Eudald Carbonell Roura (Ribes de Freser, Cataluña, 1953) es uno de
los arqueólogos de más prestigio y proyección internacional. Desde el año 1999
ocupa la cátedra de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili y actualmente
es investigador principal del Grupo de Autoecología Humana del Cuaternario de
esta universidad e investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i
Evolució Social (IPHES), un instituto transdisciplinar que trabaja en los
principales yacimientos del mundo para averiguar el origen de las primeras
poblaciones humanas y que forma parte de la élite de la investigación
sobre la evolución humana. Como codirector del Proyecto Atapuerca y director
general de la Fundación Atapuerca, Carbonell es uno de los artífices del Museo
de la Evolución Humana, creado en Burgos, fruto de más de 30 años de
investigación en los yacimientos de Atapuerca (…) Al margen de su tarea
arqueológica, la socialización del conocimiento es una de las grandes
obsesiones de Carbonell. Así como la reflexión en el entorno de la evolución
humana y su futuro como especie, que ha plasmado en una amplia bibliografía en
la que hay libros como 'Planeta humano', 'La conciencia que quema' o 'El
nacimiento de una nueva conciencia'. En esta entrevista Carbonell se desgrana su
pensamiento, el cual apunta al colapso de la especie humana asegurando que
el coronavirus es el último aviso.
“El confinamiento es un proceso
de desocialización. Tenemos la vertiente psicológica y la social. Y cuando desocializamos
a una especie social, aparecen muchas contradicciones. Y eso mismo es lo que
está pasando ahora. Estamos desocializando nuestra especie y la estamos
resocializando en el espacio doméstico generando contradicciones
importantísimas para nuestra psique, pero al mismo tiempo que nos desocializamos
estamos hipercomunicados.
La revolución científico-tecnológica y la socialización de la
tecnología están corroborando las ventajas para el ser humano que tiene el uso
social de la tecnología. Nuestro cerebro ha producido esta hipersocialización
tecnológica, pero a la vez hay muchos espacios cerebrales que aún no la tienen
asumida. Pero ahora sí lo estamos incorporando. Es muy importante lo que está
pasando, porque esta vez hemos sometido nuestra evolución a contradicciones y a
incorporar el aprendizaje interacccionando continuamente con la tecnología (…)
La pandemia de la Covid-19 es absolutamente responsabilidad de los
humanos porque no hemos sido capaces de tener un protocolo universal ante una
pandemia como esta. Estos protocolos universales hace años que deberían estar
hechos ante la aparición de otras epidemias. Estos protocolos deberían ser de
estricto cumplimiento como especie, independientemente del país al que se
pertenezca o de cualquier otro criterio. Y que deben estar guiados
evidentemente por los epidemiólogos y virólogos. Por son la gente que tiene
capacidad de saber exactamente el tipo de funcionamiento biológico de estas
moléculas. Y esto no se ha hecho. Es curioso que muchos de estos científicos
han recibido más dinero en 48 horas que en toda su vida investigando (…)
Es el típico planteamiento
oportunista de las situaciones ligadas a la geopolítica y a las clases
extractivas. En esto encontramos unas contradicciones evolutivas importantes
que son consecuencia de estas visiones tan jerárquicas y oportunistas que
tenemos en los momentos históricos. Cuando
hay un peligro para la propia especie, no se puede estar discutiendo otras
cosas que no sean la supervivencia y la reproducción de la especie (…)
La organización social y política
de la humanidad en forma de estados con sociedades que pugnan entre ellas ¿es
lo que impide actuar como especie de forma solidaria y aplicar estos protocolos.
Lo hemos visto con lo que ha pasado ahora en la UE. La Unión Europea es una unión
de pies de barro no creada para la solidaridad sino para organizar cómo las
clases extractivas se llevan el dinero de la gente por la vía de los impuestos.
