Películas como "El
Padrino" nos han dado una imagen muy particular de los mafiosos. La
verdadera realidad de los "hombres de honor" de la Cosa Nostra es muy
distinta. Todas estas películas nos hablan de “hombres de honor”, llenos de
estilo, poderosos tanto en las formas como en las maneras, con un fuerte atractivo,
que sólo buscan cuidar de los suyos y de su familia. Y para cuidar de “los
nuestros”, en ocasiones, en un mundo cruel y salvaje, sólo les queda la
violencia como alternativa posible.
La Mafia nació en la región de Sicilia,
Italia, en donde se autodenominó Cosa Nostra. En su origen era una confederación
dedicada a la protección y el ejercicio autónomo de la ley (justicia vigilante)
y, más adelante, al crimen organizado. Sus miembros se denominaban a sí mismos
«mafiosos», es decir, ‘hombres de honor’. Los miembros de los distintos clanes
mafiosos emplean una serie de “códigos de honor”., inviolables, de los cuales el
más conocido es la omertá o ley del silencio. Actualmente el término
también se usa para simples grupos delictivos. Sin embargo, la realidad de la Cosa
Nostra, la mafia siciliana, no deja de mostrar casos muy alejados de esa
idílica imagen de los mafiosos y sus “códigos de honor”. La realidad de la Mafia siciliana nos descubre que el único código es el de la muerte y la
subordinación. Ese es el precio del poder en la Cosa Nostra.
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