domingo, octubre 03, 2010

ATRAPADOS EN EL TIEMPO


Parece absurdo pero cuando la vida se escapa 
es cuando solemos valorarla, 
el tiempo es responsable de ello, 
todo depende de ese concepto que se dilata y se contrae 
como una goma elástica que al final se quiebra 
volviéndonos al estado sin tiempos.

KarlFM 

¿Quien no detiene alguna vez en su vida el tiempo para pensar sobre él? Para muchos el tiempo es una agonía opresiva porque alarga los sufrimientos, para otros es una variable corta porque depura al máximo las vivencias y comprime la felicidad. Entre ambos polos, existe un montante que va y viene como un banco de sardinas en los abismos de los océanos; no cabe duda de que estos seres pueden sentirse afortunados porque para ellos el tiempo siempre les acompaña en una constante estable. Vivir debería ser un proceso para disfrutar de los momentos vividos porque es la única realidad que tenemos consciente en este momento. Lo que vivimos en un tiempo pasado es ya historia, páginas escritas para decorar bibliotecas o museos, un espacio que podemos consultar de vez en cuando y a medias porque muchos de nuestros fragmentos de vida se han perdido en el subconsciente o en el olvido. Nadie es capaz de recomponer todos estos fragmentos en un todo y poderlos revivir aunque sea mentalmente. Ya lo decía Aldous Huxley, la vida es juguete del tiempo.

Son tantas las cosas que dejamos de hacer que podríamos escribir muchas vidas;  pero no siempre podemos agotar nuestras alternativas porque todos seguimos un camino concreto aunque en algunos momentos nos desviemos hacia otros lugares. A veces no hay mas remedio que forzar el cambio de ruta. ¿Qué hubiera sido de nuestras vidas si en lugar de tomar ese sendero hubiéramos elegido la autopista de la izquierda y que lleva a quien sabe dónde? ¿Qué hubiera ocurrido si en lugar de pararnos en el motel de la  Route 66 hubiéramos pasado de largo y terminado en un tugurio de la frontera de Texas? La vida es una paradoja del tiempo y el tiempo y la vida nos hace cambiar constantemente, nunca somos lo que fuimos y nunca seremos lo que somos. El tiempo marca nuestro siempre destino.

“El tiempo es la sustancia de que estoy hecho.
El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río;
es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;
es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.
El mundo, desgraciadamente, es real;
yo, desgraciadamente, soy Borges.”

Jorge Luis Borges
Otras Inquisiciones

Lo que no se vive muere y lo que se vive con el tiempo se esfuma. Nada hay más absurdo que este ciclo de tiempos. Si pudiéramos regresar a estadios anteriores cambiaríamos muchas cosas, si pudiéramos saltar al futuro evitaríamos muchas otras, para bien, para seguir igual o para mal, quien sabe, sin riesgos no hay descubrimientos. Todo permanece a expensas del tiempo y la vida no es más que un esclavo del mismo porque en el trayecto todo depende de una cadena de acontecimientos ajenos a nosotros en los cuales nos vemos implicados. Somos como estrellas que cruzan los espacios,  se ven y brillan cuando están a nuestro alcance y se apagan y desaparecen cuando salen del mismo. Y es que el tiempo no permanece estanco, invariable, se mueve constantemente y cuando te miras en el espejo y ves a tus hijos crecer es cuando sientes que todos estamos atrapados en el tiempo y que se nuestra alma se cuartea. Por eso es bueno encontrar salidas que te despeguen del paso del tiempo.

El tiempo no espera, sucede, sin más, te guste o no, los surcos aparecen etu rostro y las grietas en tu alma; hay tantas cosas que no podremos nunca ver y hacer que sin más te viene la tristeza. A menudo intento regresar a mi pasado, recordar lo vivido, a veces en busca de respuestas sobre cosas que han quedado pendientes, cosas que no se hicieron bien, cosas que nos marcaron una tendencia sin saber por qué, muchas cosas que hubiéramos deseado evitar y otras deseado hacer. Pero las decisiones se toman sin saber las consecuencias, muy a menudo son consecuencias de actos y conductas ajenas a nosotros mismos. Todo es un un gigantesco tiovivo donde nada queda sujeto a su destino. Los momentos son efímeros, suceden y se esfuman, después solo un recuerdo que con el tiempo se vuelve vago y termina esfumándose. Todos estamos atrapados en esta cruel dinámica, en ese ir a venir hacia partes que quedaron incompletas y probablemente seguirán así hasta la eternidad, algo asi como un Matrix a la espera de una salida al mundo real.

