"Cuando eres joven, un par de zapatos femeninos, de tacón alto, inmóviles, solitarios en el ropero, pueden encender tus huesos".
Charles Bukovsky (Pensamientos)
No todo lo que se dice es cierto y todo lo que es cierto se dice, al menos como debería hacerse. Muchas veces las realidades que nos envuelven son producto de intereses creados o de tópicos que se manejan de manera sutil para generar ideas erróneas, justificar ignorancias, cubrir carencias o evitar preguntas que nadie sabe responder. Lo fácil es decir algo que de respaldo a una conducta que, en realidad, es producto de algo más simple. A veces el tópico corresponde a una necesidad injustificable.
Los seres humanos son especialistas en liar y complicar las cosas, aunque dichas cosas sean de lo más simple. Si en el anterior bloc hablaba de la diferenciación entre sexos y su necesaria complementariedad para alcanzar un estado de armonia equilibrada, hoy quiero hablar de algo que va a hacer saltar las chispas a más de una persona: el sexo, no como tal, sino enfocado éste desde una perspectiva más polémica.
Justamente ayer, en el trabajo, me encontré en medio de una conversación entre colegas de curro, hombres y mujeres, distinas edades, que discrepaban como leones y leonas sobre algo tan simple como eso que llaman “sexo”. La cosa empezó tontamente porque los chicos hablaban sobre lo provocativas y deseables que están las mujeres en verano, ya sabeis, inmensa variedad de féminas de todas las etnias posibles pululando por Barcelona con escotes muy pronunciados, poquita ropa, pantalones ajustados, camisetas marcadas, transparencias, shorts, zapatos con tacón y falda cortas o simplemente camisetas de tirantes y pantalones anchos medio caidos mostrando el tanguita o la semi rayita del culo. Dos de las compañeras saltaron como chispas enardecidas … “es que los tíos siempre pensáis en lo mismo … no tenéis otra cosa en la cabeza”. La discusión ya estaba servida. No voy a entrar en lo que realmente generó esa pequeña “guerra de sexos” y menos en lo que se dijo en esa reunión, menos mal que eran amigos, pero el tema me dió “feeling” para pensar y escribir un nuevo bloc que casualmente me caia del cielo como una segunda parte de lo que habia escrito dias anteriores.
Pertenezco al género masculino y sinceramente ser hombre no es tan fácil como se creen algunas personas. Cuando sales a la calle y paseas por la ciudad, tienes que hacer verdaderos esfuerzos para dejar de mirar a las mujeres y optar por ver los pajarillos que vuelan por el cielo. No hay ni un minuto de tiempo en donde no veas una chica que te llama la atención. La atracción femenina te envuelve como una densa nube de seducciones. Porque engañarnos, a mi eso me encanta, te alegra la vista y estimula los sentidos.
Estoy acostumbrado a ver mujeres seductoras, como fotógrafo que he sido y soy me fascina ver y captar la belleza, en todas sus manifestaciones y una mujer bella es uno de los espectáculos más hermosos que puede ofrecerte el dia. Me gustan las mujeres que irradian “glamour”, porque me fascinan, porque en mis viajes a otros países veo mujeres que visten más seductoramente que en España y eso es algo que admiro en una mujer y porque durante muchos años de mi vida trabajé como fotógrafo profesional en el mundo de la moda, belleza y glamour. Para mi una mujer con encanto visual es un icono de referencia, un flash de belleza femenina y atracción que merece todos mis respetos. Cuando ves a una mujer atractiva, la química se te pone al rojo vivo, es algo instintivo, la sangre hierve, y el deseo aflora, sin quererlo, como un torbellino huracanado; es algo que el propio cuerpo te lo crea aunque quieras pensar en ese momento en la Trigonometría. En este instante mentalmente harías sexo con todas esas mujeres que te impactan o te hacen girar la cabeza, no por bravura machista de coleccionismo, ni por Don Juanero, si no porque las mujeres son hermosas, únicas y deseables, casi un culto, y si Dios existe, merece estar en el cielo por ser el responsable de dicha creación.
