Leviatán Melvillei
Leviatán mitológico
Según cuenta el Génesis, "Dios creo los grandes monstruos marinos” y el Leviatán fue una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás. Sin embargo, el Leviatán es un monstruo aparentemente de origen babilónico pero aparece en otras mitologías con distintas interpretaciones y metáforas, como por ejemplo, los Naga de siete cabezas de la mitología hindú.
Muchos marineros de la época dorada de los grandes viajes por mar, asociaron el Leviatán a un enorme ser monstruoso, mezcla de serpiente de mar y ballena, que al nadar rápidamente alrededor de los barcos generaba un fuerte corriente torbellínica que los engullía como una aspiradora.
La religión cristiana considera al Leviatán como un demonio asociado a Satán o al Diablo, aunque algunos expertos consideran que Leviatán representa las fuerzas preexistentes del caos o un símbolo de la humanidad en oposición a Dios. Según otros estudiosos de mitos y leyendas, el Leviatán no era ni serpiente ni ballena sino un ser acuático de origen desconocido que tenía el cuerpo cubierto con escamas muy juntas, muchos dientes afilados y una forma rectilínea bastante parecida a la de un dragón sin alas. Tenía un color verde esmeralda tirando a turquesa y era capaz de expulsar ácido vaporizado por la boca lo que provocaba graves quemaduras corrosivas en sus víctimas. Sus ojos estaban siempre incandescentemente iluminados.
Sin lugar a dudas las historias sobre bichos extraños siempre resultan espectaculares y escalofriantes, los mitos se construyen en base a dar explicaciones sobre hechos no comprensibles en el momento o para provocar miedo en las personas. Sin embargo, a veces, ciertos mitos se vuelven en parte realidad, como es el caso de los pulpos y calamares gigantes.
Ahora, según los medios de comunicación, unos paleontólogos acaban de descubrir en Perú una especie extinta de cachalote gigante que devoraba ballenas a dentelladas.
Evidentemente “no se trata del maléfico monstruo marino con cuerpo de serpiente y cabeza de dragón que acabo de describir, pero este recién descubierto cachalote prehistórico, bautizado como Leviathan Melvillei, debió de ser una bestia tan descomunal que sus descubridores han decidido bautizarlo con el mismo nombre del mitológico ejemplar. Razones tienen. No solo poseía unos dientes de 36 centímetros de largo, sino que disponía de una dentellada de tamaño récord: no se conoce ningún otro depredador con una mandíbula tan grande. Lo de Melvillei, claro, es un homenaje literario a Herman Melville, autor del clásico Moby Dick”.
Los primeros restos fósiles del Leviathan Melvillei, que vivió hace 12 o 13 millones de años, fueron descubiertos en el 2008 por el holandés Klaas Post, especialista del Museo de Historia Natural de Rotterdam, mientras analizaba un terreno desértico del municipio de Cerro Colorado, en el sur de Perú. Lo que le llamó la atención enseguida fue el tamaño del cráneo, de unos tres metros de largo, y el buen estado de conservación, incluida la robusta mandíbula y unos dientes que parecían de elefante.
Aunque no se han localizado más huesos del esqueleto, la cabeza sugiere que el animal medía entre 13,5 y 17,5 metros de largo, escriben los investigadores. Los investigadores creen también que el cachalote gigante cazaba ballenas para obtener grasa, y lo hacía posiblemente atacando a dentelladas con la ayuda de sacudidas de la cola. Así pues, aunque morfológicamente era más parecido a un cachalote actual, ocupaba un nicho ecológico más propio de las orcas o del prehistórico tiburón gigante Carcharocles Megalodon.
El cachalote actual es también un depredador, pero su alimentación es diferente: concretamente, recuerdan los científicos, se sumerge a grandes profundidades para aspirar calamares y otros cefalópodos. Como no los necesita, sus dientes se han empequeñecido de tal manera que prácticamente se ha quedado sin ellos en la mandíbula superior. Quizá esta dieta tan selecta a base de ballenas, concluye el estudio, fue también lo que le impidió sobrevivir a las crisis climáticas acaecidas en los últimos millones de años".
(ANTONIO MADRIDEJOS / Barcelona
EL PERIÓDICO, Jueves, 1 de julio del 2010)