Hablando de la sutileza y dependencia del tiempo recuerdo la magistral película El Curioso Caso de Benjamín Button, donde se cuenta la historia de un hombre que nace viejo y regresa a su estado original, es decir su vida la vive al revés de los demás. Se trata de un film que contiene historias acerca del tiempo, de su influencia en la vida y en las personas, historias que te dejan paralizado en la butaca y te exprimen el coco como un limón de donde sale un jugo deliciosa para condimentar el pollo de la vida; por ejemplo, el reloj que resta las horas para recuperar todo aquello que se ha perdido injustamente, el dilema del tiempo en las diferentes etapas de la vida humana, y el destino como valor asociado al tiempo. Recordemos un bello pasaje:

“A veces nos disponemos a estrellarnos y no lo sabemos, ya sea casual o deliberadamente; no hay nada que podamos hacer al respecto.
En París, una chica (X) se disponía para salir de compras cuando se le olvidó el abrigo y volvió a por el. Cuando lo cogió, sonó el teléfono y tras descolgarlo habló un par de minutos. Mientras esa chica estaba en el teléfono, otra chica (Daisy), en otro lugar de París, ensayaba para una actuación de danza en la Ópera de esa misma ciudad. Cuando la chica (X) colgó el teléfono salió para coger un taxi. (Por una distracción le quitaron el primer taxi y tuvo que esperar a un segundo).
Tras dejar al último pasajero, un taxista decidió bajarse de su taxi para tomar un café. Daisy, mientras tanto, seguía ensayando. Después de tomar el café, el taxista volvió a su taxi y recogió la chica (X) que iba de compras y que había perdido el taxi anterior. El taxi tuvo que detenerse para no atropellar a un hombre que había salido hacia su trabajo 5 minutos tarde por haber olvidado poner la alarma de su despertador. Mientras ese hombre llegaba tarde al trabajo y cruzaba la calle, Daisy había terminado de ensayar y se daba una ducha.
Mientras Daisy se duchaba, el taxi (de la chica X) esperaba frente la tienda donde la chica estaba para recoger un paquete que no le habían envuelto aún, porque la dependienta que tenía que envolverlo había roto con su novio la noche anterior y se había olvidado de hacerlo. Una vez envuelto el paquete, la chica (X), ya en el taxi, vio como un camión de reparto se cruzaba en su camino; mientras tanto Daisy se arreglaba. El camión se apartó y el taxi pudo avanzar. Cuando esto ocurría, Daisy, la última en arreglarse, se detuvo unos instantes porque a una de sus amigas se le había roto un cordón del zapato. El taxi con la chica (X) estaba parado esperando a que cambiara un semáforo. Daisy y su amiga para ganar el tiempo perdido salieron por la puerta de atrás del teatro.
 
Si tan solo una de esas cosas hubiera ocurrido de otra manera, si ese cordón no se hubiera roto, o ese camión se hubiera apartado segundos antes, o ese paquete hubiera estado envuelto porque la dependienta no hubiera roto con su novio, o ese hombre hubiera puesto la alarma y se hubiese levantado 5 minutos antes, o ese taxista no se hubiera parado a tomar un café, o si la chica (X) no se hubiera dejado el abrigo y hubiera cogido el taxi anterior, Daisy y su amiga habrían cruzado la calle tiempo antes y el taxi hubiera pasado de largo.
 
Pero siendo la vida es como es, una serie de vidas cruzadas e incidentes que escapan a nuestro control, ese taxi no pasó de largo y ese taxista se distrajo un segundo atropellando a Daisy y destrozándole la pierna y Daisy) jamás podría volver a bailar. Su vida cambio por cuestión del tiempo, propio y ajeno.”

Creo que este pasaje da mucho que pensar. Somos entes biológicos pero sujetos a parámetros desconocidos, que van más allá de lo que nuestro conjunto de neuronas es capaz de hacer. Por ello soy de los que me gusta arrastrarme por el oleaje del tiempo, ver a donde me conducen sus olas, porque solo así puedo llegar a lugares nuevos, desnudarme a mi mismo frente a mis paradojas, hechos que probablemente desconocidos que cambiarán mi vida. Si no colocas la llave nunca abres puertas, si encierras tu vida en una jaula está muerto. Qué triste es ver a un pájaro no volar.

No hay historia más grande ni momento más irrepetible que lo vivido a cada instante. Todo en la vida tiene su sentido, incluso lo más negativo. A veces las cosas ocurren para dar paso a otras, nada es imprescindible y a su vez todo lo es, las personas nos movemos por dinámicas concretas que varían según el espacio y tiempo donde se ejecutan. Salir 3 minutos antes de casa puede llevarte a una serie de situaciones que de hacerlo 3 minutos más tarde ya no serán las mismas; por eso nunca debemos lamentar lo que hacemos porque nunca se sabe que puede pasar. Heráclito lo dejó bien reflejado en su filosofía: “nadie puede bañarse dos veces en la misma agua de un mismo río porque ésta siempre es diferente a cada instante”.

KarlFM.-

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