Hace tiempo que me vengo preguntando esto y, a pesar de leer bastante sobre el tema, no encuentro respuestas satisfactorias. Me parece ilógico que tras 20 siglos de Humanidad hoy en día las personas sigamos aun viendo el sexo como algo estigmatizado, sucio, pecaminoso, prohibido, sorprendente, conflictivo, moralista, inmoral, sexista, escandaloso, etc. Hoy en dia cuando se habla de sexo la gente aun se ruboriza, se rie, o te suelta patrañas. ¿Por qué inquieta tanto el sexo?
Supongo que todo eso es el resultado de vivir bajo los efectos de culturas represoras que han visto en el control de la sexualidad una manera de manipular el alma de las personas. Cuando lees la Historia de la Sexualidad, descubres que el sexo se ha practicado en todas partes y épocas distintas bajo conceptos morales muy dispares y es que la moralidad nunca ha sido un conjunto estable. Lo que es mal visto en un lugar es tolerable o normal en otro. ¿Dónde está pués el límite moral en el sexo? Mientras que para unos será lícita y una práctica para otros será una aberración o un pecado. ¿Dónde se encuentra esa franja que delimita ambas posiciones?
La sexualidad ha ido evolucionando junto con la mentalidad del ser humano. Condenamos la violencia sin embargo vivimos constantemente en ella y encima construimos medios para propiaciarla y hacerla cada vez más sofisticada. Yo creo que a la sexualidad le pasa algo parecido en cierto sentido pero que, a diferencia de la violencia, la primera es gratificante cuando no atenta contra las personas. La violencia es una patología que genera una de los mayores negocios mundiales. En ese sentido recuerdo el brillante monólogo de la película “El Escándalo de Larry Flint” cuando el protagonista compara la ilegalidad de mostrar el sexo con la legalidad de la violencia en la hipócrita sociedad americana.
Nos consideramos una raza inteligente. Nos llamamos a nosotros mismos "hommo sapiens", lo cual significa hombre sabio. Pero si hacemos un poco de memoria y miramos a nuestro alrededor, vemos que no somos tan sabios como creíamos. El arqueólogo, antropólogo y paleontólogo español Eudald Carbonell i Roura dice que “somos primates poco humanizados. Aún no somos humanos. Para serlo, necesitamos liberarnos del comportamiento primate más elemental y desarrollar una forma de comportamiento inteligente en el que la cooperación y la distribución de los recursos estén por encima del individualismo".
No es de extrañar, pues, que sin una buena educación básica que transforme nuestros instintos malévolos, la violencia aún no se haya erradicado y que las guerras no sean cosa del pasado lejano, sino del presente más repugnante, incluso entre personas a las que les presuponemos cultura. Lo bueno es que si reprimimos el sexo. Como afirma el grupo musical Siniestro Total, “Nosotros somos seres racionales, de los que toman las raciones en los bares”. Según apuntan algunos psicólogos cognitivos, no somos racionales, sino seres racionalizadores. En general, nos guiamos por nuestras emociones y sólo posteriormente hacemos uso de la lógica para argumentar nuestras decisiones. Buena parte del comportamiento humano está condicionado por la cultura extrasomática, pero es indudable que otra buena parte está condicionada por nuestros genes. Estamos plagados de gilipolleces y eso hace que el mundo vaya como va.
Hoy en día se reprimen en televisión algunas escenas de amor y sexo, pero no hay límites con películas de violencia, guerras y asesinatos ... ¿Por qué existe pederastia entre la gente religiosa? ¿Por qué se condiciona a que la gente vaya vestida en la playa con dos piezas de ropa? ¿Por qué justamente se tapan los pechos y la zona sexual? ¿Qué tiene de distinto? ¿Por qué muestras la cara, las manos, los hombros, las piernas ... y no las zonas sexuales? La respuesta es simple: son dos franjas psicologicas de represión. El bikini no es más que la prolongación visible de la vergüenza y condicionamiento de las zonas llamadas “sagradas”. Mientras juguemos con ese doble juego siempre habrá distorsión moral. El sexo se ha reprimido a lo largo de la historia de todas las formas posibles.
