martes, abril 15, 2008

CUANDO EL HAMBRE AZOTA EL ESTÓMAGO

"Dadme el control sobre la moneda de una nación, y no tendré por que preocuparme de aquellos que hacen sus leyes."

Mayer Amshel Rothschild (1743-1812)

(fundador de la dinastía Rothschild, una de las más influyentes familias de banqueros y financieros de Europa)


Antes de emprender el vuelo de la lectura te aviso, procura leer este artículo con el estómago vacio, que te duela, que te haga ese "run run" que producen los ácidos cuando se segregan por sus encogidas paredes, quiero que sientas la sensación de la carencia y verás cómo no podrás seguir para adelante; terminarás dejándo el texto de lado, para más tarde, si puedes. Te levantarás de la silla e irás a la nevera, si tienes algo en ella, cubrirás tu necesidad y seguirás leyendo, si nada hay, estarás nervioso-a y acabarás buscando la comida en cualquier lado, aunque tengas que arañar el suelo. Ahora imagina que esto te ocurre en medio de una tierra dónde no hay nada, sólo gritos de hambre y cadáveres repletos de moscas. Imagínalo por favor y podrás sentir quizás un patético 2% de una realidad que viven millones de personas en el mundo entero, para sentir el resto del 98% deberías vivir en esos lugares y sentir como la piel se te evapora al contacto con los huesos. Si aun te queda algo de humano, imagina todo esto por una vez en tu vida aunque por la noche cenes almejas y cava rosado y otros mueran flacos por un suspiro de agua podrida. ¿Eso es ser Humanos? Para eso han habido grandes personas que han tejido lo que todavía hay bueno de la civilización?. ¿Para eso encima muchos van a las iglesias a rezar mientras en el Vaticano las curias doradas viven rodeados de inmensas riquezas y poderosos negocios, muchos incluso ocultos?.

El hambre que sufre el mundo hoy en día es ya masivo y uno de los grandes problemas que amenazan a millones de seres humanos. Quien diga lo contrario quizás gana un buen pastón al mes pero la población en general sabe lo que cuesta comer y no digamos lo difícil que se torna eso cada vez que vamos bajando más el escalafón social. Parece ser que comer y vivir son lujos; entre los alimentos y la casa se evapora casi la totalidad del sueldo. Si la inflación sigue ese alocado ritmo, el Banco Mundial afirma que pronto habrá 100 millones de pobres más en el mundo por la carestía de la comida. ¿Cómo es posible que, a pesar de tantos inventos, gobiernos, empresas, cerebros especialistas y sacrificios históricos, lleguemos al siglo XXI sin saber que comeremos mañana?

Una civilización que no sabe asegurar la alimentación de su gente, es una civilización errónea, enferma y sin futuro, construida y gestionada para cubrir intereses preestablecidos. No me gusta ser pesimista ni apocalíptico pero no veo ninguna brizna que me haga pensar que los seres humanos, los gobiernos y las multinacionales pondrán fin a todos estos males. Creo que como raza “inteligente” hemos llegado a poner en entredicho esa cualidad diferencial que nos desmarca del resto de los animales; hemos llegado incluso a alterar la famosa Pirámide de Maslow y nada más ilógico hay que modificar el sentido natural de la vida; en eso el ser humano es un gran maestro; su ambiciçon irracional es la causante de que toda la balanza baile frenética hacia su extenuación. Pero pienso que la fuerza motriz de la Naturaleza, orígen de todo, es lo sufuciente sabia para evitar su destrucción y probablemente, por sí misma, hará cualquier cosa para corregir los errores humanos, bien por las buenas o bien por las malas. Cuando el destino nos alcance ya veremos donde caerá el balance del montante humano.

¿Por qué se pasa hambre? ¿Por qué suben los precios? Para evitar que alguien pueda decirme que mis conclusiones son imaginación personal, como hace poco me dijeron, apoyaré una serie de preguntas con las respuestas de un experto economista y profesor de ESADE, Luís de Sebastián. Me pidieron sopa pues toma tres tazas.

