Según los estudios más recientes, se sabe que los
Neandertales jamás tuvieron incapacidades cognitivas importantes, ni que su
inteligencia fue sensiblemente inferior a la que desarrollan los humanos
modernos. Sin embargo, tenemos una imagen muy tosca
de los Neandertales, como si fueran inferiores al espíritu prepotente que domina a
los humanos por creerse las únicas criaturas inteligentes de la escala animal,
una visión que no se sustenta bajo ninguna evidencia demostrada, ya que simplemente
son consecuencia de antiguas inercias, en la investigación y en los modelos
simplistas sobre la evolución humana, concretamente, en lo referente al Homo
Sapiens y a la desaparición de los Neandertales. Parece ser, que la ciencia
intenta encontrar nuevas vías de comprensión, de acercarse a ese eslabón
perdido que nos angustia desde hace mucho tiempo, y que parece resistirse a ser
desvelado. La pregunta salta a la vista. ¿Es posible clonar Neandertales y que
además convivan con nosotros?
El ser
humano siempre ha buscado romper retos, adentrarse en el mundo de los enigmas y
obtener las claves de su existencia. Para ello es capaz de cualquier cosa,
incluso se asemejarse a la máxima entidad suprema, como una loca competencia
para no quedar atrás en sus ambiciones e
ideas. Los progresos del conocimiento y los avances de la técnica, en biología
molecular, genética y fecundación artificial, han hecho posibles que, la experimentación
y la realización de clonaciones en el ámbito vegetal y animal, sean ya
posibles. Ahora, el siguiente paso, es el ser humano, un mito que empieza a
cobrar sentido en manos de los que, a través de sus conocimientos, se atreven a
“jugar” con la variable exclusiva de las fuerzas desconocidas. Vivimos una
época marcada por la extraordinaria velocidad con que se suceden los cambios y
transformaciones, en todos los aspectos de la vida. El fenómeno es
especialmente sorprendente cuando hace referencia a los desarrollos científicos
y tecnológicos. Todo lo que antes requería siglos para llevarse a cabo, ahora,
se suceden casi de forma repentina; las herramientas auxiliares de que dispone
el ser humano, así como toda la herencia recibida de pasos anteriores, permiten
romper la antigua lentitud de los descubrimientos y adentrarse en el vértigo de
lo imparable.
La genética ha descubierto las maravillas de la evolución y la
posición única del hombre como parte esencial de los seres vivos; nos ha hecho comprender
que la Humanidad es biológicamente un logro extraordinario, y ahora nos abre la
puerta a cruzar más allá de esta conclusión. Este empuje debe es el punto de
partida para alcanzar un nuevo reto de conocimiento, una ambición llamada a transformar el mundo en un futuro
inmediato, y que al mismo tiempo, pueda desarrollarse plenamente en beneficio
de nuestra Humanidad. El futuro nos depara como parte de un hito sorprendente:
la posibilidad de ver descifrado todo el código genético humano y quizás poder
repetir el proceso de la creación, un acto sublime de momento exclusivo de
Dios, dioses, extraterrestres o mecanismos complejos del Universo. ¡Quién sabe
realmente de dónde venimos! El análisis de todas estas implicaciones, de sus
consideraciones científicas, éticas, morales y legislativas, será clave vital
para ayudar al ser humano a no encontrarse indefenso ante ese gigantesco y
ambicioso avance temático.
Todo
depende del camino que elijamos, si somos inteligentes como debemos ser y
sabemos usar nuestras capacidades para lograr una sociedad ejemplar, digna de
nuestra posición en la cadena de la vida, racionalidad y emotividad en gesta
equilibrada, sin pugnas ni divergencias, simplemente fusionadas bajo un estado
armónico entre inteligencia racional y emocional. Pero todavía quedan muchos aspectos
actuales debemos cambiar, tan pronto como quitarnos de encima todo este bagaje
de maldad que sigue tan inherente en el ser humano, sacudir esa ambición de
poder y control con el fin de esclavizar a congéneres en pos de riquezas
absurdas y quimeras patológicamente peligrosas. No podemos dejar el control de nuestro
destino en manos de poderosas multinacionales, de convertir el milagro de la
vida en un exterminio, de abandonar nuestra suerte a los mercados que martirizan
la dinámica de la sociedad. Si esto debe ser así, es mejor detener ciertos
avances, y evitar el degradamiento de la Humanidad, un hecho que nos llevaría a
la puesta en práctica de sistemas dictatoriales que ya han sido descritos por
célebres escritores de ficción. No podemos llegar a imaginar el poder de la
clonación en manos de lunáticos desaprensivos, de corporaciones militares, de
negocios multimillonarios, de locos bajo sumidos por los delirios de grandeza,
poder, riqueza y omnipotencia. No podemos permitir que la vida se convierta en
una mercancía más.
Estamos metidos en un camino peligroso,
la sociedad no es lo que debería ser y esto es sintoma de que avanzamos por
autopistas erróneas que, a largo plazo, conducen al abismo. Buscar y encontrar
los porqués de ciertos aspectos misteriosos en el proceso de evolución humana y
animal, puede ayudarnos a ser mejores o peores, de nosotros depende la
respuesta. Si realmente venimos de cierta especie de simios, posteriormente
convertidos en homínidos, después en Homos y finalmente en seres humanos, poco
a poco se va deshilvanando la madeja. De momento siguen colgadas muchas
cuestiones.
¿Por qué la evolución parece detenida en cierto
instante, justo tras aparecer el ser humano? ¿Cabe la posibilidad de que el
hombre actual sea tan solo un estadio mas, hacia otro estado superior que aun
está por surgir, o simplemente hemos llegado al final del proceso? ¿Puede
revertirse el proceso hacia una involución? ¿Somos realmente hijos de una
creación divina o parte de un proceso creativo de razas superiores
desconocidas? ¿Por qué todas las religiones del mundo y la Historia apuntan al
cielo y nos hablan de creaciones externas a nosotros mismos? El ser humano ha
descubierto que muchas cosas imposibles se hacen cada vez más posibles. El
hombre ha dejado la fe y a Dios para pasar a la aventura de la ciencia e
indagar el camino de la realidad o de su posible más allá. No sabemos hasta dónde
nos llevarán nuestro principio y origen, si a nuestro creador o creadores o
hacia un resolución distinta ¿Quién lo sabe? La respuesta está en alguna parte....
quizás.
KarlFM.-