Muchos grandes hombres son los que han inspirado su vida y obras en el fascinante mundo de la mujer, en su capacidad de alterar climas y destinos de naciones. Y es que la mujer tiene una fuerza hipnótica tan grande en los hombres que éstos pueden perder incluso la cabeza. Ese poder hace que los hombres piensen como piensan y las mujeres sean como son.
Ahora bien, una cosa es lo que ves y otra cosa es lo que harás. Hay principios que te frenan, que te hacen bajar de la nube erótica y te sientan en el trono de la realidad. Cuando ves una mujer que te eriza la dermis o eres un imbécil que te autocastras el deseo o caminas con la mirada baja mientras lees “Lo que el Viento se Llevó”; puede que termines con un sobrecalentón de mil pares de demonios y al llegar a casa debes poner en remojo las pelotas dentro de un cubo de agua con hielo; los hombres no somos de piedra y ellas lo saben. Me parece ridículo pues, y hablo desde mi punto de vista, que, a fecha de hoy, sigan corriendo esos tópicos tan infantiles sobre algo que es evidente: a los hombres nos gusta follar y a las mujeres también; a los hombres nos gusta que nos provoquen y a las mujeres les gusta provocar. ¿Qué hay de malo en ello?
Puesto que la Naturaleza ha dictado que las cosas sean asi, ¿por qué le damos tantas vueltas a algo tan simple y que los animales manejan incluso mucho mejor? Imaginemos por un momento que los papeles se intercambian o mejor aun que de repente los hombres dejamos de pensar en el sexo … ¿qué pasaría? No quiero ni pensarlo. El mundo femenino recibiría un durísimo colapso. ¿Qué harían las mujeres? Nadie lo sabe.
Dicen que si un hombre solitario viviese en una isla desierta, sin mujeres, podría llegar a no pensar en el sexo, como mucho soñaría con esas palmeras con buenos cocos o con la posibilidad de fijar su vista en el movedizo culito de alguna mona atractiva. No cabe duda de que el sexo es sexo y que el reinado de la sexualidad es de la mujer; a los hombres sólo nos queda poder disfrutar de ella cuando nos dan acceso porque el hombre quiere pero la mujer es quien da el permiso; eso es poder.
Hablando de ropas hay algo que llevo tiempo observando en las mujeres que me llama la atención y es que muchas que llevan faldas cortas, escotes pronunciados o pantalones caídos, se pasan todo el rato subiendo sus ropas para que no muestren atributos. Comprarse un pantalón bajo de cintura que muestra la raya del pompis y estar todo el dia tirando el pantalón para arriba para que no se vea esta raya, eso si que es grotesco. Volvamos a los que estaba diciendo.
Por mi condición laboral he trabajado siempre con muchas mujeres, bellas y menos bellas, atractivas y no, calientes y frías, tímidas y atrevidas, y cuando ellas hablan de sexo son tremendas; cuando las ves por la noche en las discos, luciendo sus plumas, moviendo sus esqueletos, provocando, seleccionando, o en las despedidas de solteras o en los party-boys, sinceramente a las mujeres les va la marcha, tanto, que asustan; cuando encima se encuentran ante lo que ellas llaman un “tío bueno”, apaga y vámonos; la competencia entre ellas es tan cruel que son capaces de todo. Creo que ya hemos visto en documentales y en “reality shows” lo que pasa cuando un Brad Pitt, un George Clooney, un Richard Gere, un Mel Gibson o sin ir tan lejos, el modelo guaperas del calendario de Cosmopolitan, aparece en la escena femenina. La belleza masculina, los cuerpos fibrados, la fama, el dinero, despiertan todo tipo de fantasias, deseos alocados e histerismos de todo tipo; ante estas situaciones el comportamiento femenino roza a veces casi lo insólito. ¿Entonces dónde está pues la diferencia entre mujeres y hombres y por qué se dice que “los hombres tenemos la cabeza siempre entre las piernas?”.
