Henry Miller.-
Parece ser que hoy en dia vivimos inmersos en una constante película que va del drama más duro a la comedia más histriónica, sin embargo, muy a menudo ambos umbrales a los que denominaré, “cinematográficos”, se tuercen hacia géneros de mayor fantasía, terror o ciencia ficción; en Matrix queda bien patente esa sensación de irrealidad dentro de una realidad. Y es que por más vueltas que demos, hay cosas que no tienen explicación, sin embargo, ocurren, y no me parecen creíbles aunque lo parezcan; muchas veces intentan verderte la moto y las personas pican como bobos; mi opinión es que toda esta hábil estratagema es una clara maniobra de un sistema que se fascina por sí mismo, en su propio egocentrismo narcisista y esquizoide, desde cuyo núcleo paranoide se autoflipa moviendo las cerezas a su manera para obtener mejores confituras y alimentar mejor asi su compleja red de conducta contradictoria. No me parece correcto ni honesto, pues, que a fechas de hoy, nos tomen por idiotas, aunque si usamos nuestra entramada red neuronal, queda bien patente la intención que realmente se pretende dar a entender.
No hay dia en que mi cabeza no se convierta en una batidora de interrogantes, en una exprimidora de sin sentidos, en una picadora de ideas sugerentes que te dan a entender que el mundo es una auténtica patraña. A mi no me la dan con queso y menos con nata o mermeladas; leo, he estudiado y me preocupo por saber como funciona ese pastel llamado Civilización; no es que vaya de listo pero me gusta conocer las cosas, saber dónde se vapulea mi existencia. Si hay personas que prescinden de ello, allá con sus historias, tienen derecho de acotar su vida en la contemplación, la aceptación, el embobamiento, la ignorancia o el pasotismo, sin opciones, pero éstas no van conmigo; para mi no existen dos cosas idénticas, y menos personas, por tanto hay que saber entender que sólo se vive una vez, y que a pesar de que Mr. Bond diga que “sólo se vive dos veces” yo me conformo con una y naturalmente hay que vivirla con pleno sentido; la se ven en el cine o a malas en casa, no en la vida. A pesar de todo ello siempre hay quienes de manera intencionada hacen que la vida sea un peliculón bien trazado.
Parece que no contentos con zarandear nuestras vidas y cabezas, ahora, esa supuesta “crisis” que está sobre nosotros, para mi intencionada, está dispuesta a terminar con lo que queda de nuestra supervivencia. La “crisis”, como ocurrió en el famoso “Crack de 1929” está dando fuertes coletazos y la película catastrofista ya está proyectánose en la gran pantalla del mundo. Los titulares son a diario.
Todos los tiburones ya merodean la presa. Andan reunidos en las marismas del oceános intentando repartirse el botín antes del naufragio y trazar las lineas de un nuevo enriquecimiento. Míster Botín, que haciendo honor a su apellido siempre amasija grandes botínes, afirmó, hace pocos días, que su objetivo para el próximo ejercicio bancario era ganar un montón de millones de euros; el gobernador del Banco de España decia que los salarios son los grandes culpables del incremento del paro (vaya ahora resulta que la mierdecilla que cobramos cada mes es causa de crisis), otro lumbreras político español lanzaba a los cuatro vientos que una solución a la crisis era congelar los sueldos (bueno el suyo no creo); el ministro de Finanzas alemán admitió que con la crisis el mundo ya no volverá a ser como antes y el presidente del Gobierno español afirmó hace pocos días que ya veremos a que conducirá tanta codicia especulativa. Nos toman por imbéciles o qué !!!
Dicen que el mundo se gestiona por medio de los grandes gurús de la política y las finanzas, gente lista que estudia y se saca másters a punta pala; sus despachos de alto nivel están empapelados con titulismos; cobran millonadas y encima les dan regalos, comisiones, coches, vivienda, dietas astronómicas, comidas de rey, hoteles de lujo, viajes, secretarias, etc y hablan de congelar salarios, de subir precios y de crisis. Estos tipos son unos jetas de cuidado y con sus jetismo son capaces de sacar riqueza dónde no la hay y de empobrecer dónde si la hay. Si en el mundo hay tantos cerebros listos y hay tanto dinero así como empresas capaces de producir riqueza, ¿por qué hay “crisis”? ¿Por qué hay gente que se muere de hambre cuando se tiran en las sociedades ricas millones de toneladas de comida cada dia?, ¿por qué existen aun enfermedades que en los paises ricos son vencidas mientras que en los paises pobres causan millones de muertos? Hay cientos de preguntas de este tipo que podríamos citar y todas ellas apuntan a la misma respuesta: vivimos en el mundo de las contradicciones, de los sin sentidos. Tenemos tecnología, poder, dinero, industrias, conocimientos, avances, ciencia, pero no somos capaces de resolver cuestiones básicas como el hambre, la enfermedad, la pobreza, el trabajo, la vivienda, la estabilidad, la paz, etc. Promocionamos salud pero producimos y vivimos rodeados de venenos, abogamos por una sociedad limpia pero hay millones de coches circulando, dia a dia, por el mundo entero. Condenamos a quien mata, roba o estafa pero el Estado es el primero que mata, roba o estafa en nombre de ideales de defensa. Sancionamos a las personas antes que adaptamos los medios a las situaciones o necesidades. Condenamos el aborto y la eutanasia pero mandamos a los hijos a morir en el frente. ¿Qué tipo de sociedad es esta que juega al comodín de las cartas, que vapulea la moral y la ética según le conviene, que maneja las variables según como le sopla el viento. Como decía Henry Miller, la sociedad es un enorme pedo, un gigantesco conducto maloliente que infecta todo síndrome de vida y termina vaciándose por el desagüe.
