miércoles, enero 09, 2008

ORDEN Y DESORDEN, PLACERES Y DISPLACERES DE LA RAZÓN Y LA IMAGINACIÓN

Nunca saben dónde están las cosas que necesitan. Tardan tiempo en encontrar las llaves, el otro par del zapato, esos papeles tan importantes ... Viven en un mundo caótico y desorganizado en el que no les es fácil hallar lo que buscan. SON LA RAZA DE LOS DESORDENADOS.

Se pasan el tiempo ordenando las cosas, alineando los objetos según una lógica personal; viven pendientes de la clasificación, de la simetría, de la obsesión, de rituales teatrales que convierten su vida en una total dependencia del orden extremo. SON LA RAZA DE LOS ORDENADOS CRÓNICOS.

Mantienen su vida según las leyes del orden lógico y razonable, ven la vida como una parte creativa, artística, económica y de sentido común, Suelen ser organizados, efectivos y siempre tienen todo a punto. No acostumbran a olvidarse las cosas porque todo lo preparan de antemano. SON LA RAZA DE LOS ORDENADOS LÓGICOS.

Thomas Middleton, dramaturgo inglés, dijo en cierta ocasión que "una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos”. Sin embargo, esta actitud puede ser perjudicial si las consecuencias que conlleva son dificultar y retrasar nuestras tareas y obligaciones. Muchas de las personas que no consiguen ser ordenadas suelen achacar el problema a la falta de tiempo, a la vida tan ajetreada que llevan, a las horas de trabajo o a las prisas. Para Paloma Méndez de Miguel, psicóloga de Activa Psicología, “la mayoría de las veces, el desorden es una conducta aprendida (generalmente los niños aprenden de sus padres, muchos de los valores que marcan nuestras futuras vidas se adquieren en la infancia a través de los hábtios de los padres). Muchas de nuestras conductas las aprendemos y las mantenemos por asociación. Además, estas personas suelen encontrar beneficios, aunque a corto plazo, como no tener que esforzarse o acabar antes una labor ya que el orden supone un mayor esfuerzo y consumo de tiempo”. No obstante, frente a esa supuesta rentabilidad del tiempo se contrapone otros inconvenientes que aparecen a largo plazo y que son fruto de dicha desorganización, como pueden ser la impuntualidad, la pérdida de eficiencia, el tiempo empleado en la búsqueda de elementos o la falta de entusiasmo.

El orden es lo opuesto a la desorganización, desorden, caos. Es un método organizado y coordinado de funcionar o desarrollar algo. Parece ser que para una parte de la población de este mundo ser ordenado es un problema. Hay gente que vive sin orden, sin conocer lo que es el placer de llegar y ver que todo está en su sitio, que el caos está corregido. Mires por donde lo mires la vida se basa en cierto orden sin el cual todo seria diferente y nada podría existir de manera organizada. La Naturaleza es ordenada, el Universo es ordenado, la evolución de la vida es ordenada. El orden es necesario, sin orden nada existiría, excepto el propio caos.

Ser ordenado es pues una virtud. Nadie va a convencerme que ser desordenado es positivo, aunque supongo ques eso depende de cada personalidad. Hay personas que consideran que pueden ser desordenadas, pero que siempre encuentran lo que buscan, si no se lo cambia de sitio. Sin embargo ess personas chocan cuando tratan de imponer su desorden en el mundo compartido, sea laboral, social y de pareja, o incluso en ciertos aspectos personales, como la limpieza, la alimentación, los estudios, la salud, los papeleos, las obligaciones, etc.

El ser desordenado-a va estrechamente relacionado con la pereza, entiéndase la falta de esfuerzo, luego ya vamos por dos antivirtudes que se encuentran como los polos Norte y Sur del cualquier imán, simplemente inseparables. Pero acaso ¿el desordenado nace o se hace? Esta vida está llena de “tonterías”, detalles insignificantes que sumados son capaces de dar al traste con una familia entera. Es de mal gusto ir cogiendo productos del supermercado y dejarlos en estantes diferentes, o libros de la biblioteca, etc... pero es preocupante si uno se obsesiona por alinear sus zapatillas con el margen de la cama, y todos los papeles sobre el escritorio siguiendo un diseño concreto, o disponer de los botes en la cocina según las leyes del Universo, etc... La vida exige orden, orden en las cosas, orden mental, orden en los sentimientos, orden en las aficiones e incluso en el ocio o pasiones. Imaginemos por un momento la Naturaleza sin orden, una sociedad sin orden, una empresa sin orden, una vida en pareja sin orden, un ser sin noción del orden en sus cosas ...... ufffffffffffffff!!!!!!!! resulta patético!!!!!!!


No entiendo porque hay gente que le gusta vivir rodeado de cosas amontonadas sin sentido, de espacios irracionales, descompuestos y sin belleza plástica ni poesía dinámica, con descalabro general y sintomatología preocupante. Son personas con desorden por ley, con puntos de avance y retroceso hacia aquí y hacia allá, sin timón. sin rumbo y con sus naves a la deriva. Son marineros que navegan por mares de algas, colisionando con todo tipo de arrecifes hacia islas inexistentes. Para mi el orden es la tendencia natural de las cosas porque genera control y el control aporta resultados consecuentes, seguridad y economía en los tiempos y en los espacios.

