
Los textos que presento a continuación no son mios, pero gran parte de su contenido encaja en mi línea de pensamiento; ¿por qué? muy simple; porque alguien con un poco de materia gris se da cuenta de que en EEUU las cosas no pueden cambiar; alli, sólo hay una única ideología; aunque aparentemente se muestren dos caras contrapuestas, todos sabemos a que mismo Club pertenecen; no es posible que, de repente, un Elegido y, encima mulato, descienda de los cielos para salvar al mundo de la gran debacle. Hace ya un tiempo, cuando Obama ganó sus Elecciones, lo advertí en uno de mis blogs: por más caramelos que nos den, el tufo a montaje huele desde lejos aunque esta vez el diablo venga disfrazado de ángel.
Saludos
Karl
Texto 1:
Obama ganó. Y con Obama, la orgía de la mass media nos quiere hacer creer que el mundo entero ha ganado con Obama: las chicas negras con gafas de pasta que no pueden pagarse un buen peluquero, los jóvenes blancos que quieren casarse y ya no tendrán que dormir en la tienda de campaña en el jardin, los sacerdotes protestantes de color que ven por fin a un negro en la Casa Blanca (negro sobre blanco como las baldositas de las logias masónicas), las viejecitas de 106 años, los comentaristas de derechas españoles que ensalzan a Obama para remarcar lo lejos que está Zapatero de su figura, los comentaristas de izquierdas, que ensalzan a Obama para remarcar el gran reto que tiene por delante… luego veo a esta gente en esta especie de iglesia adorando a Obama, llamándole el Mesías …
También se le llama el mesías climático (yo alucino), el Kennedy negro, la encarnación de sueño americano y un montón de tonterías más. Y aquí en España oir hablar de Obama para mi es garantía de un retortijón en el estómago y ganas de vomitar porque nunca he soportado tanta falta de criterio y objetividad.
Se alaba su enorme carisma, su estupenda sonrisa, su irresistible encanto, su florido verbo y sus bien seleccionados discursos como ese de la abuela de 106 años con el que estuve cerca de perder la cabeza.
¡¡¡¡ Señores !!!, estamos hablando del presidente de los Estados Unidos. No importa cómo de blanca tenga la sonrisa. Debería importarles su pasado político, su carrera, a quienes tiene por amigos en su círculo, quiénes son sus padrinos, quien le financia, qué contenido tienen sus discursos…incluso sus costumbres.
Aunque esta euforia no va a durar mucho, todavía va a durar algo, porque a todo el mundo le cuesta bajarse de la burra por la cara de tonto que se le queda a uno cuando se tiene que bajar de la burra, así que voy a aportar mi granito de arena para una deseada por mí apertura de ojos sobre la figura de este mulato (que no es negro, leches) llamado Barack Hussein Obama.
Estoy segura de que hay mucho más si tiramos de la manta, pero hay que dejar de ser tan naive y empezar a investigar a quien nos gobierna y no creernos a pies juntillas lo que dicen en su tarjeta de presentación. Obama no es lo que parece, lo que les parece a algunos. A mi siempre me pareció una mentiroso estirado y ambicioso. Desconfiad de los lobos con pieles de cordero.
www.trinitytierra.wordpress.com
(texto no íntegro)
Texto 2:
El rápido ascenso de Barack Obama a la popularidad explica el poder de las fuerzas que están impulsándole a la presidencia de los Estados Unidos. Obama es un producto de marketing diseñado para ganar. La biografía de Barack Obama en circulación electoral es muy confusa. Hay pocas coincidencias entre su biografía oficial en la que se presenta como un esforzado hombre hecho a sí mismo, y los datos que van apareciendo sobre su vida y misterios. Hay un tufillo de sospecha y de contradicciones, empezando por su origen. Obama presume de tener orígenes modestos: hijo de un pastor de cabras de Kenya y de una sencilla mujer blanca de la América profunda que se quedó viuda, y tuvo que luchar duramente por sacar a su familia adelante.