No hay dia en que mi cabeza no se convierta en una batidora de interrogantes, en una exprimidora de sin sentidos, en una picadora de ideas sugerentes que te dan a entender que el mundo es una auténtica patraña. A mi no me la dan con queso y menos con nata o mermeladas; leo, he estudiado y me preocupo por saber como funciona ese pastel llamado Civilización; no es que vaya de listo pero me gusta conocer las cosas, saber dónde se vapulea mi existencia. Si hay personas que prescinden de ello, allá con sus historias, tienen derecho de acotar su vida en la contemplación, la aceptación, el embobamiento, la ignorancia o el pasotismo, sin opciones, pero éstas no van conmigo; para mi no existen dos cosas idénticas, y menos personas, por tanto hay que saber entender que sólo se vive una vez, y que a pesar de que Mr. Bond diga que “sólo se vive dos veces” yo me conformo con una y naturalmente hay que vivirla con pleno sentido; la se ven en el cine o a malas en casa, no en la vida. A pesar de todo ello siempre hay quienes de manera intencionada hacen que la vida sea un peliculón bien trazado.
Parece que no contentos con zarandear nuestras vidas y cabezas, ahora, esa supuesta “crisis” que está sobre nosotros, para mi intencionada, está dispuesta a terminar con lo que queda de nuestra supervivencia. La “crisis”, como ocurrió en el famoso “Crack de 1929” está dando fuertes coletazos y la película catastrofista ya está proyectánose en la gran pantalla del mundo. Los titulares son a diario.
Todos los tiburones ya merodean la presa. Andan reunidos en las marismas del oceános intentando repartirse el botín antes del naufragio y trazar las lineas de un nuevo enriquecimiento. Míster Botín, que haciendo honor a su apellido siempre amasija grandes botínes, afirmó, hace pocos días, que su objetivo para el próximo ejercicio bancario era ganar un montón de millones de euros; el gobernador del Banco de España decia que los salarios son los grandes culpables del incremento del paro (vaya ahora resulta que la mierdecilla que cobramos cada mes es causa de crisis), otro lumbreras político español lanzaba a los cuatro vientos que una solución a la crisis era congelar los sueldos (bueno el suyo no creo); el ministro de Finanzas alemán admitió que con la crisis el mundo ya no volverá a ser como antes y el presidente del Gobierno español afirmó hace pocos días que ya veremos a que conducirá tanta codicia especulativa. Nos toman por imbéciles o qué !!!
Dicen que el mundo se gestiona por medio de los grandes gurús de la política y las finanzas, gente lista que estudia y se saca másters a punta pala; sus despachos de alto nivel están empapelados con titulismos; cobran millonadas y encima les dan regalos, comisiones, coches, vivienda, dietas astronómicas, comidas de rey, hoteles de lujo, viajes, secretarias, etc y hablan de congelar salarios, de subir precios y de crisis. Estos tipos son unos jetas de cuidado y con sus jetismo son capaces de sacar riqueza dónde no la hay y de empobrecer dónde si la hay. Si en el mundo hay tantos cerebros listos y hay tanto dinero así como empresas capaces de producir riqueza, ¿por qué hay “crisis”? ¿Por qué hay gente que se muere de hambre cuando se tiran en las sociedades ricas millones de toneladas de comida cada dia?, ¿por qué existen aun enfermedades que en los paises ricos son vencidas mientras que en los paises pobres causan millones de muertos? Hay cientos de preguntas de este tipo que podríamos citar y todas ellas apuntan a la misma respuesta: vivimos en el mundo de las contradicciones, de los sin sentidos. Tenemos tecnología, poder, dinero, industrias, conocimientos, avances, ciencia, pero no somos capaces de resolver cuestiones básicas como el hambre, la enfermedad, la pobreza, el trabajo, la vivienda, la estabilidad, la paz, etc. Promocionamos salud pero producimos y vivimos rodeados de venenos, abogamos por una sociedad limpia pero hay millones de coches circulando, dia a dia, por el mundo entero. Condenamos a quien mata, roba o estafa pero el Estado es el primero que mata, roba o estafa en nombre de ideales de defensa. Sancionamos a las personas antes que adaptamos los medios a las situaciones o necesidades. Condenamos el aborto y la eutanasia pero mandamos a los hijos a morir en el frente. ¿Qué tipo de sociedad es esta que juega al comodín de las cartas, que vapulea la moral y la ética según le conviene, que maneja las variables según como le sopla el viento. Como decía Henry Miller, la sociedad es un enorme pedo, un gigantesco conducto maloliente que infecta todo síndrome de vida y termina vaciándose por el desagüe.
