Federico Bebber es un artista digital italiano que genera obras cargadas de lirismo y pesadilla, un marco gráfico donde todo se reforma en tonos grises y blanco & negro depurado hasta llegar a configurar un mundo duro de sensaciones escalofriantes. Gráficamente son trabajos muy bien detallados, cuyos trazos configuran un realismo extremo que sobrecoge la capacidad observativa del espectador. Son artes finales que se modelan en torno a rostros que se desgarran como cuerdas tendidas entre la angustia, la desesperación y el éter del sufrimiento más arraigado; es puro dolor anímico, sollozos emergentes en busca de sosiego, una especie de segregación anímica que rezuma desarrollo psíquico escarbando, paso a paso, la piel del inconsciente hasta completar su salida por los escapes emotivos de las expresiones.
Apenas se conocen datos de este misterioso artista, sus pasos biográficos por la red son prácticamente inexistentes, salvo escuetas pinceladas de algunos admiradores secretos en sus blogs, como el presente. Ni siquiera cuenta con web propia de la que se comenta que desde hace tiempo sigue sumergida en construcción. Probablemente son almas que operan desde la oscuridad, desde el anonimato más inquietante e íntimo ya que para plasmar obras de esta índole hay que sentir una vorágine endógena específica que te conduce a sentir e imaginar aquello que circula a velocidad de vértigo por las neurosinapsis. Pero como alguien sabio dijo en cierta ocasión en arte lo que importa es la obra en si misma cuanto menos el artista.
Apenas se conocen datos de este misterioso artista, sus pasos biográficos por la red son prácticamente inexistentes, salvo escuetas pinceladas de algunos admiradores secretos en sus blogs, como el presente. Ni siquiera cuenta con web propia de la que se comenta que desde hace tiempo sigue sumergida en construcción. Probablemente son almas que operan desde la oscuridad, desde el anonimato más inquietante e íntimo ya que para plasmar obras de esta índole hay que sentir una vorágine endógena específica que te conduce a sentir e imaginar aquello que circula a velocidad de vértigo por las neurosinapsis. Pero como alguien sabio dijo en cierta ocasión en arte lo que importa es la obra en si misma cuanto menos el artista.
KarlFM.-