La versión que da el columnista norteamericano Andy Martín pone las cosas en su sitio más cercano a la verdad. El abuelo de Obama, Hussein Onyango Obama, era un conocido y rico ganadero keniano. El padre de Obama fue un joven privilegiado con acceso a las mejores universidades norteamericanos y no un pobre pastor de cabras emigrante. Andy Martin dice: “Me entristece tener que decirlo, pero su historial es un completo fraude. Ha engañado al pueblo norteamericano y ha tergiversado su propia historia”. Se las da de outsider y de ingenuo, pero no es así. Su consejero político es Zbigniew Brzezinski con quien comparte mesa en el Council on Foreign Relations y en el Club Bilderberg. El hijo de Zbigniew , Mark, abogado internacional en Washington, es consejero también de Obama. El consejero de Obama para el Oriente Medio es Dennis B. Ross, enviado especial de Clinton y de Bush- un solo partido, un solo señor- durante años para dirigir el complejo proceso político de esa región del mundo, aunando intereses norteamericanos e israelíes (es hijo de madre judía). Obama es una figura emergente en el establishment de Washington, por encima de los partidos políticos. De hecho las publicaciones judías de Canadá y de los Estados Unidos aplauden a Obama por el hecho de que los principales pasos de su carrera política fueron de la mano de los líderes judíos. Dio su primer mitin político como candidato en el renombrado grupo de lobby judío del Comité de Asuntos Públicos Norteamericano Israelí.
¿Qué hay de cierto en su promesa de “traer las tropas a casa” y “diplomacia, no guerra”, contando con esos antecedentes? El tiempo lo dirá, pero seguramente lo habrán llevado antes a la victoria, justo para meter en el armario a Hillary Clinton y enviar a casa al demasiado honesto y elemental John McCain quien, a pesar de su fama de ultra no se ha atrevido a decir cosas como las pronunciadas por Obama: “Si tenemos noticias de Inteligencia operativa acerca de objetivos terroristas de alto valor y el presidente Musharraf no actúa, nosotros lo haremos”. (Traducción: no me temblará la mano) Obama no está contra la guerra, está contra la invasión de Irak. Aboga por el envío de tropas a Irak y a Afgaqnistán para luchar contra “los terroristas”, fórmula ambigua que sirve para iniciar una y otra guerra. Sobre Irán es explícito: “No dejaremos ninguna opción fuera de la mesa, incluida la acción militar”. Su mensaje popular es uno, sus acciones otras. Dice que su Administración no se dejará influir por los lobbys, pero en su equipo de campaña tiene a Moses Mercado, que hace lobby a favor de los grupos Blackstone y Carlyle, tan afines a Bush. Otro de sus asesores es el famoso lobbysta Daniel Shapiro, consejero político para Oriente Medio y al servicio de grandes empresas. Shapiro fue Consejero Nacional de Seguridad con Bill Clinton.
Nada tiene que ver todo esto con el supuesto hijo de un pastor de cabras de Kenya. Se le ha identificado como primo lejano del vicepresidente Dick Cheney, con el que comparte un antepasado francés, extremo que ha sido admitida por la esposa del vicepresidente: “Políticamente son polos opuestos, pero sorprendentemente están relacionados por antepasados comunes”, concluyó tras explicar que ambos proceden de un inmigrante que llegó de Francia a la Colonia en el siglo XVII. Según la portavoz de la señora Cheney, Obama está relacionado en la distancia con Mareen Suvall, cuyo hijo Samuel se casó con la nieta de un antepasado de Cheney, llamado también Richard Cheney. El portavoz de Obama, Bill Burton, se limitó a decir que “cualquier familia tiene una oveja negra”.
Odinga ha dicho que Obama es primo suyo, lo que no deja de ser cierto si ambos descienden de la misma tribu de los Luo. Pero Odinga fue más preciso en sus declaraciones al programa de la BBC “The World Today” al decir que el padre de Obama era tío suyo por parte de madre.