¿Qué hay detrás de la subida de precios?
“La especulación, sobre todo con el arroz, el trigo, el maíz, la soja, etc. Hay muchísimo dinero en juego”.

¿Quién especula?
“Las grandes empresas como Cargill, Dreyfuss, etc. Las multinaciones con grandes capacidades de almacenaje y transporte”.

¿Cómo lo hacen?
“Mantienen almacenadas grandes cantidades de estos productos, pueden guardar hasta 15 o 20 toneladas, y luego las venden al mejor pastor, hasta tal punto que un barco que sale hacia Rusia, a mitad de la travesía puede cambiar de destino y ponerse rumbo a Thailandia, simplemente porque paga mejor. Con estas artimañan el incremento de los alimentos ha sido de un 48% desde el 2006 según el Fondo Monetario Internacional”.

¿Cómo repercute eso en las reservas mundiales?
“El arroz, por ejemplo, es el sustento alimenticio de más de 2.000 millones de personas. Existe un gran miedo de que se termine y los grandes consumidores como Filipinas, no paran de comprarlo, mientras que los exportadores como Thailandia, se niegan a vender sus reservas”.

¿Qué otras causas disparan la hambruna en el mundo?
Según Kandeh K. Yumkella, director general de la ONU para el Cambio Industrial (ONUDI), “el cambio climático supondrá una nueva amenaza para las tierras cultivables, la cría de ganado y la pesca. Faltará agua, eso traerá sequías, y la contaminación en la tierra, en el aire y en el mar se harán muy evidentes”.

La producción y uso de los biocombustibles es otra de las causas del problema del hambre en el mundo. Jean Ziegler, relator de la Organización de Naciones Unidas, indica que “actualmente el uso y fomento de los biocombustibles es un crimen contra la Humanidad”. Según el portavoz de Intermón Oxfam, Carlos Galián, “se están ocupando tierras de cultivos alimenticios para producir biocombustibles como el bioetanol”.

Maslow estableció en una pirámide que las necesidades básicas como el alimento y el resguardo eran la principal base de la supervivencia humana. Esa cobertura daba paso a la seguridad, el segundo escalón de la pirámide. Ambos eslabones propiciaban que el hombre pudiera pensar y desarrollarse y asi alcanzar la deseada autorealización, cima de la pirámide de Maslow. Cortados o debilitados los alimentos, la vivienda y la seguridad, el ser humano se convierte en una frágil pieza insegura, fácilmente controlable y manipulable. Si no comes no puedes pensar, y si no piensas no eres ningún problema porque por un pedazo de pan duro serás capaz de cualquier cosa. Como dijo Naomi Klein: crear el miedo para vender la protección.

No quiero ni imaginar cómo será la vida en un futuro, próximo, medio y lejano. Espero que mis ojos no logren alcanzar ver la degradación del ser humano hacia la sociedad de las necesidades controlables. Quizás la genética y la clonación permitan un día substituir a la gran mayoría de seres humanos porque son molestos y en su lugar poner a “seres” cuya función sea la de producir sin problemas ni desgastes, no protesten incluso coman pastillitas, algo así como el recién desaparecido Charlon Heston interpretaba en la célebre película de “Soylent Green, Cuando el Destino nos Alcance”.