Por suerte cada vez va aflorando más en algunas personas sabias un sexo inteligente, que ya no ve los fantasmas atemorizantes sino que escucha la voz directamente del deseo al cuerpo. Gracias a eso vemos más claramente las mentiras del pasado, mentiras que se fabricaron para limitar, coartar, dominar, atemorizar, controlar y manipular al ser humano. Porque las grandes instituciones religiosas han sabido que reprimiendo el sexo y la alegría se puede condenar y limitar la libertad de una persona. Y es que muchas veces no sabemos todas las enormes consecuencias que tiene la represión. Si se reprime el sexo se crea en la mente un archivo que nos funde como individuos, es como tener un virus recorriendo la mente sin cesar generando todo tipo de patologias obsesivas que dilapidan todo contacto inteligente y sensitivo con los otros.
En América, por ejemplo en Estados Unidos, Argentina, México, Brasil, las mujeres no hacen topless como en Europa. Incluso puede venir la policía y llevarlas detenidas. No se puede mostrar los pechos que sirven para amamantar niños ... ¿No te has preguntado qué tienen de malo que no pueden verse? Por suerte y por liberación, las mujeres europeas y sobre todo las españolas están más conectadas con su instinto y su deseo sin ponerle tapujos ni barreras. Los esquimales por ejemplo, te ofrecen la mujer si vas por su casa ... Ve a pedirle a un norteamericano que quieres compartir a su esposa ... Y no digo que hay que compartir a la pareja ni mucho menos, sino que tenemos que ver que la mente cambia en la visión sexual de unos a otros. Lo que para unos está bien y es natural, otros se rasgan las vestiduras y lanzan la ira contenida. Por ejemplo: ¿sabías que los judíos antiguos (algunos comentan que en la actualidad esta costumbre continúa), ponían una sábana con un agujero a la altura de los órganos sexuales para colocarla entre ambos cuerpos?. En todas las culturas se ve la sexualidad de forma distinta. Veámos algunos ejemplos más.
El sexo oral es ilegal en los estados de Arizona, Florida, Minesota, Lousiana, Carolina del Norte y del Sur, Utah y Virginia, sin embargo, hasta hace cincuenta años en las farmacias de Estados Unidos se vendían consoladores a las mujeres con una finalidad terapéutica: aliviar el estrés.
Las orgías dedicadas a Dionisio o Baco, divinidad masculina de la sexualidad, fueron al principio verdaderos rituales del amor. En ellos se ofrecía a los dioses un presente para propiciar sus favores, en forma de fertilidad femenina y terrestre. Con el correr del tiempo esta creencia perdió su base religiosa y se transformó en exceso hedonista. Una costumbre de aquellos tiempos, fue la prostitución sagrada. Con la que las mujeres atraían favores de las diosas protectoras de su pueblo.
Griegos y latinos conocían la importancia de desarrollar una sexualidad plena; buscaban, por lo tanto, cumplir el ideal de la vida sexual. Educaban a sus niños en el conocimiento de las funciones sexuales. Procuraban exaltar el erotismo. Las consideraciones grecolatinas sobre la sexualidad permitían, asimismo, conductas que otras culturas condenarían y perseguirían como por ejemplo, la noción de hombría que se manejaba en la época grecolatina no excluía las conductas homosexuales que no constituían gran menoscabo para la virilidad.
La religión judía fue de las primeras en reprimir la sexualidad, particularmente la de las mujeres que eran considerabas simples objetos sexuales. El cristianismo designó la sexualidad como algo impuro. El islamismo reprimió aún más ferozmente a las mujeres, y continúa esa injusta práctica hasta nuestros días.
La sociedad victoriana ostentaba varias contradicciones morales. Por ejemplo, exigía continencia sexual a las mujeres "decentes", y al mismo tiempo toleraba la prostitución como un vertedero inevitable de las necesidades "sucias" de los hombres. Lo peor fue que el concepto victoriano sobre sexualidad marcó los años posteriores con una serie de creencias equivocadas.