Las contradicciones son el pan de cada dia, las ves por todas partes, son como hormigas que se mueven a modo de marabunta. Estan en casa, en el barrio, en la calle, en el trabajo, en la escuela, en el gobierno, en la banca, en las empresas, en el país, en el mundo entero. Incluso Dios, si existe, es una contradicción, como lo es toda religión y toda iglesia. Nada puede sostenerse en pié, por si mismo, por su solidez, todo lo que huele a humano es demolible, porque todo lo existente en la Humanidad es un invento humano y los humanos son contradictorios. Desgraciadamente el mundo está en manos de locos.
La pared sobre la que escibieron los profetas se está resquebrajando. Sobre los intrumentos de muerte brilla resplandeciente la luz del sol. Cuando cada hombre se desgarre entre pesadillas y sueños, ¿es que nadie depositará la corona de laurel, mientras el silencio ahoga los gritos? Entre las puertas de hierro del destino fueron sembradas las semillas del tiempo, y regadas por las acciones de aquellos que conocen y que son conocidos; La sabiduría es un amigo mortal cuando nadie fija las reglas veo que el destino de toda la humanidad está en manos de locos. La confusión será mi epitafio. mientras me arrastro por un sendero roto y resquebrajado. Si logramos llegar nos podremos sentar a descansar y reír. Pero me temo que mañana estaré llorando. sí, me temo que mañana estaré llorando
King Crimson
Epitafio.-
No se trata de ver la vida desde un filtro pesimista, monocromo o nihilista, no es cuestión de creer, de tener fe, de tragarse los cuentos y mantener los mitos, es cuestión de observación, de análisis, de lógica, de concluir. Sólo hay que elevarse de la faz de la tierra y ver el panorama a modo de pájaro: los coches, camiones, personas, animales, trenes, barcos, etc, por grandes, ruidosos y potentes que nos parezcan, se convierten en simples puntos que se mueven como hormiguitas alocadas, fácilmente aplastables; los edificios, los campos, las montañas, los ríos, los mares, las islas, los países, se transforman en diminutas formas o pequeños diseños gráficos; si subes a más en altura, la distinción se vuelve cada vez más difícil hasta el punto en que todo desaparece y en su lugar, nada de lo humano se percibe. He aquí la insignificancia de las cosas que, por grandes que parezcan, demuestran una vez más que nuestra realidad humana es practicamente evaporable.
Esta sensación la podemos sentir cuando nos introducimos en el diminuto microcosmos de una sociedad de insectos. Para la pequeña hormiga una caída de una gota de agua representa sobre su cabeza la pérdida de ésta y la muerte al momento; para un ser humano esa misma gota de agua sobre su cabeza representa una simple caricia que puede hacerle sonreir.
Dentro de una sociedad de cosas pequeñas la lluvia representrá un bombardeo infernal capaz de destruir civilizaciones enteras de animales diminutos, inmensas ríadas de caudales de agua se llevarán por delante todo aquello que esté en su cauce; incluso la pisada de un niño será como una enorme apisonadora que destrozará todo aquello que caiga bajo su pesada sombra. Todo pues, es relativo y depende desde la perspectiva, escala y proporción que se vea. Lo que es bueno para el grande, puede ser atroz para el pequeño, lo que precisa el pequeño para sobrevivir, representa una insignificancia para el mayor. ¿Qué se desprende de todo esto?
Si aplicamos todos estos principios en nuestra tan increíble sociedad de grandes cosas, nos damos cuenta que no somos nada, y que a pesar de sentirnos los reyes de la creación, todo es muy efímero y desaparecible. Una fuerte lluvia puede causar, por ejemplo, inundaciones, muertes, pérdidas millonarias, parálisis de una ciudad o incluso de un país. Toda la Humanidad se ha concentrado en direcciones equivocadas.
