La arquitectura nace en el seno
de esas capacidades, primero como forma ambigua que, poco a poco, se va
tejiendo hasta alcanzar su máxima totalidad creativa. Todo aquello que sobre papel o pantallas digitales 3D se acerca a sueños o escenarios de
futuros inimaginables, un día, seguramente, será posible. Quizás ninguno de nosotros podamos
disfrutar de estas nuevas macroestructuras intergalácticas, sin embargo ya
podemos ver que, en ciertos países, algunos de ellas son ya realidades concretas que se desafían a si mismas. Dubai, Malasia, EEUU, China y
otros, son naciones que ya construyen edificios de estas características, porque gracias a sus medios, reclutan las mentes
más prodigiosas para materializar futuras neo arquitecturas capaces de almacenar a mas de diez mil personas en el mismo espacio; serán megaestructuras que funcionarán de forma autosuficiente, perfectamente seguras, con fachadas
de alto rendimiento energético compuestas de turbinas eólicas y paneles fotovoltaicos;
todo un macromundo que parecerá un sueño sacado de las más fantasiosas novelas de ciencia
ficción.
Especular e
imaginar el futuro es una autentica delicia, una probabilidad posible que
encierra un abanico interminable de variables inciertas que dejan la cabeza
maravillada por tanta ingeniería dersarrollada. No obstante, sabemos que el futuro,
aunque parezca intocable, está cada vez más cerca, y las ciudades cambiarán para
ajustarse a las nuevas necesidades y tecnologías de los nuevos tiempos. Con el
tiempo, crecerán nuevos tipos de estructuras basadas en materiales nuevos que
permitirán, arquitecturas que hoy en día pertenecen todavía a la categoría de
prototipos, siempre y cuando el tiempo no se paralice por causas ajenas a
nuestro alocado desarrollo humano. Mientras tanto disfrutemos de los ensueños.
KarlFM.-