Los pobres se convierten en más pobres desde el momento en que saben, o
mejor dicho creen, que pueden dejar de serlo. Todos los países pobres quieren
abandonar su infortunio, la pregunta es si se puede. La respuesta de los
poderosos será, obviamente, que se puede, pero una catarata de errores y desaciertos,
de políticos corruptos y mala conjunción de astros los han privado de encontrar
el camino al desarrollo ... El mundo ésta planteado así, unos pobres otros ricos y, según las
cuentas, es materialmente imposible que los países pobres dejen de serlo. No
sólo porque los ricos no los dejarían, sino porque los recursos mundiales no se
lo permitirían. Por fríos y despiadados que resulten estos números, ellos están
ahí para recordarnos que, en realidad, la naturaleza del mundo en que vivimos
está basada en que solo las carencias de la inmensa mayoría pueden sostener el
derroche y la opulencia de la minoría de los habitantes de nuestro planeta; lo
demás, todo lo demás, está de sobra.
Alejandro Marcó del Pont
Platón, el gran filósofo griego de la
antigüedad, citando a Heráclito, nos decía que la corriente de agua de un río nunca
es la misma. En el fondo Platón nos avisaba que era necesario estar prevenidos
de lo que nos pudiera acontecer en nuestro devenir diario: nos venía a decir
que quien no aprende del pasado está condenado a sufrir
el presente. Lo natural de la vida es el cambio, pero los humanos
buscamos el orden y lo inalterable. La actual situación de España, obliga a
aceptar esta premisa de Heráclito.
Hay cosas por
las que un gobierno y una sociedad no dejar en manos de la incompetencia, el
trabajo, la salud, la enseñanza, el alimento y el hogar, son parámetros que
deben ser estables aunque se muevan y cambien. Si un gobierno o sociedad no es
capaz de asegurar dichos elementos, se convierte en un organismo precario, sin
capacidad. No es lógico que, después de tantos miles de años de esfuerzos, a
fecha de hoy, un país tenga que ver como su gente se derrumba por la avaricia y
la precariedad de políticas incoherentes, suicidas y corruptas. Una sociedad
así, es el síntoma de la pésima gestión de sus gobernantes, de sus bancos y de
los organismos implicados en todo el problema. Un país que no es capaz de
producir su propia riqueza, que no puede pagar y por ello deba endeudarse más
con préstamos foráneos, es un país que condena a sus ciudadanos, que aniquila
toda esperanza de crecimiento, por tanto sus políticos merecen ir directos al
caldero. No valen las excusas, el problema viene de muy lejos, y lo peor de
todo este desastre es que esto no nadie sabe cuándo y como terminará. Las
imágenes hablan por si mismas. España, ¡da pena!
KarlFM.
Desde 2008 se han producido cerca de 400.000 ejecuciones hipotecarias. En el primer trimestre de este año, el Consejo General del Poder Judicial reportó 46.559 desahucios. Cada día, 517 familias fueron desalojadas de sus hogares por incumplimiento de pagos.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), estima que a este
ritmo el país terminará el 2012 con más de 180.000 familias desalojadas. La legislación protege a los
bancos pero no a las personas que pierden su trabajo y no pueden pagar los
préstamos. En la época del auge inmobiliario el gobierno "facilitó crédito irresponsable" y que ahora anuncia
recortes en el gasto de educación y salud, mientras rescata a las entidades
financieras. La PAH recoge firmas para una iniciativa legislativa popular que
propone, entre otras cosas, la suspensión de los desalojos durante la crisis y
la asignación de viviendas desocupadas
para alquileres sociales.
Entre 1997 y 2007 se construyeron
390.00 viviendas al año en España, y los precios de la propiedad aumentaron un
200%. Hoy en día, las casas están vacías. Según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE)
para el censo de este año, entre 5 y 6 millones de viviendas en el país
estarían vacías, lo que representa el 20% del parque de viviendas
residenciales. Cataluña es una de las
comunidades autónomas más afectadas por la crisis de la vivienda. Allí se
produce el 20% de los desahucios de España, según el CGPJ. Según un estudio realizado por Cáritas, la pobreza es un fenómeno que
en los últimos años se ha hecho más extenso, más intenso y más crónico en el
país.
Liana Aguiar, periodista
(BBC Mundo)