Con unas minorías de poder sociales y económicas que se aprovechan de los
estados para el robo y el drenaje continuado del dinero de la gente, en vez de
mejorar las condiciones sociales. Por eso cuando ha habido problemas desaparece
la Europa de Schengen y los estados
se vuelven fortalezas (…)
Las pandemias han existido
siempre, aunque es muy difícil poder encontrar evidencias. Pero hay que tener
presente que las pandemias funcionan a
partir de las cargas demográficas. No es lo mismo cuando esto afectaba a
200 o a 1.000 personas de un territorio hasta morir todos y no quedaba ningún
huésped del virus que pudiera continuar el contagio porque a muchos kilómetros
de distancia ni se enteraban. Ahora, en
un mundo globalizado y de grandes comunicaciones de transporte, los huéspedes,
que somos nosotros, se multiplican exponencialmente (…)
Habría que parar esta globalización y generar una conciencia crítica de
especie en la educación y formación que socialice la revolución
científico-tecnológica y que incremente la sociabilidad de los grupos y el
problema es que la hemos hecho mal. Es una globalización con pies de barro. No es una globalización social sino una
globalización dirigida por clases extractivas y esto hace que se tienda a la
uniformización del planeta cuando lo que habría que hacer es mantener la
diversidad y ser capaces de integrarla. Es decir, crear un consenso y que las
diversas conductas y culturas humanas pudieran aportar a la nueva síntesis todo
lo que sabemos y no perder memoria en el sistema. Es decir, la planetización.
Los humanos debemos evolucionar hacia una conciencia operativa. No
solo una conciencia abstracta. La gente cree que la conciencia es algo
abstracto pero no es verdad. Porque la
conciencia es la fusión de la inteligencia con la organización social de
nuestra especie (…) Si no
la adquirimos vamos hacia el caos (…)
Es preciso romper con las jerarquías, conseguir unos sistemas de
cooperación y de organización mucho más horizontales y de consenso que integren
todas las formas de pensar que hay en el planeta con el objetivo de sacar
siempre las mejores consecuencias. Esto ya ha pasado en nuestras culturas
que se han adaptado al clima, a los crecimientos demográficos y a muchas otras
cosas. Por lo tanto, hay una rica fuente de experiencia que hace que si sabemos
dónde queremos ir, la podemos utilizar para generar las condiciones nuevas de
nuestra especie (…)
Es la primera vez que el ser humano aplica una lógica de desafío
de nuestra propia evolución y de la selección natural y, mediante la selección
técnica cultural, establece mecanismos para evitar que la selección natural
actúe. Esto es un gran desafío a la evolución humana. Ahora se puede hacer
porque la biotecnología tiene los instrumentos capaces de llevarlo a cabo. Es
un hecho favorable a la supervivencia de la especie humana, pero cada vez más
automodificada genéticamente y probablemente en favor de unas conciencias
nuevas que aparecerán cuando en este planeta haya varios tipos de especies y
subespecies de humanos. Ahora estoy escribiendo sobre esto, que no es el futuro
inmediato pero es el futuro del futuro (…)
La modernidad y la tecnoeuforia
han provocado que como especie nos hayamos creído invulnerables, pero es un
engaño semejante a la idea del estado del bienestar. La gente tiene miedo a la
muerte y se esconde para creer que la muerte no forma parte de la vida. Y la
vida se tiene como algo inconmensurable. La vida es obviamente lo más
importante que hay, pero todavía estamos en esta fase de la evolución en que la
muerte es una solución de la vida por mucho que en un futuro se retrase y se
controle. El ser humano ha pensado
siempre que esto o lo otro no me pasará a mí. Y hasta que muere alguien cercano
no nos damos cuenta de que sí podemos morir. Forma parte de las respuestas
que la antropogénesis humana ha
construido con el hecho de no acordarse de lo malo (…) Con el engaño del estado
del bienestar me refería a cuando la socialdemocracia implantó esa idea de que ese
bienestar se instalaría en todas las clases medias, mucha gente se lo creyó (…)
y no pensó que continuaban funcionando la conciencia y la lucha de clases. Y
que no existía una conciencia crítica de la especie.
