Si bien es cierto que hoy en día
recibimos muchas informaciones que parecen sacadas de historias de ficción o
terror Gore, algunas -a pesar de su
contundencia- increpan nuestra sensibilidad y biología hasta dejarnos con la
piel del sapo. ¿Por qué digo esto?
Me han enviado un email muy
curioso sobre los huevos y las gallinas
que pone los pelos de punta que posiblemente desenmascara el hábil negocio que se oculta tras
esos pobres animales y la supuesta ecología de sus productos. Tener S@lud es un
servicio gratuito francés de información médica natural del grupo Nouvelles Publications de la Santé
Naturelle, SARL, dirigida por Jean-Marc
Dupuis, Gerard Mégret, Thierry Souccar, el Dr. Patrick Theillier, entre
otros, que divulgan informaciones muy interesantes sobre los temas de salud que
tan en boga están en las sociedades capitalistas. Para conocer más detalles
sobre ellos podéis visitar su website: http://www.saludnutricionbienestar.com.
No soy un experto en huevos, ni conozco la seriedad de la fuente, ni las cadenas productivas de huevos industriales o ecológicos, por tanto, ni lo afirmo ni lo niego, pero el texto me ha hecho reflexionar sobre el asunto y, viendo como anda el mundo negocio en estos tiempos, todo es posible en la viña del "señor"; nada se escapa al arte de hacer dinero y de vender para poder competir en los mercados tan saturados; no hay que olvidar que existen muchos millones de seres humanos que alimentar y por tanto, visto el panorama, cada vez resulta mas imposible eso de lo puramente llamado "natural". Es por ello que he querido publicar el texto al completo para que vosotros reflexionéis sobre el tema ya que parece ser que estos huevos, lejos de ser un tontería, traerán cola. No quiero extenderme más. Ahí va.
KarlFM.-
La historia de las vacas locas y las "harinas animales" ha producido
tal repugnancia entre la gente que incluso a los pollos se les pone hoy en día
la etiqueta "criados con grano", como si eso fuese una garantía de
calidad.
Pero usted, estimado Lector, que
tenía abuelos en el campo, o que en la escuela asistió a alguna granja en una
visita extraescolar, sabe que el pollo nunca ha sido un animal vegetariano, ¡y
menos aún un consumidor de maíz!
El tentempié preferido de la
gallina es una lombriz bien cebada. Déle cortezas o jamón y estará en la
gloria.
Si la deja libre, su gallina se
pasará el día rascando la tierra en busca de gusanos e insectos. Si no
encuentra ninguno, picoteará hierbas, plantas verdes, pequeños brotes, raíces y
-sólo ocasionalmente- granos.
Eso es lo que una gallina
necesita para estar feliz, gozar de buena salud y producir buenos huevos. Pero
para ello debe tener ocasión de salir al exterior.
Pollos de fábrica "criados
al aire libre.
El arte de la mercadotecnia consiste en jugar con expresiones que
engañan al consumidor… sin que lo parezca.
Así, en el supermercado habrá
visto que puede comprar huevos de gallinas camperas, "criadas al aire
libre". En el envase puede verse la foto de una hermosa gallina pelirroja
picoteando a sus anchas en un prado de hierba verde y abundante en un día
soleado.
Ahora bien, veamos qué impone la
legislación para tener derecho a poner la etiqueta "criadas al aire
libre": “Por el día, acceso a un recorrido exterior en su mayor parte
recubierto de vegetación (4 m2 de terreno por gallina)”.
Supongo que sólo el experto en marketing detectará la trampa que se
oculta bajo esta fórmula.
Quien sea algo suspicaz se inquietará por la cuestión de que la gallina tenga derecho a acceder, no a una pradera, sino a un simple "terreno" recubierto "en su mayor parte" de vegetación, pudiendo ser el resto de escombros o de hormigón.
Quien sea algo suspicaz se inquietará por la cuestión de que la gallina tenga derecho a acceder, no a una pradera, sino a un simple "terreno" recubierto "en su mayor parte" de vegetación, pudiendo ser el resto de escombros o de hormigón.
Y tendrá razón en inquietarse.
Pero en realidad, la verdadera trampa se encuentra en la expresión "acceso
a un recorrido exterior".
Imagínese una nave de 150 metros
de largo con techo de chapa ondulada, llena de miles de gallinas como sardinas
en lata. El olor es nauseabundo. El ruido, ensordecedor. Las gallinas están en un
estado de estrés y agresividad tales que se pelean constantemente, arrancándose
las plumas, picándose en los ojos y arañándose. Algunas de ellas tienen las
patas o las alas rotas. Uno no se puede aventurar a entrar en esta nave sin
protección especial.