Lo que sí son ciertos son los orígenes kenianos de Obama, un país que saltó a la actualidad precisamente cuando se ventilaba el triunfo del candidato. Kenya fue un modelo de lucha anticolonialista, contra los ocupantes ingleses. Jomo Kenyatta, líder de la Unión Nacional Africana de Kenya, formó el primer gobierno nacional al alcanzar el país la Independencia en 1963 y lo condujo al frente de la República hasta su muerte en 1978. Le sucedió Daniel Moi quien en 1982 prohibió los partidos políticos. En 1991 se restablecieron las libertades y Moi ganó las elecciones y estuvo en el poder hasta 2002, en que tuvo que abandonar por mandato constitucional; apoyó a su sucesor, el hijo de Jomo, Uhuru Kenyatta, pero ganó el veterano político Kibaki, líder de la Coalición Nacional del Arco Iris). Su gobierno estuvo marcado por la corrupción. En 2005 el movimiento popular rechazó la reforma constitucional propuesta por Kibaki. Las últimas elecciones generales se celebraron el 27 de diciembre de 2007. Kibaki competía por la reelección contra el Movimiento Democrático Naranja de Odinga. Este se proclamó “Presidente del Pueblo”, alegando fraude electoral”, y se llegó al enfrentamiento civil que ha producido tremendas matanzas, sospechosamente exhibidas una y otra vez en los telediarios de todo el mundo. Noticia, sí. Pero algo más que periodismo. Kenya sirve de experimento para el proyecto que está en marcha en esa parte de Africa.
Odinga dijo que Obama tuvo tiempo en su campaña de las primarias en New Hampshire para llamarlo dos veces y para expresarle su preocupación por los acontecimientos en Kenya, y añadió que el líder norteamericano con vínculos familiares en Kenya le dijo que llamaría a continuación a Kibaki.
La crisis postelectoral de Kenya amenaza con extenderse rápidamente los países vecinos que habían conseguido mantener sus instituciones financieras y económicas en el marco de una Comunidad del Africa Oriental. El presidente de Rwanda, Paul Kagame, ha sugerido que la solución para Kenya es que el ejército tome el control del pais.
Ha llegado el momento de tomar medidas internacionales sobre Congo Kinshasa, Etiopía, Somalía y Sudán. La crisis de Kenya, con un número incontable de muertos y un cuarto de millón de desplazados, ha puesto en cuestión no sólo los resultados electorales sino el pasado del país desde la independencia.
En Zimbabwe se teme que después de ocho años de revueltas se acerca marzo de 2008 en que concluye el periodo presidencial de Robert Mugabe con un país en el caos y en la miseria. La descolonización era una cuestión de justicia, pero los términos en que se llevó a cabo demuestran la intrínseca maldad de las potencias colonizadoras que dejaron a sus antiguas colonias- tras matar a los dirigentes nacionalistas honestos- en manos de políticos locales corruptos. Así se garantizaron el dominio de los países, los llevaron a la ruina, causaron la muerte de decenas de millones de personas, y prepararon el regreso a un nuevo tipo de colonialismo bajo formas supuestamente democráticas.
Algo se mueve aceleradamente en Africa. Las antiguas potencias colonialistas han vuelto con el anuncio humanitario de ayudar a la gente a salir de su miserable atolladero.
Empieza a ser conocido el proyecto más importante: llegar cuanto antes a la Unidad Africana bajo un solo gobierno, siguiendo el modelo de la Unión Europea.¿Quién mejor para impulsarlo que un presidente “interracial”, ni enteramente blando, ni enteramente negro, ni medianamente mestizo, sino abiertamente guapo, simpático, hecho a sí mismo, hijo de cabreros y llegado nada menos que a la presidencia de la Nación más poderosa de la tierra?