Empezamos hablando de Economía yterminamos hablando de catástrofes, pasando por las contradicciones, perspectivas, escalas y proporciones de las cosas; aunque parezca dispar, todo está unido. Si decimos que la actual crisis económica mundial representa una tormenta catastrófica, podemos concluir que con dicha catástrofe millones de personas perderán, metafóricamente hablando, su cabeza mientras que para los grandes será una simple cosquilla en su cuello arropado con sedas. Asi es la vida, asi es la Humanidad, grande o pequeña, es un cúmulo de variables que, en cualquier momento, pueden crecer gracias a un golpe de genialidad o ser barridas por un simple estornudo. Como decia el famoso biólogo francés Jean Rostand ...
“El hombre es un átomo irrisorio perdido en el cosmos inerte y desmesurado, sabe que su febril actividad no es mas que un pequeño fenómeno local, efímero, sin significación y sin sentido. Sabe que sus valores no le sirven más que a él, y que, desde el punto de vista sideral, la caída de un imperio, o incluso la ruina de un ideal, no cuenta más que el hundimiento de un hormiguero bajo el pie de un paseante distraído. De esta forma, no tendrá otro recurso más que aplicarse en olvidar la inmensidad bruta, que le aplasta y le ignora. Repudiando el vértigo estéril de lo infinito, sordo al aterrador silencio de los espacios, tratará de volverse tan incósmico como inhumano es el universo; bravamente replegado sobre sí mismo, se consagrará humildemente, terrestramente, humanamente, a la realización de sus mezquinos designios, en los que fingirá poner la misma seriedad que si apuntasen a fines eternos”.
Saludos, KarlFM.-
Esta sensación la podemos sentir cuando nos introducimos en el diminuto microcosmos de una sociedad de insectos. Para la pequeña hormiga una caída de una gota de agua representa sobre su cabeza la pérdida de ésta y la muerte al momento; para un ser humano esa misma gota de agua sobre su cabeza representa una simple caricia que puede hacerle sonreir.
Dentro de una sociedad de cosas pequeñas la lluvia representrá un bombardeo infernal capaz de destruir civilizaciones enteras de animales diminutos, inmensas ríadas de caudales de agua se llevarán por delante todo aquello que esté en su cauce; incluso la pisada de un niño será como una enorme apisonadora que destrozará todo aquello que caiga bajo su pesada sombra. Todo pues, es relativo y depende desde la perspectiva, escala y proporción que se vea. Lo que es bueno para el grande, puede ser atroz para el pequeño, lo que precisa el pequeño para sobrevivir, representa una insignificancia para el mayor. ¿Qué se desprende de todo esto?
Si aplicamos todos estos principios en nuestra tan increíble sociedad de grandes cosas, nos damos cuenta que no somos nada, y que a pesar de sentirnos los reyes de la creación, todo es muy efímero y desaparecible. Una fuerte lluvia puede causar, por ejemplo, inundaciones, muertes, pérdidas millonarias, parálisis de una ciudad o incluso de un país. Toda la Humanidad se ha concentrado en direcciones equivocadas.
Empezamos hablando de Economía yterminamos hablando de catástrofes, pasando por las contradicciones, perspectivas, escalas y proporciones de las cosas; aunque parezca dispar, todo está unido. Si decimos que la actual crisis económica mundial representa una tormenta catastrófica, podemos concluir que con dicha catástrofe millones de personas perderán, metafóricamente hablando, su cabeza mientras que para los grandes será una simple cosquilla en su cuello arropado con sedas. Asi es la vida, asi es la Humanidad, grande o pequeña, es un cúmulo de variables que, en cualquier momento, pueden crecer gracias a un golpe de genialidad o ser barridas por un simple estornudo. Como decia el famoso biólogo francés Jean Rostand ...
“El hombre es un átomo irrisorio perdido en el cosmos inerte y desmesurado, sabe que su febril actividad no es mas que un pequeño fenómeno local, efímero, sin significación y sin sentido. Sabe que sus valores no le sirven más que a él, y que, desde el punto de vista sideral, la caída de un imperio, o incluso la ruina de un ideal, no cuenta más que el hundimiento de un hormiguero bajo el pie de un paseante distraído. De esta forma, no tendrá otro recurso más que aplicarse en olvidar la inmensidad bruta, que le aplasta y le ignora. Repudiando el vértigo estéril de lo infinito, sordo al aterrador silencio de los espacios, tratará de volverse tan incósmico como inhumano es el universo; bravamente replegado sobre sí mismo, se consagrará humildemente, terrestramente, humanamente, a la realización de sus mezquinos designios, en los que fingirá poner la misma seriedad que si apuntasen a fines eternos”.
Saludos, KarlFM.-