Después de pandemia lo que pasará
es que la gente dentro de un tiempo no se acordará. A no ser que se empiece a
plantearse lo que hace años decimos una serie de gente que estamos removiendo
la conciencia crítica de especie. De lo contrario, lo que pasará es que a la
próxima pandemia muy probablemente colapsará a la especie humana. De hecho, ya
hace tiempo que estamos colapsando, aunque la gente no se quiere dar cuenta.
Pero hace tiempo que estamos en el
horizonte de acontecimientos de colapso. Los epidemiólogos y los virólogos ya hablan de que los episodios de
ataque de estas moléculas son secuenciales y cada vez más exponenciales. Esto
forma parte de la defensa de la propia estructura biológica cuando hay recargas
demográficas y estas interacciones tan intensas e importantes. Tenemos concentraciones de 20, 30 y 40
millones de personas en metrópolis que son focos de crecimiento y de
complejidad muy importantes pero también suponen sobrecargas demográficas que
implican que los huéspedes de los virus sean difícilmente eliminables.
Además, los humanos no somos responsables del cambio climático pero hemos
contribuido a su aceleración y también interacciona con los hechos epidémicos.
Todo ello conllevará cambios sociales.
Este sistema que estamos viviendo en la Tierra, este capitalismo viejo,
caduco y acabado no es capaz de solucionar los problemas que genera. La
socialización del capitalismo ya supuso 200 millones de muertos con las dos
guerras mundiales. Por lo tanto, vamos hacia un nuevo sistema que o llegará de
forma natural, lo que sería un desastre, o de forma lógica, que es como debería
llegar. Si no se hace esto, lo que estamos haciendo es acelerar el colapso de
la especie humana. Y es muy probable que ocurra. Si esto coge inercia y genera
sinergia vamos realmente hacia un embudo evolutivo (…)
Esta pandemia es una oportunidad para cambiar el sistema. El problema
es encontrar quién se atreverá a cambiarlo. ¿Qué parte de la especie será
capaz de dar la vuelta al sistema? Yo no la conozco. Esta sería la mejor
ocasión porque ahora el mundo está en
paro técnico y en esta situación es cuando se pueden tomar medidas fuertes.
La Covid-19 es un aviso de este colapso. Nos ha puesto ante el espejo
de nuestra deslealtad con la propia especie. La covid-19 lo que ha hecho es
desestructurar un sistema que ya tenía muy poca estabilidad y mucho
desequilibrio. Con consecuencias
sociales y económicas evidentes. Y
ahora todavía tenemos recursos para la supervivencia, pero si se produce con
otras condiciones, las revueltas sociales y graves problemas que aparecerían en
el planeta sin estos excedentes llevarían a una situación de gran confrontación
de clases y de todo tipo.
En el marco de las posibilidades,
cualquier escenario es posible y esto quiere decir que es el último aviso. Los sistemas hasta ahora siempre han
cambiado de forma natural. La única vez que se ha intentado cambiar un sistema
por parte de los humanos fue la revolución socialista a partir de una
estructuración filosófica y no funcionó porque los humanos no estamos
preparados para este tipo de pensamientos tan evolucionados. Al margen de
este intento, los sistemas económicos
han funcionado siempre solos. El capitalismo no lo hizo nadie. Es de ignorantes
hablar de refundación del capitalismo porque no lo fundó nadie. Ahora tenemos
otra oportunidad para refundar el sistema desde la lógica y no desde el azar.
Si no lo hacemos, será el propio desequilibrio el que generará un sistema
nuevo.
El colapso de la especie humana puede llevar al enfrentamiento total
entre humanos e incluso a la depredación entre nosotros. En este colapso
hay varios escenarios. Si cuando se produce, hay alimentos para todos, la desestructuración
se puede dar en violencias no atomizadas. Pero si realmente llegamos al colapso
sin alimentos, y este es un escenario muy extremo que probablemente no llegará,
pero que hay que tener en cuenta, la depredación puede llegar a formas de
comportamiento que incluso pueden incluir el canibalismo. Como ya se ha visto
en otras ocasiones de la historia cuando no ha habido comida para todos. Esto a
la gente no le gusta que lo digamos y te acusan de apocalíptico y de querer dar
miedo. No lo digo para asustar sino para crear conciencia. Solo son escenarios.
