“Tres fenómenos constituyen la base de la forma más maligna
y peligrosa de la orientación humana; el amor a la muerte, el narcisismo maligno
y la fijación simbiótico-incestuosa. Las tres orientaciones, cuando se
combinan, forman el síndrome de decadencia, lo que mueve al hombre a destruir
por el gusto de destrucción, y a
odiar por el gusto de odiar. En oposición al "síndrome de
decadencia" describiré el síndrome de crecimiento, que
consiste en el amor a la vida (en cuanto opuesto al amor a la muerte), el amor
al hombre (opuesto al narcisismo) y la independencia (opuesta a la fijación
simbiótico-incestuosa). Cada individuo avanza en la dirección que ha elegido:
la de la vida o la de la muerte, la del bien o la del mal.”
ERICH FRÖMM ("En el corazón del hombre")
A fines de la Segunda Guerra Mundial, los físicos alemanes
luchaban para lograr una bomba atómica y otras “armas secretas antes que los
Estados Unidos” pudieran hacerlo. Querían evitar la inminente caída del Tercer
Reich. Pero los científicos de Hitler (éste había expulsado a Einstein de
Alemania), no pudieron lograrlo.
Curiosamente, Argentina, que se había mantenido neutral
durante la guerra y, gracias a eso, había acumulado grandes reservas, ahora
importaba científicos y técnicos del extinto Tercer Reich, quienes se
encontraban a las órdenes de un nuevo líder: el General Juan Domingo Perón.
Cuando aún la Unión Soviética no tenía aun su primara Bomba
“A”, Argentina ya estaba trabajando en el desarrollo de la energía nuclear
mediante un método novedoso y único llamado la “Fusión Nuclear Controlada”.
Mediante este método Argentina podía abastecerse de energía ilimitada y ser infinitamente
más poderosa que el método norteamericano.
¿Era posible que las potencias triunfadoras permitieran que
un país como Argentina, que había declarado la guerra al Tercer Reich pocas
semanas antes de su derrota, desarrollara un plan independiente de energía
nuclear que nadie, fuera de los Estados Unidos, poseía?
¿Era tolerable que los
avances en tecnología atómica en Argentina se debieran a la cooperación de
científicos alemanes del extinto Tercer Reich? ¿Acaso la “Tercera Posición” que
proclamaba el general Perón, equidistante del capitalismo y el comunismo,
encubría a un posible “Cuarto Reich” en América del Sur?
¿Por qué la propaganda
oficial de los Estados Unidos hizo todo lo posible por identificar a Perón con
los nazis? ¿El plan nuclear argentino incluía también el desarrollo de una
bomba atómica, aquella que no llegó a lograr Adolf Hitler?
Lo cierto es que, a comienzos de 1951 Argentina anunció al
mundo el éxito de su plan nuclear secreto, haciéndose eco no solo la prensa
argentina, sino la internacional. En la Casa Rosada el Presidente Perón y el
científico austríaco Ronald Richter declaraban que el 16 de febrero de 1951, en
la distante isla Huemul, en la Patagonia Argentina, se realizó la primera
“fusión nuclear controlada” de la historia… Perón ya soñaba en voz alta con un
submarino de propulsión nuclear de industria argentina. ¿También con la bomba
atómica celeste y blanca…?