Ser Dios siempre ha sido el gran reto
del ser humano para alcanzar el sueño de su absoluta perfección. No contento
con ser lo que es, el hombre ha usado y seguirá usando, todas sus capacidades
para desafiar lo que la Naturaleza, por si misma, engendra de forma simple,
eficaz y sin margen de error. La búsqueda de la máxima belleza, la
inmortalidad, la creación de la vida, la conquista del universo, el dominio
total de los elementos y de otras naciones, asi como cualquier cosa que, para bien o para mal, seduzca su
alma, queda inmediatamente abducida por su desmedida ambición. Por tanto, llegar a ser Dios, como ente y fuente inagotable
de infinito poder, es el deseo más profundo que late en el interior de los
humanos, especialmente de todos aquellos que controlan el funcionamiento de la
Humanidad. Es por ello que la modificación
arbitraria del clima es una ambición más, un reto y un hecho que ya no pertenece a los relatos de
la ciencia ficción ni a los textos sobre las entidades divinas.
Antiguamente la observación del clima siempre ha fascinado al ser humano, de hecho, antes de las batallas, los grandes estrategas usaban ya las inclemencias climáticas para obtener ventajas sobre ellos mismos o desventajas contra sus enemigos. Asimismo, el clima ha sido responsable de sacrificios, adoraciones y todo tipo de hechos y hazañas que han marcado el destino y desarrollo de las culturas. No existe marco cultural donde el clima no se halle representado de una manera u otra. Ese viejo recuerdo, sigue alimentando y moviendo la insaciable necesidad humana por controlar las cosas.
Desde hace
varias décadas el hombre está experimentado y manipulando sobre el clima y sus diferentes estadios con
el fin de producir cambios en el mismo, prevenir climatologías extremas y dañinas, armónicas y beneficiosas, pero también
como fuente poderosa de sofisticadas tácticas y estrategias militares para provocar desastres naturales
contra supuestos enemigos o rivales molestos. Dicho de otro modo, la manipulación intencional del clima, sea para objetivos positivos o negativos, empieza a ser un problema que preocupa y asusta a las personas ya que la sociedad actual demuestra, día a día, hasta que punto la Humanidad está siempre al borde de su
final.
Los proyectos HAARP (Estados Unidos) y SURA (Rusia), respectivamente, han desarrollado ya estas tecnologías capaces de hacer reales este tipo
de manipulaciones sobre el clima y otros objetivos; de hecho, lo llevan haciendo desde hace tiempo y quien piense
lo contrario es que realmente vive de espaldas a este mundo. Retrocedamos un poco en el tiempo. Las técnicas de modificación
medioambiental han sido aplicadas por EEUU durante más de medio siglo. El
matemático John Von Neumann, junto
con el departamento de defensa de EEUU, comenzó su investigación sobre
modificación del clima a finales de 1940, en plena Guerra Fría, y en aquellos tiempo ya predijo la aparición de formas de guerra climática todavía no imaginadas.
Durante la Guerra de Vietnam, se
emplearon técnicas de sembrado de nubes
con el Proyecto Popeye, cuyo
objetivo era prolongar los monzones en la zona a fin de bloquear las rutas de suministro a lo
largo del corredor Ho Chi Minh.
Hoy en día los militares norteamericanos han desarrollado
capacidades mucho más avanzadas que permiten alterar selectivamente los patrones
del clima: el Programa de Investigación de Aurora Activa
de Alta Frecuencia o coloquialmente conocido como la Guerra de las Galaxias o HAARP, permite estas alteraciones. Los rusos tienen el mismo equivalente con SURA, un proyecto de estimulación ionosférica del que pocose sabe pero según dicen es mas potente que su homónimo norteamericano.
Desde un punto de vista militar, HAARP está considerada un arma de destrucción masiva,
ya que operando desde el exterior de la atmósfera, es capaz de desestabilizar, entre otras funciones, cualquier sistema ecológico y agrícola del planeta. Es por ello que los Estados Unidos y Rusia persiguen,
a toda costa, mantener la hegemonía de esta tecnología a fin de controlar el clima y otros aspectos considerados como seguridad nacional. ¿Pero qué se sabe realmente sobre estas tecnologías?
SURA o Instalación de
Calentamiento Ionosférico, es un centro ruso de
investigación ionosférico ubicado cerca de Vasilsursk, a unos 100 km al este de Nizhniy Novgorod, Rusia. SURA fue instalada en 1981. Con el uso de este mecanismo, los
investigadores rusos estudian el comportamiento de la ionosfera y el efecto de
la generación de emisión de baja frecuencia sobre la modulación de la misma. Cabe mencionar que sobre este aspecto el meteorólogo norteamericano, Scott Stevens, acusó a Rusia de
estar detrás de ciertas actividades que podían repercutir en la actividad
atmosférica causando graves desastres como el huracán Katrina que devastó
New Orleans. Según este autor, Rusia ha construido un equipo secreto para causar un
impacto perjudicial en el tiempo atmosférico y así volver a la era soviética de la Guerra Fría. En contrapartida, durante el 2002, la tecnología HAARP tuvo una mención especial en la Duma
(parlamento) de Rusia, cuando su presidente afrirmó que las antenas del HAARP podían usarse como armamento de terrible poder destructivo.