Pero los escenarios son la forma que
tenemos de saber hacia dónde podemos ir.
¿Del colapso podemos pasar a la extinción de la especie humana? Esta
es la gran pregunta. Algunos microbiólogos lo defienden. Yo pienso más en un
escenario de colapsos consecutivos y de cambios estructurales. La socialización de la revolución
tecnológico-científica nos llevará no a un nuevo paradigma sino a un mundo
nuevo. Algo muy diferente que ahora mismo no podemos saber. Los cambios y
las transformaciones ya no serán tales, sino que darán paso a cambios de fase.
Serán fases diferentes con ruptura de la propia evolución. Con elementos nuevos
que ahora no conocemos ni sabemos cómo serán. Pero antes de que esto ocurra hay
que hacer planteamientos, como algunos nos hemos dedicado a través del
pensamiento, sobre qué hacer, qué es la conciencia operativa y la conciencia
crítica, cómo se debe socializar la revolución científico-tecnológica, como se
debe hacer la cooperación, por qué hay que destruir los liderazgos... Toda una
serie de cuestiones importantes que están pensadas no sólo desde el punto de
vista ideológico sino de supervivencia de la especie en un mundo como el actual
de 7.000 millones de especímenes humanos que como mucho puede llegar a los
10.000 millones y es cuando se producirán estos cambios estructurales a los que
ahora desconocemos si nos podremos adaptar o no. Además, sobre las teorías de la extinción de la especie humana, yo siempre he
pensado que esto no ocurrirá, entre otras cosas porque la tecnología permitirá
vivir en un futuro en otros lugares que no serán la Tierra (…)
Los liderazgos son lo peor de la humanidad. Debemos evitar los líderes
a toda costa y debemos ser capaces de crear autoconocimiento y
autoorganización. Habitualmente los líderes son los más imbéciles de todos.
No sabemos por qué, pero la selección natural también promociona ignorantes y
gente que es incapaz para los puestos de responsabilidad que ocupan y que
sirven siempre a las clases no inclusivas. Son
gente con poca capacidad para escuchar a quien se ha de escuchar, que son los
científicos, la gente que piensa de forma crítica, los que conocen los
mecanismos de la historia y, a partir de un consenso de especie, integrarlos
todos en pensar y discutir sobre los problemas para poder tomar decisiones.
Y obviamente debe haber una representación política, pero hay que votar a personas que sean consistentes y coherentes con esta
forma de pensar y no a personas incompetentes que normalmente son la mayoría y
que no tienen capacidad operativa de reacción ante problemas importantes.
Ante esta situación no parece que
pueda prosperar ningún proyecto político que vaya en la dirección de este
planteamiento... De esta crisis de la pandemia hay quien augura que surgirá más
individualismo y liderazgos fuertes, autoritarismo e incluso crecimiento de la
ultraderecha. A corto plazo es probable. A medio plazo es plausible que esto no
sea así. Ahora la historia está
acelerada. Estas crisis pueden provocar reacciones humanas de miedo. Pero los
sistemas que surgen duran poco porque la gente cuando pierde el miedo, los
tumba.
La especie humana, el Homo Sapiens después de
400.000 años de evolución, es la única que actualmente tiene una conciencia
global de especie importante. La tiene aunque no la utilice para mejorar sus
condiciones de vida porque sigue teniendo comportamientos jerárquicos de
animal. Porque somos animales sociales jerárquicos y gregarios. Pero ninguna
otra especie animal la tiene. Desde esta perspectiva somos una especie, al
menos ahora mismo, única y singular. Hace cientos de miles de años
probablemente todavía no, pero desde hace algunos miles de años sí tenemos esa
conciencia de especie. Ahora hace falta que sea crítica.”
Entrevista publicada en el diario 'Público'
Ferrán Espada (Barcelona, 12/04/2010)
https://www.publico.es/entrevistas/entrevista-eudald-carbonell-covid-19-aviso-conciencia-critica-especie-proxima-humanidad-colapsara.html