Mis ideas provienen de mis sueños pero a veces las cosas me vienen solas,
mientras hago cosas diarias; la imaginación es como un destello de flash y cuando estalla hay que saber aprovecharla.
Yang Xueguo
Inmanuel Kant dijo que en las
tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz. Probablemente
los sueños son el lenguaje secreto que nos mueve el alma detrás de los
mecanismos de defensa psicológicos. Los sueños son como un gigantesco
tesoro que nos hace ser o no ser individuos frente al mundo y
escaparnos al mismo tiempo del mismo. Los sueños nos permiten encontrar
todo aquello que en la realidad no existe de una forma lógica pero que
en nuestra endobiología se agita como variables desconocidos
complejamente arquitectables. Todos
los humanos estamos hechos de la materia con la que se trenzan los
sueños y con esta materia se producen obras de arte sin precedentes. La
imaginación es el lápiz con que el niño pinta sus mejores aventuras y
los
adultos sus sueños o pesadillas.
Yang Xueguo es una artista digital de Kunming, una pequeña ciudad en
Yunnan, China, que trabaja sus obras de arte sobre arquitectura software de Photoshop
y 3D. Sus imágenes te bloquean la psique, te acojonan dejándote completamente
exhausto y vapuleado, girando la cabeza locamente en un torbellino disparado a 10.000
r.p.m. y la maquinaria interna hecha pedazos. Son frames de una irrealidad tenebrae cuyos habitantes te pulverizan el
alma con tan solo verles la cara.
Cuando contemplo los detalles de sus trabajos, se apodera dentro de mí una especie de pavor insólito que me ata las entrañas como una maraña perversa de cables oxidados. Realmente son imágenes que producen atrocidad y miedo, porque hablan de otros mundos cuyos parajes de corrosión, cenizas, fuego, y lo pétreo, se fusionan en una vorágine esquizoide que te atraganta la garganta y te anuda los testículos como bolas de acero. Son obras duras, de increíble capacidad imaginativa que sobrepasa lo habitual en el género. Su detallismo y perfección son tan sublimes, que alcanza cotas de realismo purista diamantino. Es un viaje al tenebroso mundo de los infiernos.
Cuando contemplo los detalles de sus trabajos, se apodera dentro de mí una especie de pavor insólito que me ata las entrañas como una maraña perversa de cables oxidados. Realmente son imágenes que producen atrocidad y miedo, porque hablan de otros mundos cuyos parajes de corrosión, cenizas, fuego, y lo pétreo, se fusionan en una vorágine esquizoide que te atraganta la garganta y te anuda los testículos como bolas de acero. Son obras duras, de increíble capacidad imaginativa que sobrepasa lo habitual en el género. Su detallismo y perfección son tan sublimes, que alcanza cotas de realismo purista diamantino. Es un viaje al tenebroso mundo de los infiernos.
KarlFM.-