No cabe duda de que el sexo es un instinto que nos ha llevado por múltiples caminos e interpretaciones sin embargo y a pesar de tantísmas diferencias siempre ha habido algo en común y es que el sexo siempre está junto al ser humano. ¿Por qué? Porque el sexo es un fenómeno natural, adherido a nuestra existencia y también el medio de reproducción de la especie humana. El sexo es la forma en que dos seres pueden sentirse uno a través del deseo que es el puente que los une. El sexo revoluciona nuestra biología constantemente produciendo endorfinas, adrenalina, excitación y también apegos, dependencias, controles.
Todos los excesos son malos. Ni desenfreno descontrolado ni represión. Ni lujuria y morbo ni castidad y abstinencia. La inteligencia sexual nos indica cuando el sexo es un medio para crecer y sentir la unidad quitando todo sentimiento de vacío o límitación. Usando la conciencia podemos trascender nuestra condición animal y volvernos más humanos y más cercanos a la espiritualidad que mora en cada uno. Y es a través de la energía sexual canalizada que podemos ser más sensibles, más auténticos, más vitales, más jóvenes, más sonrientes, más felices. Porque si miras a los ojos de las personas, ese brillo especial, esa paz interna que surge de estar bien en muchos aspectos y en el sexual nos da la imagen de salud, de plenitud, de satisfacción.
Cuando las personas están bien sexualmente este bienestar se traduce a otros órdenes de la vida. El tema sexual está a flor de piel en todas las conversaciones, en las revistas, en los medios de difusión, en losanuncios publicitarios. Hay hambre sexual. ¿Por qué pasa esto con algo que llevamos dentro desde que la raza humana existe como tal? ¿Cómo es posible que seámos capaces de inventar increíbles tecnologías y sin embargo no sabemos ni como vivir nuestros instintos más básicos?
Mucha gente ya no se conforma con el típico acto sexual que dura unos minutos, es decir correrse y a dormir. Nuestra alma siente que hay una mística detrás del sexo que no hemos captado todavía, algo más que no ha sido revelado. Y esta mística es la posibilidad de sentir el sexo como una vía de acceso a una experiencia espiritual. La trascendencia de los instintos en pos de un viaje hacia la luz del alma. Y la mayoría de las religiones no han querido que esta puerta de vida esté abierta para la masa, por ello han grabado en el inconsciente colectivo el sinónimo de pecado, culpa y represión en la mente de la gente como quien programa un ordenador. Nietszche dijo: "Las religiones han tratado de matar el sexo pero no lo han conseguido, y ahora el sexo no está ni vivo ni muerto, sino envenenado".
La conciencia nos indica que no hay condena ni impedimento para que los amantes puedan sentir que vuelan hacia su cielo interior de placer y conciencia unidas, hacia un estado de profundidad espiritual a través del acto sexual.
¿Hasta dónde puedes llegar con el sexo? Osho dice que "el sexo es sólo el principio, pero si te pierdes el principio no podrás ver el final". Es la atracción energética, el deseo de ser uno, lo que Platón llamaba el recuerdo del andrógino, la vuelta a la unidad. En las hondas capas de nuestro ser lo que anhelamos es el origen primario, cuando no había dualidad sino la unidad original. El misterio. Un misterio que ha dado tanto movimiento a lo largo de la Historia. Claro, no es tan simple. Lo que primeramente se puede unir es la atracción energética, luego la atracción física y por último la atracción de las almas. Es una trinidad de luz que no siempre se produce. Por ello da tanto dolor de cabeza encontrar a la persona que te complete porque lo que hace que el amor sea mágico no es el acto, sino la sacralidad que lleva al acto. Este es un punto clave a la hora del éxito en la fabricación del fuego amoroso entre los amantes, de lo contrario con el tiempo viene el fantasma de la rutina, la falta de deseo y la búsqueda de nuevas energías.
