martes, octubre 11, 2011

EL MIEDO A LA GRAN CATÁSTROFE ECONÓMICA


En economía se llama deflación a la bajada generalizada y prolongada del nivel de precios de bienes y servicios. Es el fenómeno contrario al de la inflación. Suele responder a una caída en la demanda y puede tener consecuencias más negativas que la inflación. La deflación puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir al menos sus costos fijos (entendiendo que el precio ya no alcanza para pagar los costes variables), por lo que bajan los precios. Con los precios bajando de forma generalizada, la demanda disminuye más, porque los consumidores entienden que no merece la pena comprar si mañana todo será todavía más barato. En la inflación, sin embargo, ocurre todo lo contrario, dado que los consumidores prefieren comprar antes los bienes de larga duración, para anticiparse a subidas de precios. Dado este círculo vicioso, la deflación se convierte en causa y efecto de la falta de circulación del dinero en la economía, porque todos prefieren retenerlo. Una deflación prolongada, puede tener efectos muy perniciosos en la economía nacional, dado que la industria no encuentra salida a sus productos y sólo tiene pérdidas al tener que afrontar costes fijos con ingresos menguados

Wikipedia.-

Sin consumo, los mercados se contraerán. Las empresas no invertirán, los comercios cerrarán, los carteles de ‘Se alquila’ proliferarán en las calles y los ingresos fiscales locales se desplomarán. Las empresas despedirán a sus trabajadores, y la economía se contraerá más. ¿Por qué no hablan los economistas de esos efectos de la deflación por deuda, que se han convertido en el fenómenos más destacado de nuestro tiempo? Abogan por dar más dinero a los bancos, en la esperanza de que, de una u otra forma, toda fuera a ir bien por ese camino; como si los bancos fueran a prestar dinero para financiar producción y empleo nuevos. Los economistas de la corriente dominante y los dirigentes políticos de ambos partidos no se preguntan porqué los bancos se sirven de esos obsequios para especular por doquiera, pagar a sus ejecutivos bonos y elevadas remuneraciones o para pagar dividendos, en vez de prestar a la pequeña empresa o hacer cosas que realmente pongan de nuevo en marcha a la economía. Eso no puede explicarse, si no nos percatamos de que el servicio de la deuda actúa como un sifón que extrae renta para inyectarla en un sector financiero incapaz de reciclarla, derivándola de nuevo hacia la economía de la producción y el consumo.

Michael Hudson.-

Ex economista de Wall Street especializado en balanza de pagos y bienes inmobiliarios en el Chase Manhattan Bank (ahora JPMorgan Chase & Co.), Arthur Anderson y después en el Hudson Institute. En 1990 colaboró en el establecimiento del primer fondo soberano de deuda del mundo para Scudder Stevens & Clark. Fue asesor económico en jefe de Dennis Kucinich en la reciente campaña primaria presidencial demócrata y ha asesorado a los gobiernos de los EEUU, Canadá, México y Letonia, así como al Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación. Es distinguido profesor investigador en la Universidad de Missouri de la ciudad de Kansas y autor de numerosos libros, entre ellos Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire. Michael Hudson es presidente del Instituto para el Estudio de Tendencias a largo plazo Económica.

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