En la pubertad, cuando los atributos sexuales empiezan a madurar hacia un desarrollo más adulto y la libido empieza a aflorar, ya se inicia el interés sexual en ambos sexos. Mientras los chicos siguen pensando en la Playstation, en los amiguetes, en la música, los deportes, las motos, los coches, los ordenatas, etc, las chicas ya empiezan a hablar de lo buenos que están los tíos, casi siempre mayores que ellas. Son ellas las que empiezan a tontear. Cuando vas en el metro y oyes las conversaciones de las nenas “teen” de 15 años te quedas pasmado.
Según la neuropsiquiatra norteamericana Louann Brizendine, fundadora y directora de la Clínica Hormonal de la Mujeres de la Universidad de San Francisco, “Existe una realidad femenina y otra masculina cuya explicación reside en la biología: ellos cazan y ellas seleccionan; ellos buscan el atractivo sexual y a ellas les importa la seguridad y la estabilidad … Un hombre necesita sólo 3 minutos de preliminares, en cambio una mujer, 24 horas", concluye Brizendine.
Cuando sales a la calle, vas a la playa, etc, te das cuenta del enorme poder sexual que tiene la mujer; es normal pues que los hombres tengan en la cabeza el sexo. Lo ven a todas horas porque ellas incitan a que se piense asi y me parece bien. ¿Por qué tenemos que reprimirnos unos y otros?
La mujer es provocativa por naturaleza, asi lo marca su fabrica hormonal, a las mujeres les encanta marcar sus atributos femeninos y más si ella sabe que éstos son bellos y deseables; su cuerpo y psicología les da muchas alternativas, por lo que la seducción es su gran aliada. Si existe un gran industria del arte de la seducción es porque existe una inmensa demanda, porque las mujeres son seductoras a la hora de vestirse, a la hora de perfurmarse y antes de salir a la calle, pasan más de dos horascoqueteando con el armario y el baño; tienen mil recursos para ello. Eso es algo que me parece genial, la belleza requiere su puesta a punto y una inversion de tiempo que merece la pena. Quizás yo comprendo todo eso porque siendo hombre tambien paso también mi tiempo en esos quehaceres. Me gusta cuidarme.
Las mujeres y algunos hombres hacen todo esto para sentirse más bellos, más deseables, con más poder hacia el sexo contrario y ante la competencia con el propio sexo. Siempre hay excepciones, por supuesto, hay gente dejada, gente que ni siquiera se peina, gente que aunque no hubiera nadie más en el mundo no sería nada deseable. Pero al margen de esa pre-sensualidad, tambien es cierto que hay hombres que no piensan en el sexo o piensan poco, como tambien los hay quienes lo aborrecen o pasan de él.
Hasta hace poco, algunos estudios decian que los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos mientras que las mujeres una vez al día. ¿Es eso cierto? La mujer siempre ha pensado, o quizás el hombre lo ha hecho pensar, que este último siempre piensa en el sexo que, junto con la ambición, dicen que mueve el mundo. Sin embargo, según los últimos estudios aparecidos en los medios de comunicación, las mujeres piensan en sexo mucho más que los hombres, es decir, ellas piensan 180 minutos diarios en el sexo frente a los 150 minutos que le dedican los hombres. Jope vaya lío, ¿en qué quedamos?
Empecemos por la Biología de ambos. Dicen que los hombres piensan más en el sexo por la cantidad de testosterona que tienen (la testosterona en la mujer es de 10 a 100 veces inferior). Sin embargo las mujeres poseen más oxitocina que es la hormona que genera la atracción. El estudio concluye que todos los cerebros femeninos analizados (fetos, adolescentes, maduras e incluso abuelas), son máquinas preparadas para la conexión en todos sus sentidos. "Las hormonas activan el cerebro para aumentar la motivación de lograr actividad sexual".