Los Estados Unidos están creando nuevas armas
integrales de carácter geofísico que puede influir en la tropósfera con ondas
de radio de baja frecuencia ... Este nuevo tipo de armas difiere de las de
cualquier otro tipo conocido ya que la tropósfera y sus componentes se
convierten en objetos sobre los cuales se puede influir.
Vladimir Putin
A HAARP se le ha culpado por accionar
catástrofes de proporciones bíblicas tales como inundaciones masivas, sequías
devastadoras, potentes huracanes, tornados y tormentas eléctricas, y
devastadores terremotos en Afganistán y las Filipinas, dirigidos a la agitación
de terroristas. También se le ha acusado de haber provocado los principales
apagones en el oeste norteamericano, la caída del vuelo 800 de la TWA,
enfermedades misteriosas como el Síndrome del Golfo o el Síndrome de Fatiga Crónica. Algunos afirman que HAARP es un aparato de control mental que provoca
la alienación de los jóvenes, como los que causaron la masacre del Instituto
Columbine y en otros lugares (inclusive se venden dispositivos que bloquean las
emisiones del HAARP que alteran la mente). Se ha descrito como un arma capaz de
hacer un escudo antimisiles, o como un rayo de la muerte que podría convertir
el planeta Tierra en un lugar inhabitable, se ha dicho que interfiere con las
migraciones de las aves, que es un arma diabólica fabricada por las fuerzas del
Anticristo, un disruptor de comunicaciones global, un aparato que causaría que
la tierra girase fuera de control y que es un sistema vinculado a actividades
de ovnis.
David Naiditch
Investigador informático
HAARP es un costoso programa financiado
por la Air Force and U.S. Navy, la Defense Advanced Research Projects Agency
(DARPA) y la University
of Alaska. Oficialmente su objetivo radica
en estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para favorecer las
radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia, tales como la detección de
misiles. Las actividades del programa se realizan en la HAARP Research Station,
una instalación situada cerca de Gakona,
en Alaska, pero se sabe que otras estaciones HAARP o SURA están repartidas por otras zonas. Extraoficialmente ambos
proyectos han sido acusados de ser los causantes de una amplia gama de eventos extraños,
incluyendo numerosos desastres naturales.
Los diarios científicos señalan
que HAARP, al margen de lo dichos, es
capaz de causar auroras boleares artificiales, alterar y dejar fuera de
combate a las estaciones de radar de los sistemas de detección de
misiles balísticos, dejar incomunicados los submarinos en el océano e incluso
detectar los complejos subterráneos secretos del enemigo. La emisión de
radiofrecuencia es capaz de perforar a través de la tierra y examinar
autopistas y túneles subterráneos, puede quemar componentes electrónicos
y a la postre destruir satélites espaciales. Casi nada.
Según el informe de Air Force United States denominado como AF Final Report 2025, el HAARP ofrece al combatiente una amplia gama de
posibles opciones para defenderse o atacar al adversario, capacidades tales
como la creación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos. La
modificación del clima es y será parte de la seguridad doméstica, nacional e
internacional y podría ser llevado a cabo, de forma unilateral, como
aplicaciones ofensivas, defensivas y de espionaje. La capacidad de generar
precipitaciones, tormentas, niebla sobre la tierra o modificar el clima del
espacio … y la producción de crear clima artificial son todas ellas parte
integrante de una gama de tecnologías militares.
Lo curioso es que según la Asamblea General de las Naciones Unidas,
las manipulaciones
climáticas fueron prohibidas y ratificadas por una convención internacional firmada en Río de Janeiro durante 1992. A pesar de ello, válgase la hipocresia política, la manipulación de patrones
climáticos y sistemas de comunicaciones y energía como armas de guerra global
contra países enemigos, ecosistemas, agriculturas, mercados de materias primas y
financieros, es tolerada de forma encubierta lo que permite a los EEUU dominar regiones enteras de planeta.
La guerra climática amenaza el futuro, y aunque casualmente las actividades y finalidades de estas armas geofísicas ha sido
excluidas de los informes de la IPCC (Panel
para el estudio del Cambio Climático, organismo que recibió en 2007 el Premio Nobel de la Paz), el uso de las mismas es una actividad constante. Sin duda alguna, 2007, pasará a la
historia como el año en que la mentira sobre el cambio climático se hizo
oficial, entrando, de forma perfectamente guionada, en nuestras escuelas, en nuestras vidas, en los medios de
comunicación y en todas las agendas gubernamentales internacionales, contando historias completamente carentes de sentido.
La negación permanente de todo lo
que se plantea por parte de quienes analizan la realidad de una forma mas
crítica, es simplemente necedad y ceguera irresponsable de quienes ni siquiera
se preocupan por educarse, ni de educar a sus hijos acerca del planeta en que
vivimos y sobre la forma en que funciona el sistema en que nos ha tocado vivir.
Desgraciadamente por culpa de ellos, por culpa de quienes prefieren vivir
permanentemente con una venda sobre los ojos, el resto de la Humanidad vive
estancada, atrapada y obligada a esperar permanentemente a que la conciencia de
los otros, alterada, dormida, deshumanizada, huidiza, infantil y
subdesarrollada, ofrezca la oportunidad a los seres humanos del planeta (y,
consecuentemente al planeta en su globalidad) de sumar un número suficiente
como para consolidar una alternativa a este mundo, de guerras silenciosas,
criminales y genocidas.