"Yo las violaba después de muertas, ésa era mi satisfacción. Soy culpable, ya confesé con lujo de detalles y no me fastidien más".
Ésta fue la fría y chulesca declaración de Gilbert Antonio Chamba Jaramillo, apodado el Monstruo de Machala, frente a decenas de periodistas, el 19 de abril de 1993, cuatro días después de ser detenido. En los últimos cinco años había violado y matado a varias mujeres en Machala, la mayor ciudad de la provincia ecuatoriana de El Oro. Este asesino en serie dejó una macabra lista de asesinatos que provocaron una psicosis colectiva en el país. De todas las víctimas atacadas, sólo una corpulenta prostituta logró salvar la vida. Cuando fue apresado tenía 32 años. Estaba casado y con dos hijas.
Chamba fue cabo primero del ejército, antes de dedicarse al taxi. Su facilidad de palabra y vestimenta de militar hacía que las jóvenes ecuatorianas (por lo general de 17 a 24 años, aunque también mató a dos menores de 14 y 16 años) lo acompañaran hasta una vieja casa, donde las torturaba, las asfixiaba y en medio de su agonía aprovechaba para violarlas. En aquellas paredes escribía los nombres de sus víctimas y, como era su costumbre, dejaba en el escenario del crimen un cordón amarillo. "Primero le ponía una mano en la boca, la otra en la garganta y así las mataba, pero para asegurarme luego las ahorcaba con una cuerda o alambre", añadió Chamba.
Cecilia Cajamarca fue su primera víctima. Chamba la invitó a comer sandía y le propuso una cadena de oro y dinero a cambio de mantener relaciones sexuales. Ante sus negativas, la mató clavándole un vidrio. Unos días después asistió a su entierro a darle el pésame a los padres de la víctima. La última víctima en Ecuador fue Sara Eliana, una adolescente de 16 años. Chamba aprovechó que se quedó dormida en el taxi para llevarla a un paraje despoblado, donde la mató.
El Monstruo fue sentenciado a 16 años de reclusión mayor por cada caso, pero en Ecuador no se acumulan las penas. Además, pudo beneficiarse de la Ley 2 x 1 que reduce a la mitad las condenas de los sentenciados. Eso hizo que Chamba saliera de la cárcel a mediados del año 2000, tras cumplir apenas 7 en prisión. Una vez libre lavó sus antecedentes; Ecuador es el único lugar en el mundo donde se pueden borrar, a cambio de una suma de dinero, los antecedentes penales. Inmediatamente después emigró a España, por temor a que algún familiar de las víctimas lo asesinara.
Chamba no tuvo dificultades para ingresar a España en el año 2000. Tras instalarse en Lleida, trabajó con los papeles en regla como controlador del aparcamiento del campus universitario de Lleida. El 24 de noviembre del 2004, violó y mató a María Isabel Bascuñana, una joven catalana estudiante de Derecho que aparcaba su vehículo en el parking para asistir a las clases. El 25 de noviembre del 2004, la policía encontró el cadáver de la chica en el maletero de su coche. Una semana más tarde, los Mossos d’Esquadra detuvieron a Gilbert Antonio Chamba Jaramillo, de 43 años y nacionalidad ecuatoriana. Las pruebas de ADN confirmaron su autoría.
Un periodista ecuatoriano le reconoció tras ver una foto suya publicada en un periódico e inmediatamente investigó por Internet: "Fue tan sencillo como ir a Google, poner el nombre de este señor, poner Machala, y allí encuentré la lista de las ocho mujeres que Gilberto había matado en Ecuador cuando trabajaba como taxista”. Gracias a esto se supo que Chamba era un asesino en serie condenado por matar y violar a varias chicas en Ecuador.
Chamba no tuvo dificultades para ingresar a España en el año 2000. Tras instalarse en Lleida, trabajó con los papeles en regla como controlador del aparcamiento del campus universitario de Lleida. El 24 de noviembre del 2004, violó y mató a María Isabel Bascuñana, una joven catalana estudiante de Derecho que aparcaba su vehículo en el parking para asistir a las clases. El 25 de noviembre del 2004, la policía encontró el cadáver de la chica en el maletero de su coche. Una semana más tarde, los Mossos d’Esquadra detuvieron a Gilbert Antonio Chamba Jaramillo, de 43 años y nacionalidad ecuatoriana. Las pruebas de ADN confirmaron su autoría.