En la pared de esta nave hay tres
placas móviles de 40 centímetros de largo, a ras de suelo, que el dueño de la
explotación retira cada mañana. Y ya está; eso es suficiente para que pueda
declararse que las gallinas tienen "acceso" a un "recorrido
exterior".
Técnicamente es posible imaginar
que un cierto número de gallinas efectivamente salgan al exterior. El problema
es que, al haber nacido los polluelos dentro de naves cerradas, jamás han visto
la luz del día y tienen miedo a salir. A pesar del "acceso" al
exterior, es posible que la gran mayoría de las gallinas "criadas al aire
libre" no osen nunca asomar el pico.
¿Comer huevos ecológicos?
Desde el año 2004, todos los
huevos que salen al mercado en Europa deben llevar obligatoriamente un código.
Para ello se graba en la cáscara de cada huevo un pequeño sello con un número
específico cuyo primer dígito indica la forma de cría de las gallinas:
- 3: gallinas criadas en jaula. Estos huevos deben evitarse absolutamente.
- 2: gallinas criadas en el suelo de una nave sin ver el cielo ni una sola vez en su miserable existencia. Deben evitarse igualmente.
- 1: gallinas criadas al aire libre (…ya hemos visto lo que eso significa). Deben evitarse.
- 0: huevo ecológico. Las gallinas han podido salir y se han beneficiado de abrigo y vegetación en el recorrido exterior; en el interior de la nave, el número de gallinas está limitado y su densidad es menor. Además, se han beneficiado de una alimentación ecológica al 90 % como mínimo.
Lo siento por usted, pero yo ni
siquiera me conformaría con huevos marcados con el número 0. Cada vez más, se
ponen en marcha instalaciones industriales que sobre el papel respetan los
criterios de la producción ecológica, produciendo huevos por millones.
Seguimos estando muy lejos de la
crianza tradicional de las gallinas, que es la única que puede garantizar el
auténtico huevo que comían nuestros abuelos, reconocible entre mil en el plato.
En 1950, en España había miles y miles de granjas en activo. En cada una
de ellas había un gallinero, con algunas docenas de gallinas que con frecuencia
podían pasearse por los alrededores libremente. Todos los huevos que se
consumían se producían así.
Porque ésa es la única manera
correcta de producir huevos. Esto significa que para usted lo ideal sería
comprar sus huevos a un productor ecológico al que conozca, y que tenga una
explotación de gallinas de un tamaño normal. Si vive en el campo, diríjase a
una granja próxima a su casa; el granjero le enseñará con gusto sus
instalaciones si no tiene nada que ocultar.
Un buen criador vigilará la
alimentación de sus gallinas, se asegurará de que tengan agua fresca y limpia,
espacio suficiente y una buena ventilación en el gallinero, que limpiará con
frecuencia.
Las gallinas bien cuidadas
pondrán huevos cuya yema es de color amarillo oscuro. Gracias a su buen sistema
inmunitario, no se infectarán de salmonella. Cuanto más frescos sean los
huevos, más viscosa será la clara.
La mejor manera de comer huevos
Ahora que usted ha comprado
huevos de verdad, ¿cómo debe prepararlos para que conserven todas sus virtudes
nutritivas?
Lo peor que puede hacer es
cocerlos a demasiada temperatura y demasiado tiempo, hasta el punto de que
adquieran una consistencia gomosa si se cuecen demasiado. Alterará la
estructura de las proteínas de su huevo, lo que puede provocar alergias.
La mejor manera es comer los huevos... crudos. Puedo ver su gesto de desagrado y de decepción. Pero espere a leer lo que sigue.
La mejor manera es comer los huevos... crudos. Puedo ver su gesto de desagrado y de decepción. Pero espere a leer lo que sigue.
Crudo no quiere decir que deba
comerse los huevos tal cual. Puede mezclarlos con alguna bebida, como un zumo o
un batido.
Por ejemplo, la mousse de
chocolate es una receta célebre y muy apreciada a base de huevos crudos. Se
hace así: coja 6 huevos y 200 gramos de chocolate negro bio. Funda el chocolate
al baño maría. Separe las claras de las yemas y móntelas a punto de nieve.
Cuando el chocolate fundido se haya enfriado un poco, mézclelo con las yemas.
Añada a continuación a esta mezcla las claras a punto de nieve, con suavidad para
no romperlas. Vierta la mezcla en cazoletas individuales que dejará una noche
en el frigorífico. Puede añadir, por supuesto, frutos secos, pero no es
necesario ni azúcar, ni harina, ni mantequilla.
Certifico personalmente que esta
receta es dietética, piensen lo que piensen los “talibanes” que querrían
privarnos de todos los placeres de la existencia "por el bien de nuestra
salud".
