"Iban a por él y, al final, lo han conseguido. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón tendrá que sentarse en el banquillo por decisión unánime de la Sala Penal del Tribunal Supremo, que ha admitido a trámite una querella del sindicato Manos Limpias, cercano a la formación ultraderechista Fuerza Nueva, por la que se acusa al juez de un posible delito de prevaricación relacionado con la investigación abierta por Garzón para averiguar posibles delitos cometidos por el franquismo y durante la guerra civil de l936-1939.
La decisión de la Sala Penal del Supremo, adoptada además por unanimidad, no ha dejado de sorprender en medios judiciales, ya que no contaba con el respaldo de la Fiscalía y ha supuesto una auténtico terremoto mediático que sigue, además, a otras decisiones judiciales hechas públicas estos últimos días, entre ellas la decisión del Tribunal Constitucional de anular una sentencia de la Sala 61 del Supremo sobre la ilegalización del partido Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos (II-SP), cercano a las posiciones de Batasuna, y la declaración de nulidad sobre el cierre del diario proetarra Egin, así como la sensible rebaja de penas de casi medio centenar de condenados por la Audiencia Nacional como elementos que formaban parte del aparato político, mediático, internacional, financiero y de desobediencia civil de la banda terrosita ETA.
Esa última rebaja de penas ha sido dictada por a la misma Sala del Tribunal Supremo que ha apreciado un posible delito de "prevaricación continuada" en la actuación del juez Garzón durante la instrucción del sumario sobre los delitos del franquismo, teniendo en cuenta que no era el juez competente, según le recordó en repetidas veces la Fiscalía, y que, además, esos delitos, según señaló también en repetidas ocasiones el fiscal, estarían amnistiados por la correspondiente Ley de Amnistía 46/1977 de 15 de diciembre, que hizo posible la elaboración de la Constitución de l978 y su aprobación en Referéndum.
Como era de esperar, la condición de imputado que el Supremo ha hecho del juez Baltasar Garzón, instructor del 'caso Gurtel', por el que ha sido objeto de todo tipo de ataques, a pesar de que sus actuaciones han tenido el visto bueno de los Tribunales Superior de Justicia de Madrid y Valencia, ha llenado de satisfacción al Partido Popular, que se pregunta si no hubo también prevaricación en el caso de corrupción que ha estado instruyendo y que afecta a importantes personajes aforados de la Comunidad de Madrid y Valencia.
Es más, dentro del Partido Popular parece triunfar la tesis de solicitar al Consejo General del Poder Judicial la suspensión temporal y cautelar del juez de la Audiencia Nacional, igual que hizo ayer mismo el máximo órgano de los jueces con un juez de paz de la localidad zaragozana de Santa Eulalia imputado por un delito de violencia de género.
Sobre todo cuando la misma Sala que le ha imputado por un delito de prevaricación "palmario, premeditado, consciente y creyéndose impune" acaba de archivar la querella interpuesta por dos abogados por cobrar 203.000 dólares mientras disfrutaba de un permiso de estudios en Estados Unidos en un supuesto delito de cohecho del que, según la Sala, no existen pruebas.
Durante todos estos años Garzón se ha atrevido con todos: con Pinochet y con Ben Laden, con las torturas de Guantánamo y con los GAL, con Silvio Berlusconi y hasta con el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger.
Al final, su osadía le ha pasado factura, aunque es posible que este caso quede en nada "...
José Oneto
Premio Nacional de Periodismo y Antena de Oro de Televisión.
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