Un periodista ecuatoriano le reconoció tras ver una foto suya publicada en un periódico e inmediatamente investigó por Internet: "Fue tan sencillo como ir a Google, poner el nombre de este señor, poner Machala, y allí encuentré la lista de las ocho mujeres que Gilberto había matado en Ecuador cuando trabajaba como taxista”. Gracias a esto se supo que Chamba era un asesino en serie condenado por matar y violar a varias chicas en Ecuador.
¿Cómo mató Chamba a Maria Isabel Bascoñana? El asesino se encontraba en el parking cuando Maria Isabel fue a recoger su coche. Asaltándola por la espalda le tapo la boca con la mano para evitar que gritara y la dirigió hacia la última planta del aparcamiento, que siempre permanecía vacía. El agresor arrojó a Isabel al suelo y comenzó a violarla al tiempo que la asfixiaba con un pañuelo. Pese a los intentos de la joven por defenderse del brutal ataque, murió asfixiada en el suelo del parking. El asesino volvió a vestirla y algunas de las prendas quedaron del revés y manchadas con restos de hollín y polvo. Cuando terminó utilizó el coche de Isabel para trasladar su cuerpo, cubierto con una bolsa de basura industrial, hasta el barrio de La Bordeta en Lleida (http://www.telecinco.es/elpuzzleblanco).
Según los expertos Chamba presenta un perfil de psicopatía sexual integrada con falta de empatía hacia sus víctimas y una profunda desviación sexual consistente en la necesidad de unir la satisfacción sexual por actos violentos a la muerte". La Audiencia de Lleida le condenó a 45 años de prisión por asesinar y violar a la estudiante María Isabel Bascuñana y por el intento de asesinato y violación de una prostituta. Actualmente Chamba está ingresado en la cárcel de Ponent (Lleida) y para evitar las agresiones del resto de presos, permanece en el módulo de ingresos.
¿Cómo un criminal puede traspasar las fronteras con su historial de antecedentes limpio?. ¿Cómo alguien con tantos asesinatos detrás puedo entrar en España y legalizarse por arraigo?, ¿y que además lo hubiera podido hacer saltándose casi todos los trámites legales? ¿Es lo suficientemente estricto el control internacional de asesinos que han cumplido condena?.¿Cómo es posible de que esta bestia haya llegado aquí?. ¿Y qué otra vez lo estén juzgando aquí por lo mismo después de ocho muertes más?.¿Quién ha consentido que llegue este individuo aquí?".
No cabe duda de que política y crimen están relacionados. Muchos asesinatos se producen por inseguridad, carencia de control, por diligencia, errores en la Justicia, en la sociedad, pordotación, sensibilidad y falta de previsión de las políticas que se aplican, entre más causas. El caso del Monstruo de Machala es grotesco dado que el asesino fue detenido por la policía de su país pero recibió a cambio un castigo leve, casi inexistente respecto al drama que causó y encima luego se le permitió reiniciar su vida. De haberse aplicado con extrema dureza la ley en el mismísimo Ecuador, María Isabel Bascuñana seguiría viva y a fechas de hoy será abogado, madre de familia y viendo crecer a los hijos que nunca tendrá. Los errores se pagan caros pero cuando los causa la Justicia éstos suelen ser irreparables porque ya no devuelven la vida a quienes perdieron la vida a causa de ellos.
Fuentes consultadas:
Crimen y Criminales. Claves para entender el mundo del crimen.
Biblioteca del Crimen
Francisco Pérez Abellán
Investigador. Director de Criminología de la Universidad Camilo José Cela (Madrid)
Diario El País.
Diario El Mundo.
http://www.telecinco.es/elpuzzleblanco
http://www.larepublica.pe
http://www.telecinco.es/elpuzzleblanco
http://www.larepublica.pe
