de hacer, decir o manipular, con tal de hacerse notar y valer, para que el resto del mundo vea que son mejores que los demás y que tienen razón, aunque a veces no la tengan.

En el Manchester United se alegran de perder de vista a Cristiano Ronaldo. Sus ex compañeros están muy felices por su marcha ... Tremendo testimonio el que ha publicado el diario ‘inglés “News of the World”. El rotativo inglés explica en exclusiva algunas de las verdades que se esconden detrás de la venta de Cristiano Ronaldo al Real Madrid: “Alex Ferguson -entrenador del equipo inglés- hubiera podido tener la última palabra, pero los rumores que salían del vestuario eran difíciles de ignorar”.

La información se refería a las malas relaciones que Cristiano tenía con sus compañeros de equipo:

“Nadie ha lamentado su traspaso”, agrega la información, que destaca que todo el equipo estaba ya harto de sus berrinches, de sus salidas de tono y, sobre todo, de que fuera tan egoísta en el terreno de juego: “Los jugadores más veteranos acabaron furiosos porque en la final de la Champions League creyó que él solo podía derrotar al Barcelona … Cristiano cada día era más temperamental, tanto en los entrenamientos como en los partidos y todos acabaron hartos de él”.

El diario inglés termina diciendo que quien ha salido ganando con la salida de Cristiano salida ha sido Wayne Rooney, que es por quien realmente tienen más simpatías los seguidores del Manchester United quienes, a su vez, tampoco han lamentado la marcha del portugués.

El problema del prepotente es que siempre está solo, nadie lo soporta. Su inmensa y obsesiva necesidad de reconocimiento, su deseo inmanente de que le digan lo bien que lo hace o lo inteligente que es, lo transforma es un ser odiado, alejado del grupo.

Desde el punto de vista psicológico “el prepotente es un niño no querido por la madre, o hijo de unos padres poco gratificantes. El prepotente tuvo que hacerse así por que si nadie podía ver lo bueno que el hacia entonces el tenia que compensarlo viéndose a si mismo. El prepotente es un lactante sin teta pensando que su dedo es lo más grandioso que el universo pudo haber creado”.

Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría en su último libro Adiós Depresión afirma que “la soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. Es fuente y origen de muchos males de la conducta y sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, situarse por encima de todos lo que le rodean. La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal”.

Como dijo Francisco de Quevedo y Villegas "La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió".

Saludos.-

Texto KarlFM.-

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