Una encuesta realizada por Cosmopilitan United Kingdom encontró que el 74% de las mujeres piensan en las compras cada minuto. Si los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos quizás una buena idea sería hacer converger los intereses de los hombres y de las mujeres en tener sexo mientras hacen las compras. Jejejeje!! La revista Esquire fue más allá y realizó la mayor encuesta mundial sobre el sexo. Entre las conclusiones, se supo que si bien la mayoría de los hombres pensaban que a las mujeres les gustaba que las mimasen, ellas afirmaban solo querer sexo.
Algunas diferencias sexuales entre hombres y mujeres son genéticas, otras son hormonales y también las hay que responden únicamente a aspectos sociales. Muchas de estas diferencias están en estudio ya que lo mueve la sexualidad humana es un misterio. Dado que los órganos genitales femeninos y masculinos son parecidos y la organización de las respuestas sexuales es similar en ambos, la conducta sexual se encuentra condicionada por numerosos factores.
A lo largo de la historia y culturas diferentes, la sociedad ha definido al hombre una serie de cualidades y pautas conductuales que se consideraban propias de su sexo. Entre estas cualidades destacaban la fuerza, la agresividad y la virilidad, que conjuntamente significaban posesión del otro, autocontrol y sometimiento de las emociones a la razón. Estas característicxas reflejaron una conducta sexual en el hombre, agresiva y conquistadora, asi como dotada de una carga emocional menor que la de la mujer.
A causa de las difíciles condiciones de supervivencia, los primeros hombres se centraban en la obtención del máximo desarrollo de sus capacidades físicas, con el objetivo de obtener una mejor realización de sus obligaciones y actividades diarias (alimento, defensa, refugio, etc). Ello dio lugar a que las sensaciones y la emotividad ocuparan un segundo plano para el hombre, mientras que eran asumidas por la mujer, ocupada en la crianza y desarrollo de los hijos y la proteccion del hogar cuando el hombre estaba ausente por la caza.
El desarrollo económico y la evolución política, social y cultural que se han producido con el paso del tiempo, especialmente en el último siglo, han propiciado que en la actualidad la conducta sexual del hombre sea diferente: en lugar de prestar atención a los signos de virilidad, el hombre tiende a compartir el goce sexual con su pareja y, en términos generales, existe una mayor comunicación entre ambos. Se establece entonces una relación de complementariedad que se extiende al resto de parcelas de la vida y que se caracteriza por la expresión del afecto y por la comprensión mutua, lo que proporciona equilibrio y armonía a la pareja. ¿Hasta qué punto es el cerebro, tal como dicen, el órgano sexual más importante?
Los análisis científicos afirman que todo lo que es libido, placer sexual, motivación sexual, etc, ocurre en el cerebro, que es el que detecta toda esa información. Es el que prevé, el que desea. Nuestro cerebro es el órgano del sexo fundamental. Se ayuda de cosas periféricas, pero realmente es él quien determina que hacer.
¿Es excesiva la presencia del sexo en la sociedad occidental, en la publicidad, en anuncios de todo tipo... o es que realmente se piensa siempre en lo mismo? No lo sé pero lo cierto es que el sexo como placer es importantísimo y la reproducción es esencial. No es un azar que en nuestra conducta el sexo ocupe una parte muy importante de nuestra existencia, se puede vivir sin sexo-placer pero ¿a qué precio?
Antes, la iniciación sexual estaba muy reprimida, yo recuerdo que de niño no tenia idea de nada, absolutamente nada. A los 13 años y a escondidas, me compré, gracias a mis ahorrillos y a mi prima mayor, el primer libro de sexualidad; se llamaba “El Libro de Vida Sexual”, de López Ibor. En las escuelas y con los padres nunca se hablaba de sexo, todo lo que aprendí fue mediante libros y experiencias personales. Sinceramente fue una época gris para aprender y experimentar porque viviamos bajo el miedo y la represión.