Por el contrario, las autoridades
le aconsejarán cocer bien los huevos para evitar la salmonelosis. Pero este
riesgo afecta sobre todo a las gallinas criadas en malas condiciones e, incluso
en este caso, sólo un huevo de cada 30.000 está contaminado.
No hay nada que justifique privarle de las ventajas nutricionales de los huevos crudos. Si a pesar de todo decide cocer los huevos
No hay nada que justifique privarle de las ventajas nutricionales de los huevos crudos. Si a pesar de todo decide cocer los huevos
Si no puede evitar cocer los
huevos, la mejor forma de tomarlos es pasados por agua, es decir, cocidos a
baja temperatura (80° C). No es necesario que el agua hierva, ya que el huevo
coagula a entre 70 y 80° C. Dependiendo del tamaño del huevo, unos cuatro
minutos serán suficientes para obtener la textura perfecta: la clara debe estar
cremosa y la yema caliente y untuosa.
Pero también puede hacer huevos
revueltos al baño maría. El resultado final debe ser una crema, a la que puede
añadir toda clase de ingredientes para darle sabor: champiñones, especias,
finas hierbas, verduras...
Le garantizo que, después de unos
cuantos intentos, este modo de preparar los huevos revueltos resulta una
auténtica delicia.
Nota para embarazadas
El consumo de huevos crudos no se
recomienda a las mujeres embarazadas, ya que la clara de huevo crudo contiene
avidina, una proteína que inactiva a la biotina (vitamina B8) que se encuentra
en la yema, siendo la biotina una sustancia que las mujeres embarazadas
necesitan y de la que suelen ser deficitarias. Sin embargo, si el huevo está
cocido la avidina de la clara se neutraliza (con lo que no inactiva a la
biotina), mientras que la biotina mantiene sus características, ya que soporta
altas temperaturas sin modificaciones.
Si está usted embarazada, puede hacerse pruebas para medir una eventual deficiencia de biotina y tomar complementos alimenticios, o bien no comer cruda más que la yema del huevo.
Si está usted embarazada, puede hacerse pruebas para medir una eventual deficiencia de biotina y tomar complementos alimenticios, o bien no comer cruda más que la yema del huevo.
Para los apasionados de la nutrición
He aquí algunos datos que interesarán
a los apasionados de la nutrición, y que explican por qué comer huevos crudos
es mejor para la salud.
Los huevos ecológicos producidos
de forma tradicional contienen un tercio de colesterol menos, un cuarto de
grasas saturadas menos, dos tercios de vitamina A más, dos veces más de Omega
3, tres veces más de vitamina E y siete veces más de beta-caroteno que los
huevos de gallinas criadas en jaulas en batería.
Las proteínas presentes en un
huevo son "proteínas completas", ya que contienen los ocho aminoácidos
esenciales, es decir, aquellos que el organismo no puede fabricar por sí solo.
Los aminoácidos esenciales se encuentran en proporciones equilibradas (ésta es
la razón por la que los huevos se utilizan como referencia para la evaluación
de la calidad de las proteínas y del contenido en proteínas de los demás
alimentos).
La yema de huevo contiene, por su
parte, luteína y zeaxantina, de la familia de los antioxidantes, que protegen
especialmente los ojos contra la posibilidad de cataratas. Estas sustancias
corren el riesgo de ser destruidas por la cocción. La yema de huevo, rica en
colina, aumenta y protege la memoria. Su contenido en ácido fólico es
interesante, sobre todo para las mujeres embarazadas con el fin de prevenir la
espina bífida (malformación de la médula espinal) del bebé. Por último,
contiene fósforo y cinc.
La yema de huevo no hace subir la tasa de colesterol
En los años 1980 se acusó
injustamente a la yema de huevo de hacer subir la tasa de colesterol. Hoy en
día se sabe que la tasa de colesterol en sangre tiene poco que ver con el
colesterol de los alimentos, ya que es fabricado por el hígado a partir del
azúcar.
No olvide que el colesterol no es
un veneno: cada célula de su cuerpo necesita colesterol. Contribuye a fabricar
la membrana celular, hormonas, vitamina D y ácidos biliares para digerir las
grasas. El colesterol ayuda también a conformar recuerdos y es indispensable
para las funciones neurológicas. El colesterol de los alimentos es su amigo.
En cualquier caso, numerosos
estudios han concluido que los huevos no hacen subir la tasa de colesterol. Por
ejemplo, investigaciones publicadas en International Journal of Cardiology (1)
han mostrado que en los adultos con buen estado de salud, comer huevos todos
los días no provoca ni efectos negativos sobre las funciones endoteliales ni
una elevación de los índices de colesterol.
Así que puede comerse con toda
tranquilidad seis huevos a la semana probando recetas variadas y deliciosas.
Juan-M. Dupuis.-