Todas las civilizaciones tienen su tiempo de vida, la nuestra acabará como acabaron las anteriores. Quizás con suerte otra nueva y probalemente distinta, esperemos que mejor aunque lo dudo, renazca de las cenizas, trás un largo período de silencio y vacío. Puede que la tecnología, si se llega a tiempo, permita a algunos elegidos saltar al espacio, antes que todo quede engullido, y como en una moderna Arca de Noé, emigrar a otro planeta donde producir un nuevo resurgimiento humano. La Humanidad no es eterna, nada lo es, todo tiene su principio, su desarrollo y su final. Nadie será capaz de poner freno a esa caída porque nadie es capaz de ponerse de acuerdo, no existe consenso, demasiados intereses y nadie quiere desprenderse de ellos ni de las comodidades. La cuestión es ganar dinero, especulando, porque es lo más fácil y lo que da beneficios rápidos con pocos esfuerzos. ¿A quién le importa lo que pasa mañana? Estamos programados para consumir lo inmediato, pensar en el mañana es un fenómeno de nuestros abuelos, lo importante es lo presente, mañana ya se las arreglarán los que vengan. Por más que digan algunos licenciados “económicos” la Humanidad se han construido en base a un sistema económico erróneo, irracional, que ha basado parte de las prodcción en la especulación y arma de control social. No ha sido capaz de generar una riqueza ecuánime ni saber equilibrar la demografía en base a sus recursos. Alimentar a tantísimos millones de personas es una tarea mastodóntica que genera multitud de problemas practicamente insolucionables y mas teniendo en cuenta la filosofia reinante de quienes dominan los resortes de la Economía mundial. Muchos aparatitos tecnológicos, muchas virguerías de diseño, multitud de inventos sorprendentes, pero nadie es capaz de frenar el “ñam ñam” en el mundo. El hombre no es Dios aunque algunos si jueguen o sueñe a serlo.

“De lo que se trata es de sustituir la autodeterminación nacional que se ha practicado durante siglos en el pasado por la soberanía de una élite de técnicos y de financieros mundiales”.

David Rockefeller

(miembro fundador del Club Bilderberg y de la Comision Trilateral)


Las personas van a su bola, no prima la solidaridad, el repartir con equilibrio las cosas, el deseo de evitar que continentes enteros, riquísimos en materias primas y recursos naturales queden reducidos a la nada, que sus gentes mueran raquíticas de hambre por sus tierras devastadas. No es normal que se haya perdido el sentido de ser Humano. No es normal que nada dure, que todo se cambie, que nada funcionecorrectamente, que a pesar de tantos cerebros intervinientes, siga los problemas y cada vez aparezcan de nuevos. No es normal que hoy en dia aun la gente se siga matando, no es normal que ello se haga en nombre de ideas, religiones o intereses económicos. ¿Qué carajo hemos aprendido en estos 2000 años? Todo está montado sobre una frágil línea de relatividad y cualquier desastre global puede barrer de cuajo la raza.

Yo creo que la explosión demográfica es y será un grave problema, incluso me atrevería a decir que se buscarán medios drásticos de controlar eso, si no han empezado ya desde hace un tiempo. Las grandiosidades cuestan de mantener, generan mogollón de más problemas. En épocas anteriores la propia naturaleza hacia una selección natural para mantener el equilibrio, venia una epidemia y se morian millones de personas, las guerras también aniquilaban grandes masas de seres humanos y luego vuelta a empezar. El vencedor abria nuevos mercados y una era de esplendor venia de nuevo. Es duro pero es la historia, no me lo invento yo. Pero eso será cantar de otros a cantares porque para finalizar esta reflexión extensa me gustaría incluir las inteligentes palabras de uno de los biólogos más importantes de nuestra era, Jean Rostand.

"El hombre es un átomo irrisorio perdido en el cosmos inerte y desmesurado, sabe que su febril actividad no es más que un pequeño fenómeno local, efímero, sin significación y sin sentido. Sabe que sus valores no le sirven más que a él, y que, desde el punto de vista sideral, la caída de un imperio, o incluso la ruina de un ideal, no cuenta más que el hundimiento de un hormiguero bajo el pie de un paseante distraído. De esta forma, no tendrá otro recurso más que aplicarse en olvidar la inmensidad bruta, que le aplasta y le ignora. Repudiando el vértigo estéril de lo infinito, sordo al aterrador silencio de los espacios, tratará de volverse tan incósmico como inhumano es el universo; bravamente replegado sobre sí mismo, se consagrará humildemente, terrestramente, humanamente, a la realización de sus mezquinos designios, en los que fingirá poner la misma seriedad que si apuntasen a fines eternos".

KarlFM.-

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