Hoy en día, algunas personas dicen que hay demasiada libertad sexual, que se fomenta la precocidad entre los adolescentes y adultos, pero para mi eso no es verdad; lo que se intenta dar es la información necesaria que en nuestra juventud nos fue negada, para que todos sepan de que va eso del sexo y así estén mejor preparados que antes, es decir, que conozcan todas las variables posibles para lograr una complementariedad para disfrutar en conjunto. La conclusión salta a la vista: ¿quién piensa más en el sexo, ellos o ellas? Probablemente los dos por un igual, pero eso si, quizás de una forma diferente y si no a partir de ahora observar a ambos. Como dijo en cierta ocasión Arthur Miller "Los hombres temen más el sexo que las mujeres".
Texto de KarlFM.-
Nota: Este artículo refleja una opinión personal y en ningún momento trata de imponer criterios ni desigualdes entre mujer y hombre sino todo el contrario. Está basado en argumentos científicos, sociales, de observacion y experiencia personal. En algunos momentos está escrito con cierto tono de ironía y humor. Espero que nadie pueda ofenderse por el contenido reflejado en el mismo, especialmente las mujeres.
Gracias.-
Pertenezco al género masculino y sinceramente ser hombre no es tan fácil como se creen algunas personas. Cuando sales a la calle y paseas por la ciudad, tienes que hacer verdaderos esfuerzos para dejar de mirar a las mujeres y optar por ver los pajarillos que vuelan por el cielo. No hay ni un minuto de tiempo en donde no veas una chica que te llama la atención. La atracción femenina te envuelve como una densa nube de seducciones. Porque engañarnos, a mi eso me encanta, te alegra la vista y estimula los sentidos.
Estoy acostumbrado a ver mujeres seductoras, como fotógrafo que he sido y soy me fascina ver y captar la belleza, en todas sus manifestaciones y una mujer bella es uno de los espectáculos más hermosos que puede ofrecerte el dia. Me gustan las mujeres que irradian “glamour”, porque me fascinan, porque en mis viajes a otros países veo mujeres que visten más seductoramente que en España y eso es algo que admiro en una mujer y porque durante muchos años de mi vida trabajé como fotógrafo profesional en el mundo de la moda, belleza y glamour. Para mi una mujer con encanto visual es un icono de referencia, un flash de belleza femenina y atracción que merece todos mis respetos. Cuando ves a una mujer atractiva, la química se te pone al rojo vivo, es algo instintivo, la sangre hierve, y el deseo aflora, sin quererlo, como un torbellino huracanado; es algo que el propio cuerpo te lo crea aunque quieras pensar en ese momento en la Trigonometría. En este instante mentalmente harías sexo con todas esas mujeres que te impactan o te hacen girar la cabeza, no por bravura machista de coleccionismo, ni por Don Juanero, si no porque las mujeres son hermosas, únicas y deseables, casi un culto, y si Dios existe, merece estar en el cielo por ser el responsable de dicha creación.
Muchos grandes hombres son los que han inspirado su vida y obras en el fascinante mundo de la mujer, en su capacidad de alterar climas y destinos de naciones. Y es que la mujer tiene una fuerza hipnótica tan grande en los hombres que éstos pueden perder incluso la cabeza. Ese poder hace que los hombres piensen como piensan y las mujeres sean como son.
Ahora bien, una cosa es lo que ves y otra cosa es lo que harás. Hay principios que te frenan, que te hacen bajar de la nube erótica y te sientan en el trono de la realidad. Cuando ves una mujer que te eriza la dermis o eres un imbécil que te autocastras el deseo o caminas con la mirada baja mientras lees “Lo que el Viento se Llevó”; puede que termines con un sobrecalentón de mil pares de demonios y al llegar a casa debes poner en remojo las pelotas dentro de un cubo de agua con hielo; los hombres no somos de piedra y ellas lo saben. Me parece ridículo pues, y hablo desde mi punto de vista, que, a fecha de hoy, sigan corriendo esos tópicos tan infantiles sobre algo que es evidente: a los hombres nos gusta follar y a las mujeres también; a los hombres nos gusta que nos provoquen y a las mujeres les gusta provocar. ¿Qué hay de malo en ello?