Por ejemplo, la gente que practica la sexualidad tántrica se ríe, es abierta, no tiene defensas psicológicas ni emocionales, se expresan, son dulces, simples, divertidos, profundos. La meditación sexual aporta buen humor, claridad, es un eje donde se mueve todo el círculo de tu existencia en concordancia con la vida. No tienes frenos ni cositas raras en tu cabeza, y sobre todo, te ayuda a saber quién eres detrás de toda máscara.
Parece ser que todo indica que dentro de cada uno hay un dios y una diosa dormidos que esperan despertar. Por eso las religiosnes tiene ese poder de seducción en las persdonas, porque parece que todos llevamos dentros el recuerdo de esa conexión con algo intangible. Quizás no se tan loco pensar que venimos de alguna parte y esa sensación está grabada en el inconsciente colectivo como un arquetipo ancestral que aflora incomprensiblemnente de maneras muy diversas. No quiero irme de la olla pero no hay tanta fantasía en mis consideraciones.
Antes las sociedades enfocaban su dinámica e inteligencia hacia lo espiritual, mucho tiempo era aplicado para el conocimiento del ser humano, para la adoración a la belleza, para el respeto a los dioses, para el conocimiento del universo, para la grandeza del hombre, para los rituales sexuales. Ahora, hoy en dia, nuestras sociedad estás inmersos en actividades que muchas veces nos alejan de nosotros proyectando la sombra de la ilusión y la diversión hacia afuera. Hemos perdido esa capacidad espiritual, esa magia que nos conectaba con lo intangible. El fútbol, la play station, la televisión, la crema de moda, la crítica a la vida ajena, el acumular posesiones, el exceso de trabajo ..., ocupan el espacio interior de una persona más que como divertimento como parches a grandes huecos existenciales.
Quizás la clave de nuestra sexualidad está en el pasado, en esa larga evolución dónde la Humanidad perdió en algun momento de su camino ese equilibrio armónico que es el goce sexual y que en su ausencia generó una ansiedad brutal que condujo al nacimiento del control social y su abanico espantoso de perversiones, consecuencia todo ello de esa pérdida en algun punto de nuestra historia. Nos guste o no somo naturalmente hablando seres seuales y necsitamos el sexo para ancajar en nuestra condición humana. Nuestra autoafirmación en la actividad sexual pone de manifiesto nuestra doble identidad, natural de una parte, tendiendo a la supervivencia de la especie, y cultural, por la que seguimos un camino de progresiva definición de nosotros mismos, contradiciendo muchas veces la parte natural con la sensitiva; los conflictos sexuales se explican mediante la lucha entre el placer (libido) y supervivencia (ego), en la alternativa entre la pulsión a la vida (Eros) y la de la muerte (Thanatos). Hoy mantenemos estos términos pero la situación ha cambiado.
Los humanos somos complejos, cuanto más nos reprimen más nos encienden los deseos por conocer las cosas. Lo prohibido aviva nuestra imaginación y eso nos excita, probablementye porque lo vedado enlaza con lo desconocido y el ser humano es un ente que ambiciona saber. Dicen que “el placer está en lo prohibido”, por algo será. Por ejemplo, el porno no deja ser ser una incursión hacia esos mundos prohibidos que nos reprimen sobre el sexo.En este sentido recuerdo las colas que habia en Perpignan en los años 70 para ir a ver como Marlon Brando metía mantequilla en el culo de Maria Schneider para follársela por detrás (“EL Último Tango en París”), nada se veia pero el simple hecho de dejarlo entrever en un medio oficial rompia todos los esquemas de la represión acumulda durante tantos años.
La nueva sexualidad busca lo inmediato, quizás porque nos han reprimido tanto que ahora tenemos la psicológica necesidad de transgredir lo "oficialmente legal". Al sentirnos engañados por tantas mentiras el peligro está en caer en los excesos. Dicen por eso que para sentir la luz es necesario conocer la oscuridad, de ahi esa necesidad urgente de experimentar el lado oscuro del alma, ese Thanatos que yace oculto en toda la Humanidad y que precisa salir para liberarlo, vencerlo y transformarlo en algo útil, es decir, recuperar el estado del equilibrio perdido. Quizás me equivoque pero el tiempo dirá a que lado deberemos estar.
KarlFM.-