Sin embargo hay otras personas que entienden el desorden como un estado natural de orden, aunque éste podría llegar a marcar un verdadero estado de confusión y tensión en nuestras propias vidas. Para estas personas existe un caos organizado.

La mayoría de las ocasiones, el desorden es una conducta aprendida, la cual, la aprendemos en primer lugar, y luego la seguimos manteniendo por asociación. para algunas personas puede ser positiva, como el dramaturgo inglés Thomas Middleton cuando dijo que “una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos“.

Sin embargo, para otras, esta actitud puede llegar a ser perjudicial si las consecuencias que conlleva son dificultar y retrasar nuestras tareas y obligaciones, impidiendo así desarrollar nuestra vida diaria con plena normalidad.

¿Es la gente desordenada más productiva?. Un "caos organizado" te permite ser mas eficiente y productivo. El empeño que se "gasta" en ser organizado todos los días gasta dinero y tiempo, pero dejar que tu trabajo se quedecomo lo dejas, permite que se tenga (supuestamente) un mejor flujo de trabajo y permite cambiar de tareas "suavemente". Producir es una cosa, pero alguien debe ordenar la producción. No imagino una máquina produciendo constantemente, llenando montañas de resultados sin que nadie ponga orden a tales producciones. Por tanto según mi criterio la gente desordenada no es más productiva, porque hay desordenados que no son productivos como hay ordenados que si lo son; todo productor precisa que alguien o algo ordene sus producciones. Es cierto que la propia persona puede tener un sistema de ordenamiento que solo el mismo entienda. Si solo él lo entiende no creo que ese sistema lo haga mas productivo. Por tanto, dudo que se pueda decir si alguien con un escritorio desordenado o no sea más productivo. Quizás sea desordenado fisicamente pero muy ordenado mentalmente, o al revés.

Hay algunas características de personalidad que se asocian más o menos a personas desordenadas. “Habitualmente, el desorden suele darse en seres poco perfeccionistas, que no necesitan tener el control del entorno. Aunque puede darse el caso contrario; esto es, personas muy perfeccionistas que no ordenan porque piensan que no disponen del tiempo necesario para hacerlo a la perfección. Sin embargo, suele ser más común el primer caso. También, se da en personas con escasas habilidades de resolución de problemas, falta de planificación o una mala gestión del tiempo”, señala Paloma Méndez. De todas formas, la psicóloga aclara que no se puede hablar tanto de tipos de personas como de grados de desorden o contextos de desorganización. En muchas ocasiones, los individuos son desordenados en un contexto específico, pero no en otros. “Existen personas que en el trabajo son muy organizados pero en casa son un desastre. También se da el caso de personas que tienen las cosas aparentemente desordenadas pero son capaces de encontrar cualquier cosa. A esto se le conoce como el ‘desorden ordenado’ o un orden no ortodoxo”, explica Méndez de Miguel.

Ya no se trata de una cuestión de estética, ni de agilizar nuestras actividades, ni siquiera de saber dónde encontrar lo que buscamos. La desorganización puede tener consecuencias negativas para nuestro bienestar. “El desorden puede aumentar el nivel de estrés, ya que éste se produce cuando las demandas del medio superan los recursos. Si no encuentras las cosas que necesitas puede producirse un goteo constante de estrés o de falta de motivación”, aclara Paloma Méndez. Por esta razón, es necesario un cambio de actitud que nos ayude a mantener una organización. Un cambio que no es fácil, pero que se puede lograr si se está dispuesto a realizar el esfuerzo que conlleva. “Es imprescindible marcarse objetivos concretos y sencillos. No se trata de dar un cambio radical, sino de ser perseverante. Por ejemplo, si algún día se deja algo tirado no hay que darse por vencido. Una buena forma de empezar es establecer pequeñas metas que siempre facilitarán la tarea y aumentarán la motivación”, concluye la psicóloga.

Para avitar el desorden se recoimiendan diez tips:
  1. Definir un lugar para cada cosa.
  2. Empezar poco a poco, comenzando con una pequeña porción, e ir colocando todo en su sitio, detenidamente y con cierta tranquilidad.
  3. Crear rutinas o hábitos.
  4. Limpiar a medida que progresamos.
  5. Utilizar una cosa y volverla a dejarla en su lugar original.
  6. Utiliza un documento o alguna nota para mantener en orden.
  7. En lugar de tener papeles, facturas, o documentos por todas partes, una buena opción es la de tener un archivador.
  8. Un calendario es una opción muy buena, para incluir tareas importantes pendientes, cuestiones diversas personales, aquello que tengamos que hacer en un futuro.
  9. Aprender a usar y consultar una agenda para organizar nuestra actividad diaria.
  10. Disponer de una dia semanal para organizar nuestras cosas.
Cómo decía Paul Claudel, " El orden es el placer de la razón pero el desorden es la delicia de la imaginación."

KarlFM.-

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