Puesto que la Naturaleza ha dictado que las cosas sean asi, ¿por qué le damos tantas vueltas a algo tan simple y que los animales manejan incluso mucho mejor? Imaginemos por un momento que los papeles se intercambian o mejor aun que de repente los hombres dejamos de pensar en el sexo … ¿qué pasaría? No quiero ni pensarlo. El mundo femenino recibiría un durísimo colapso. ¿Qué harían las mujeres? Nadie lo sabe.
Dicen que si un hombre solitario viviese en una isla desierta, sin mujeres, podría llegar a no pensar en el sexo, como mucho soñaría con esas palmeras con buenos cocos o con la posibilidad de fijar su vista en el movedizo culito de alguna mona atractiva. No cabe duda de que el sexo es sexo y que el reinado de la sexualidad es de la mujer; a los hombres sólo nos queda poder disfrutar de ella cuando nos dan acceso porque el hombre quiere pero la mujer es quien da el permiso; eso es poder.
Hablando de ropas hay algo que llevo tiempo observando en las mujeres que me llama la atención y es que muchas que llevan faldas cortas, escotes pronunciados o pantalones caídos, se pasan todo el rato subiendo sus ropas para que no muestren atributos. Comprarse un pantalón bajo de cintura que muestra la raya del pompis y estar todo el dia tirando el pantalón para arriba para que no se vea esta raya, eso si que es grotesco. Volvamos a los que estaba diciendo.
Por mi condición laboral he trabajado siempre con muchas mujeres, bellas y menos bellas, atractivas y no, calientes y frías, tímidas y atrevidas, y cuando ellas hablan de sexo son tremendas; cuando las ves por la noche en las discos, luciendo sus plumas, moviendo sus esqueletos, provocando, seleccionando, o en las despedidas de solteras o en los party-boys, sinceramente a las mujeres les va la marcha, tanto, que asustan; cuando encima se encuentran ante lo que ellas llaman un “tío bueno”, apaga y vámonos; la competencia entre ellas es tan cruel que son capaces de todo. Creo que ya hemos visto en documentales y en “reality shows” lo que pasa cuando un Brad Pitt, un George Clooney, un Richard Gere, un Mel Gibson o sin ir tan lejos, el modelo guaperas del calendario de Cosmopolitan, aparece en la escena femenina. La belleza masculina, los cuerpos fibrados, la fama, el dinero, despiertan todo tipo de fantasias, deseos alocados e histerismos de todo tipo; ante estas situaciones el comportamiento femenino roza a veces casi lo insólito. ¿Entonces dónde está pues la diferencia entre mujeres y hombres y por qué se dice que “los hombres tenemos la cabeza siempre entre las piernas?”.
En la pubertad, cuando los atributos sexuales empiezan a madurar hacia un desarrollo más adulto y la libido empieza a aflorar, ya se inicia el interés sexual en ambos sexos. Mientras los chicos siguen pensando en la Playstation, en los amiguetes, en la música, los deportes, las motos, los coches, los ordenatas, etc, las chicas ya empiezan a hablar de lo buenos que están los tíos, casi siempre mayores que ellas. Son ellas las que empiezan a tontear. Cuando vas en el metro y oyes las conversaciones de las nenas “teen” de 15 años te quedas pasmado.
Según la neuropsiquiatra norteamericana Louann Brizendine, fundadora y directora de la Clínica Hormonal de la Mujeres de la Universidad de San Francisco, “Existe una realidad femenina y otra masculina cuya explicación reside en la biología: ellos cazan y ellas seleccionan; ellos buscan el atractivo sexual y a ellas les importa la seguridad y la estabilidad … Un hombre necesita sólo 3 minutos de preliminares, en cambio una mujer, 24 horas", concluye Brizendine.
Cuando sales a la calle, vas a la playa, etc, te das cuenta del enorme poder sexual que tiene la mujer; es normal pues que los hombres tengan en la cabeza el sexo. Lo ven a todas horas porque ellas incitan a que se piense asi y me parece bien. ¿Por qué tenemos que reprimirnos unos y otros?
La mujer es provocativa por naturaleza, asi lo marca su fabrica hormonal, a las mujeres les encanta marcar sus atributos femeninos y más si ella sabe que éstos son bellos y deseables; su cuerpo y psicología les da muchas alternativas, por lo que la seducción es su gran aliada. Si existe un gran industria del arte de la seducción es porque existe una inmensa demanda, porque las mujeres son seductoras a la hora de vestirse, a la hora de perfurmarse y antes de salir a la calle, pasan más de dos horascoqueteando con el armario y el baño; tienen mil recursos para ello. Eso es algo que me parece genial, la belleza requiere su puesta a punto y una inversion de tiempo que merece la pena. Quizás yo comprendo todo eso porque siendo hombre tambien paso también mi tiempo en esos quehaceres. Me gusta cuidarme.
Las mujeres y algunos hombres hacen todo esto para sentirse más bellos, más deseables, con más poder hacia el sexo contrario y ante la competencia con el propio sexo. Siempre hay excepciones, por supuesto, hay gente dejada, gente que ni siquiera se peina, gente que aunque no hubiera nadie más en el mundo no sería nada deseable. Pero al margen de esa pre-sensualidad, tambien es cierto que hay hombres que no piensan en el sexo o piensan poco, como tambien los hay quienes lo aborrecen o pasan de él.
Hasta hace poco, algunos estudios decian que los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos mientras que las mujeres una vez al día. ¿Es eso cierto? La mujer siempre ha pensado, o quizás el hombre lo ha hecho pensar, que este último siempre piensa en el sexo que, junto con la ambición, dicen que mueve el mundo. Sin embargo, según los últimos estudios aparecidos en los medios de comunicación, las mujeres piensan en sexo mucho más que los hombres, es decir, ellas piensan 180 minutos diarios en el sexo frente a los 150 minutos que le dedican los hombres. Jope vaya lío, ¿en qué quedamos?
Empecemos por la Biología de ambos. Dicen que los hombres piensan más en el sexo por la cantidad de testosterona que tienen (la testosterona en la mujer es de 10 a 100 veces inferior). Sin embargo las mujeres poseen más oxitocina que es la hormona que genera la atracción. El estudio concluye que todos los cerebros femeninos analizados (fetos, adolescentes, maduras e incluso abuelas), son máquinas preparadas para la conexión en todos sus sentidos. "Las hormonas activan el cerebro para aumentar la motivación de lograr actividad sexual".
Una encuesta realizada por Cosmopilitan United Kingdom encontró que el 74% de las mujeres piensan en las compras cada minuto. Si los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos quizás una buena idea sería hacer converger los intereses de los hombres y de las mujeres en tener sexo mientras hacen las compras. Jejejeje!! La revista Esquire fue más allá y realizó la mayor encuesta mundial sobre el sexo. Entre las conclusiones, se supo que si bien la mayoría de los hombres pensaban que a las mujeres les gustaba que las mimasen, ellas afirmaban solo querer sexo.
Algunas diferencias sexuales entre hombres y mujeres son genéticas, otras son hormonales y también las hay que responden únicamente a aspectos sociales. Muchas de estas diferencias están en estudio ya que lo mueve la sexualidad humana es un misterio. Dado que los órganos genitales femeninos y masculinos son parecidos y la organización de las respuestas sexuales es similar en ambos, la conducta sexual se encuentra condicionada por numerosos factores.
A lo largo de la historia y culturas diferentes, la sociedad ha definido al hombre una serie de cualidades y pautas conductuales que se consideraban propias de su sexo. Entre estas cualidades destacaban la fuerza, la agresividad y la virilidad, que conjuntamente significaban posesión del otro, autocontrol y sometimiento de las emociones a la razón. Estas característicxas reflejaron una conducta sexual en el hombre, agresiva y conquistadora, asi como dotada de una carga emocional menor que la de la mujer.
A causa de las difíciles condiciones de supervivencia, los primeros hombres se centraban en la obtención del máximo desarrollo de sus capacidades físicas, con el objetivo de obtener una mejor realización de sus obligaciones y actividades diarias (alimento, defensa, refugio, etc). Ello dio lugar a que las sensaciones y la emotividad ocuparan un segundo plano para el hombre, mientras que eran asumidas por la mujer, ocupada en la crianza y desarrollo de los hijos y la proteccion del hogar cuando el hombre estaba ausente por la caza.
El desarrollo económico y la evolución política, social y cultural que se han producido con el paso del tiempo, especialmente en el último siglo, han propiciado que en la actualidad la conducta sexual del hombre sea diferente: en lugar de prestar atención a los signos de virilidad, el hombre tiende a compartir el goce sexual con su pareja y, en términos generales, existe una mayor comunicación entre ambos. Se establece entonces una relación de complementariedad que se extiende al resto de parcelas de la vida y que se caracteriza por la expresión del afecto y por la comprensión mutua, lo que proporciona equilibrio y armonía a la pareja. ¿Hasta qué punto es el cerebro, tal como dicen, el órgano sexual más importante?
Los análisis científicos afirman que todo lo que es libido, placer sexual, motivación sexual, etc, ocurre en el cerebro, que es el que detecta toda esa información. Es el que prevé, el que desea. Nuestro cerebro es el órgano del sexo fundamental. Se ayuda de cosas periféricas, pero realmente es él quien determina que hacer.
¿Es excesiva la presencia del sexo en la sociedad occidental, en la publicidad, en anuncios de todo tipo... o es que realmente se piensa siempre en lo mismo? No lo sé pero lo cierto es que el sexo como placer es importantísimo y la reproducción es esencial. No es un azar que en nuestra conducta el sexo ocupe una parte muy importante de nuestra existencia, se puede vivir sin sexo-placer pero ¿a qué precio?
Antes, la iniciación sexual estaba muy reprimida, yo recuerdo que de niño no tenia idea de nada, absolutamente nada. A los 13 años y a escondidas, me compré, gracias a mis ahorrillos y a mi prima mayor, el primer libro de sexualidad; se llamaba “El Libro de Vida Sexual”, de López Ibor. En las escuelas y con los padres nunca se hablaba de sexo, todo lo que aprendí fue mediante libros y experiencias personales. Sinceramente fue una época gris para aprender y experimentar porque viviamos bajo el miedo y la represión.
Hoy en día, algunas personas dicen que hay demasiada libertad sexual, que se fomenta la precocidad entre los adolescentes y adultos, pero para mi eso no es verdad; lo que se intenta dar es la información necesaria que en nuestra juventud nos fue negada, para que todos sepan de que va eso del sexo y así estén mejor preparados que antes, es decir, que conozcan todas las variables posibles para lograr una complementariedad para disfrutar en conjunto. La conclusión salta a la vista: ¿quién piensa más en el sexo, ellos o ellas? Probablemente los dos por un igual, pero eso si, quizás de una forma diferente y si no a partir de ahora observar a ambos. Como dijo en cierta ocasión Arthur Miller "Los hombres temen más el sexo que las mujeres".
Texto de KarlFM.-
Nota: Este artículo refleja una opinión personal y en ningún momento trata de imponer criterios ni desigualdes entre mujer y hombre sino todo el contrario. Está basado en argumentos científicos, sociales, de observacion y experiencia personal. En algunos momentos está escrito con cierto tono de ironía y humor. Espero que nadie pueda ofenderse por el contenido reflejado en el mismo, especialmente las mujeres.
Gracias.-